En las afueras de La Dorada, en Caldas, a un kilómetro del corregimiento de Guarinocito, dos fincas se levantaron a orillas del río Magdalena con una historia difícil de borrar: Santa Cecilia y La Esperanza. Con más de 460 hectáreas estas dos propiedades fueron durante los años ochenta, parte del emporio del narcotraficante Gonzalo Rodríguez Gacha, alias “El Mexicano”, uno de los socios de Pablo Escobar, fundador también del Cartel de Medellín. Hoy, esas mismas tierras cambian de propósito: será un campus dedicado a la educación, la investigación y la sostenibilidad de la Universidad de Caldas cuyo rector Juan Carlos de la Llera recibió de manos de Amelia Pérez, la directora de la Sociedad de Activos Especiales (SAE).

Foto: SAE
Desde que fueron incautadas tras la muerte de Gacha el 15 de diciembre de 1989 las tenía la Dirección Nacional de Estupefacientes que pasó a ser la SAE. Terrenos que fueron el epicentro del paramilitarismo en Caldas donde mandaban los comandantes Ernesto Baez (qepd) y Ramon Isaza.
De las 463 hectáreas de Santa Cecilia y La Esperanza 70 se reservarán para la conservación ambiental, en alianza con CorpoCaldas. Será un espacio de restauración ecológica y protección de ecosistemas, una forma de reconciliar el territorio con la naturaleza después de años de destrucción y abandono. El resto del terreno se destinará a infraestructura educativa: zonas agrícolas, aulas, espacios comunitarios y áreas de investigación teniendo en cuenta la fortaleza de la Universidad de Caldas en veterinaria y zootecnia. Más de 1.500 estudiantes se beneficiarán de este nuevo campus que la Universidad de Caldas gestionará desde su sede del Magdalena Centro.
Funcionará también allí el programa Horizontes, “Abriendo caminos, forjando futuros”, que ampliará la cobertura educativa para jóvenes rurales de bajos recursos y víctimas de la violencia. La Universidad planea abrir programas como Ingeniería en Agroindustria y Tecnologías Inteligentes, Tecnología Eléctrica en Generación y Gestión Eficiente de Energías Renovables, Medicina y Enfermería, carreras pensadas para responder a las necesidades del territorio y su gente.
Para la SAE la entrega de estas fincas representa es un gesto de reparación simbólica hacia un territorio marcado por la violencia. No es la primera vez que se entregan fincas de Gacha, a quien le han incautado una treintena de bienes en varias partes del país. En enero de 2024, la Agencia Nacional de Tierras adjudicó las fincas Las Quinianzas, San Felipe y Las Esmeraldas, en Vergara (Cundinamarca), a ocho familias campesinas que sufrieron los embates de la guerra. Con estas entregas la opulencia de los capos del Cartel de Medellín toman un nuevo destino en beneficio de la sociedad.
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