¡Teniente... nació varón!
Opinión

¡Teniente... nació varón!

Se construyó una extensa cartilla que promueve los derechos humanos para dominar el matoneo, la discriminación escolar, pero no se calculó su impacto en una sociedad conservadora y con tradiciones

Por:
agosto 15, 2016
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Cuando nació mi hijo, el médico del hospital militar, salió apresurado de la sala de partos donde estaba mi esposa y con voz fuerte gritó: ¡teniente, nació varón...!

Desde entonces, sin hacer curso para papá o mamá, nos dedicamos a educarlo para que se convirtiera en un buen ser humano, con un principio pedagógico elemental y tradicional: acompañarlo siempre durante su vida, llenándolo de amor y cariño.

Tal vez por tradición deseaba intensamente que mi primer hijo fuera hombre; desde este punto, podrán decir: ¡machista...!; lo cierto es que comenzamos a educarlo con amor duro: con un poquito de hambre, un poquito de sed, un poco de frío, mucho de NO, pero mucho amor.

Fue necesario corregirlo con vigor cuando se tiraba al piso gritando como niño maleducado; sobre esta acción, dirán: ¡bárbaro-troglodita!

Su mamá, lo educaba, lo amamantaba y lo llenaba de amor. La personalidad de nuestro hijo no se afectó por un par de necesarias palmadas; nos ama, como deseo ame a sus hijos, si en la difícil tarea de conquistar una mujer, encuentra quien lo ame toda la vida y le regale un hijo..., mi primer nieto.

Gracias a Dios, nació una niña que se complementa bien con su hermano; por supuesto que desde el primer segundo de su vida, tanto el médico como nosotros nos dimos cuenta que era mujer y más cuando el ginecólogo en el pasillo del hospital militar grita de nuevo con fuerza: ¡capitán... es una hembra!

La madre vigiló sus pasos durante el colegio y la universidad; ahora los aconseja en sus vidas profesionales; ese ha sido su trabajo durante 33 años de matrimonio; su universidad fue nuestra familia, su más duro y noble trabajo: educar a los niños, defender como una fiera el hogar, mientras yo trabajaba.

Desde esa visión personal, algunos dirán: está pintado el machista; confinó a su mujer en la casa, mientras él se desarrollaba profesionalmente. Tengo una convicción: las mujeres son distintas a los hombres, están hechas de algo incomparable y es cierto que Dios fue generoso con ellas.

Mi esposa por su condición de mujer es muy diferente a mí; tiene un afinado sentido común, intuición oportuna, su cariño de madre está lleno de un hálito especial, es portento de sensibilidad y esperanza; es un ramillete de virtudes, está llena de candor y amor maternal. Como mujer está llena de pureza inmaculada y eso se lo impregnó a nuestros hijos, con la meta que transcienda a otras generaciones.

Incluimos un ingrediente de tamaño mayor en la educación de nuestros hijos: la fe católica y los principios cristianos; nuestros hijos nos acompañan a misa y escuchamos con atención las homilías del sacerdote.

Entonces a esta altura dirán: ponen la religión como rectora de la vida, cuando la ciencia no ha establecido la existencia de Dios; la religión crea preceptos falsos, construye prejuicios; es abusadora y pedófila.

 

Generalizar ha hecho daño a este país;
a respetar se comienza desde la ecuación más simple:
yo respeto, tu respetas, todos respetamos, lo que somos, creemos y como nacimos

 

Generalizar ha hecho daño a este país; a respetar se comienza desde la ecuación más simple: yo respeto, tu respetas, todos respetamos, lo que somos, creemos y como nacimos. No debería causar sofoco, o algún tipo de molestia, cuando vemos o escuchamos, a quien es distinto.

Cuando leímos el contenido de las cartillas promovidas desde el ministerio de educación, muchos pensamos que en escuelas y colegios, desembarcaría una colonización de adoctrinamiento generalizado para cambiar la orientación de todos nuestros niños; reaccionamos, protestamos y en medio del delirio: irrespetamos, alejándonos del corazón de Dios.

Diseñaron una extensa cartilla de rico contenido técnico que promueve los derechos humanos para dominar el matoneo, el chiste burlesco, la discriminación en los colegios, pero no se calculó el impacto de su contenido en una sociedad conservadora y con tradiciones.

En otros países, cualquier agresión contra un miembro de la comunidad LGBTI, puede ser sancionada con cárcel. En un buen ambiente de respeto y tolerancia, prevalecerá siempre la sana convivencia, el orden y la felicidad.

Los padres de familia son responsables de brindar amor y cuidado a sus hijos; deben pasar más tiempo en casa; la intensidad del trabajo, nunca será excusa para dejar en manos de otros la educación moral de sus pequeños.

Quienes decidan ser padres de familia, deben considerar que un hijo no se encarga en cualquier de repente; quienes decidan no tenerlos, vivir sin pareja, o formar familia con una pareja de diversa orientación sexual, naturalmente que también merecen ser muy felices. Ojalá ninguna familia se acabe por falta de amor.

Quien piense distinto, no olvide por favor respetar a los hombres que han enamorado a una mujer para convertirla en su esposa, quien como único ser humano, puede cumplir la virtuosa misión de dar a luz, para encender la hoguera de un hogar, regalándonos una hembra o un varón.

 

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