Tolima se ha convertido en un destino soñado para muchos bogotanos que están cansados de la rutina, el tráfico y el caos diario de la ciudad. Y cómo no, si sus paisajes contrastan profundamente con el concreto, los edificios y el crecimiento acelerado que caracteriza a Bogotá. Entre sus montañas y su clima cálido aparece un pueblito que parece sacado de otra época, un lugar tranquilo capaz de borrar el estrés más profundo y ofrecer un ritmo distinto, lleno de naturaleza y silencio. Aquí le contamos cómo llegar, qué encontrará al visitarlo y por qué sus paisajes terminan enamorando a quienes se aventuran hasta allí.
La ruta para llegar a Ataco, un tranquilo pero majestuoso pueblito del Tolima
Ataco es imponente, no por su infraestructura ni por grandes construcciones, sino por la majestuosidad de la naturaleza que lo rodea. Este municipio del sur del Tolima no está particularmente cerca de Ibagué ni de Bogotá, lo que lo convierte en un destino apartado, pero también más auténtico.
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Para llegar desde la capital del departamento es necesario recorrer cerca de 154 kilómetros, un trayecto que toma entre dos y casi tres horas, dependiendo del tráfico y del clima. Desde Bogotá el viaje es mucho más largo: unos 258 kilómetros que pueden traducirse en cinco horas y media de camino. Aun así, cada kilómetro vale la pena, pues este rincón del Tolima es un destino que sorprende y cautiva.
Todos los encantos que guarda este bello lugar entre montañas
Aunque Ataco no suele aparecer en los listados de destinos turísticos tradicionales de Colombia, eso no significa que no tenga maravillas por descubrir. Las montañas que lo rodean forman parte de la cordillera Central, creando un paisaje imponente, verde y tranquilo. Este entorno lo convierte en un destino pausado y diferente, un verdadero tesoro escondido en el país, con una belleza que difícilmente se repite en otros lugares del mundo.

Quienes se aventuran hasta este pueblito pueden encontrarse con espectáculos naturales como la Cascada Las Perlas, un salto de agua perfecto para conectar con la naturaleza, o el Balneario La Calera, ideal para refrescarse y descansar. Pero Ataco también guarda espacios de memoria y reflexión, como el Parque de la Memoria “Cultura de Paz”, un homenaje a las víctimas de la violencia que durante años afectó a este municipio.
Además, este bello rincón tolimense cuenta con un mirador llamado La Cruz, desde donde se disfrutan algunas de las mejores vistas del pueblo y donde suelen realizarse eventos religiosos. Y, como en todo buen municipio del Tolima, la gastronomía es una parada obligada: un buen tamal, una lechona auténtica o un tradicional viudo de pescado hacen parte de las delicias que los visitantes pueden disfrutar.
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