En medio del crecimiento sostenido de las exportaciones agrícolas, el aguacate Hass colombiano se ha convertido en un producto estratégico que exige controles cada vez más rigurosos. En 2025, cuando las ventas al exterior superaron las 147 mil toneladas, el Instituto Colombiano Agropecuario (ICA) consolidó, junto a los empresarios del sector, una estrategia enfocada en reducir el uso de este fruto como medio para el transporte de cocaína hacia mercados internacionales. Se trata del Programa de Inspección en Puntos de Origen, una modalidad que permite realizar la verificación fitosanitaria y documental directamente en plantas empacadoras y centros de consolidación autorizados.
Aunque la competencia en Colombia entre productores y comercializadores israelíes, españoles, ingleses, sudafricanos y chilenos es alta en un negocio en expansión, a la hora de afrontar el riesgo de contaminación de la fruta con cocaína actúan de manera articulada, de la mano del Ministerio de Agricultura y el ICA. Este modelo, implementado desde hace dos años, busca asegurar que la carga salga sellada y validada desde su origen, disminuyendo los riesgos de contaminación durante la cadena logística.
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Según el ICA, la inspección anticipada fortalece la trazabilidad del producto y reduce oportunidades para la manipulación ilícita de la mercancía, uno de los métodos utilizados por redes criminales para camuflar estupefacientes en contenedores de exportación. Con este sistema, la carga inspeccionada se dirige directamente a puertos y aeropuertos de salida con verificación previa.
Grupo Cartama, ejemplo de esta estrategia
En este proceso ha sido clave la experiencia de empresas como Grupo Cartama, una compañía que nació en el año 2000 con apenas 12 hectáreas y el objetivo de posicionar el aguacate Hass colombiano en el mercado internacional. Con más de 20 años en el sector agrícola, Ricardo Uribe, gerente general de Cartama, ha liderado un recorrido técnico y empresarial que incluyó una década de aprendizaje, viajes a los principales países productores y la adaptación del cultivo a las condiciones tropicales únicas de Colombia.
Con Cartama como referente, el programa exige que productores y exportadores cumplan planes operativos específicos, como la postulación de predios al Plan de Trabajo Operativo (PTO) con Estados Unidos, la atención de plagas cuarentenarias y el cumplimiento de la Resolución ICA 824 de 2022. Estos controles responden tanto a exigencias sanitarias como a estándares de seguridad internacional.
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A la fecha, 33 compañías del sector del aguacate Hass operan bajo este esquema, enfocadas en mercados con altos niveles de exigencia como Estados Unidos, Canadá, Chile y la Unión Europea. El ICA ha señalado que cualquier empresa con certificación de exportación puede acceder al programa, previa evaluación técnica y visitas de verificación.
Cabe recordar que en el ranking de frutas exportadas por Colombia, el aguacate Hass ocupa el tercer lugar. De acuerdo con cifras de comercio exterior, solo en septiembre de 2025 se exportaron más de 14.600 toneladas.
Por esto, el fortalecimiento de los controles en origen se presenta como una medida clave para proteger la reputación del producto colombiano, garantizar la seguridad de las exportaciones y mantener el acceso a mercados internacionales cada vez más estrictos.
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