A medida que se acerca el 31 de diciembre, las cocinas colombianas comienzan a llenarse de aromas conocidos y otros que, hasta hace algunos años, eran ajenos. Hoy, la mesa de Fin de Año en muchos hogares mezcla recetas heredadas con preparaciones llegadas del otro lado de la frontera, reflejando una convivencia cotidiana que se consolidó en la última década.
Según datos de las autoridades migratorias, a mayo de 2025 residían en Colombia 2.812.648 venezolanos. A esto se suma el retorno de entre 900.000 y 1.200.000 colombianos que habían hecho su vida en Venezuela. En total, cerca de cuatro millones de personas han llegado al país desde Venezuela en los últimos años, llevando consigo costumbres, celebraciones y, especialmente, tradiciones culinarias.
En la cultura venezolana, la cena de Fin de Año es un evento central. No se trata solo de comer, sino de reunirse durante horas alrededor de platos que requieren tiempo, coordinación y trabajo en familia. Esa dinámica se ha trasladado a Colombia, donde muchas de estas preparaciones ya son esperadas cada 31 de diciembre.
Hallaca

Uno de los platos más reconocidos es la hallaca. Elaborada con masa de harina de maíz sazonada con caldo, va rellena de carnes como cerdo y pollo, además de otros ingredientes que varían según la región.
Envuelta en hojas de plátano y amarrada con pabilo, la hallaca se convirtió en un símbolo de la Navidad venezolana, y hoy es habitual verla en mesas colombianas, tanto en hogares mixtos como en familias locales que adoptaron la tradición.
Pan de jamón

Junto a ella suele aparecer el pan de jamón. Se trata de un pan horneado relleno de jamón, aceitunas y pasas, al que en algunas versiones se le añade tocineta. Su presencia en la mesa es casi obligatoria durante diciembre, y con el tiempo han surgido variaciones con higos, nueces o queso crema, ampliando su preparación en panaderías y cocinas caseras en Colombia.
Ensalada de gallina

Otro clásico es la ensalada de gallina. Preparada con papa, zanahoria, pechuga desmenuzada, arvejas, cebolla y mayonesa, este plato frío se sirve tradicionalmente en la Nochebuena y se mantiene hasta el Fin de Año. Su popularidad ha hecho que se consuma también fuera de la temporada decembrina.
Pernil de cerdo

El pernil de cerdo es otro de los protagonistas. Se trata de la pierna trasera del cerdo, adobada y horneada durante varias horas. La cocción lenta y el tamaño del corte lo convierten en un plato pensado para compartir, una característica que encaja con las grandes reuniones familiares de estas fechas.
Torta negra

Finalmente, la torta negra cierra la celebración. Adaptada en Venezuela a partir de recetas británicas, se elabora con chocolate, azúcar morena o papelón, ron y frutas confitadas. Su preparación suele iniciar semanas antes, reforzando su carácter festivo y anticipado.
Así, sin anuncios ni ceremonias formales, los platos venezolanos se integraron al calendario gastronómico colombiano de Fin de Año, convirtiéndose en una tradición compartida que se repite cada diciembre alrededor de la mesa.
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