La gastronomía no es solo sabor: es identidad, memoria y también oportunidad económica. En esa clave, la historia de Empanet LLC muestra cómo una receta cotidiana como la empanada puede transformarse en un negocio de alto impacto en el mercado de alimentos más exigente del mundo.
Con un capital inicial inferior a US 5.000, esta compañía superó en apenas tres años el cuarto de millón de dólares en facturación anual. Su trayectoria confirma algo inspirador: los negocios que integran tradición, innovación y disciplina operativa pueden abrirse espacio en la economía global.
El artífice: Diego Lanci
El creador de este proyecto es Diego Lanci, un emprendedor argentino que supo leer el momento exacto para posicionar las empanadas congeladas en Estados Unidos. No era azar: se trata de un mercado de US 83.500 millones en 2024, impulsado por el auge de la air fryer y la demanda de productos listos para hornear.
Lanci lo resume con claridad: cuando el consumo doméstico encaja con la categoría, la rotación en retail se acelera.
El espejo colombiano
Desde Colombia, este fenómeno invita a reflexionar. Aquí existen 5,19 millones de micronegocios, de los cuales más de 546.000 son panaderías y tiendas de barrio, espacios donde la empanada es protagonista. Sin embargo, la informalidad empresarial del 90 % limita el acceso a crédito, certificaciones y exportación.
La lección de Empanet es clara: si los pequeños productores lograran formalizarse y cumplir con requisitos sanitarios, podrían pensar en mercados internacionales.
Las reglas del juego
El reto regulatorio es concreto: Colombia no puede exportar empanadas con carne o pollo a Estados Unidos bajo el marco del USDA-FSIS. Pero existe un camino: las empanadas sin carne (de queso, vegetales, yuca, champiñón o dulces) sí pueden ingresar bajo regulación de la FDA/FSMA, siempre que cumplan con registro FDA, buenas prácticas de manufactura y etiquetado en inglés.
Esto abre dos rutas:
- Exportar desde Colombia las líneas sin cárnicos.
- Co-manufacturar en Estados Unidos las versiones con carne bajo inspección USDA.
Un cálculo conservador señala que entre 110.000 y 219.000 micronegocios colombianos que hoy producen empanadas podrían beneficiarse de esta vía si logran formalizarse.
La metodología detrás del éxito
Lo inspirador de Empanet no es solo el producto, sino la estrategia: co-desarrollo de marcas propias para distribuidores, innovación orientada al bienestar y consistencia sensorial. Lanci incluso diseñó su propia línea de producción semiautomatizada, fijó estándares de inocuidad y trazabilidad, y cerró alianzas con distribuidores. Así pasó de tres restaurantes locales a más de ochenta puntos de venta, multiplicando por cinco su facturación en dos años.
Una oportunidad para Colombia
El espíritu emprendedor que mueve a miles de negocios de empanadas en Colombia necesita un salto: de la buena sazón a la estrategia corporativa. El caso de Empanet enseña que el talento y la tradición abren la puerta, pero solo la excelencia asegura la permanencia en el mercado global.
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