Los colombianos Carlos Vázquez y Juan Camilo Sanz, fueron unos verdaderos pioneros que se propusieron, cuando el tema no estaba en la agenda, impulsar la transición energética a través de la producción y comercialización de pellets de madera y fundaron Bioena hace casi 60 años en la Costa colombiana para aprovechar la producción de madera.
El fondo de origen inglés Ashmore mostró interés con un propósito eminentemente exportador y las ventas a Europa ya tienen la producción comprometida a cinco años.
Los accionistas de Bioena donde Vásquez y Sanz tienen peso, se asesoraron del reconocido bufete de abogados Posse Herrera Ruiz para llevar a feliz término la operación en la que Ashmore adquirió una participación mayoritaria (65 %) en la Compañía para financiar la construcción de la primera planta de producción de pellets de madera en Colombia. Con una inversión de 100 millones de dólares, la empresa inició producción mediados de junio y la primera carga de exportación está programada para finales de octubre.
Los pellets -aglomerados de madera para iniciar el fuego de grandes calderas-, el principal producto de Bioena, son unidades cilíndricas de biomasa densificada, destinados principalmente para centrales termoeléctricas europeas. La planta, ubicada en el municipio de Algarrobo, entre Barranquilla y Santa Marta, tiene una capacidad de producción de hasta 125,000 toneladas anuales, y la totalidad de su producción está comprometida con contratos a cinco años para el Reino Unido, Europa y el Caribe.
La madera utilizada por Bioena proviene de plantaciones forestales de la región, de la adquisición de 6.000 hectáreas de plantaciones existentes y de 10.000 hectáreas nuevas de tierras esperan reforestar, para lo cual se creó la empresa rebalance75.com
Bioena cuenta con la certificación SBP (Sustainable Biomass Program), lo que garantiza que su producción cumple con los más altos estándares ambientales. Hasta ahora en el país, solo Reforestadora del Sinú, de la familia Solari Donaggio, dueños del conglomerado chileno Falabella, contaba con certificación SBP en el sector.
La adquisición de Bioena no es la única inversión de Ashmore en Colombia. La firma, dirigida por Felipe Gómez Bridge desde 2018, también tiene participaciones en la Sociedad de Oncología y Hematología del Cesar (Sohec) y en la Concesionaria Ruta Bogotá Norte. Además, controlan Ática Andina Residuales, que se enfoca en concesiones de infraestructura, y recientemente compraron los centros logísticos Lógika un centro logístico ubicado en Palmira y arrendados a Unilever y Colgate, y Logika II, ubicado en Siberia.
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