El triunfo amargo de Cepeda como candidato de una izquierda que no convence en las ciudades

Iván Cepeda ganó la consulta del Pacto con 64,7 %, un resultado histórico que fortalece su liderazgo, pero deja pendientes hacia 2026

Por: Carlos Eduardo Lagos Campos
octubre 28, 2025
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El triunfo amargo de Cepeda como candidato de una izquierda que no convence en las ciudades

El domingo 26 de octubre de 2025, Colombia amaneció con una elección no oficial pero muy real. Más de 2,7 millones de personas —un 6,6 % del censo electoral— participaron en la consulta del Pacto Histórico para escoger a su candidato presidencial y ordenar sus listas al Congreso.
Iván Cepeda arrasó con 1,86 millones de votos (64,7 %); Carolina Corcho obtuvo 842.000 (29,3 %) y Daniel Quintero, pese a haberse retirado, sumó 197.000. En el Senado, Wilson Arias lideró con 156.000 votos, seguido por Pedro Flórez (139.000) y Wally (132.000).

Fue un éxito de movilización que superó los 1,5 millones esperados y dejó atrás consultas históricas como la del Polo en 2009 (450.000 votos) y la del Liberal en 2017 (740.000).
Aun así, como advierte el politólogo Yann Basset en Razón Pública, una consulta interna no refleja la temperatura de las elecciones nacionales. Cada etapa electoral tiene su propio electorado: esta vez votó el núcleo duro; en marzo lo harán las maquinarias locales; y en la presidencial, las grandes ciudades del centro.

Las denuncias y la respuesta institucional

La jornada no estuvo libre de controversias. Desde temprano, el presidente Gustavo Petro y el ministro Armando Benedetti denunciaron “reducción de mesas” y “falta de tarjetones”.
La Registraduría Nacional respondió con datos: 19.833 mesas instaladas en 13.405 puntos, todas acordadas previamente con el Pacto. Los incidentes —filas largas en Bogotá y el Caribe, material quemado en Arjona (Bolívar)— afectaron menos del 0,3 % de las mesas, según la Defensoría y la Procuraduría, que coincidieron en que el voto fue garantizado.

Aun así, la narrativa del “sabotaje” caló en el oficialismo. Como tituló La Silla Vacía, “incluso en la victoria, el Gobierno sembró desconfianza en el sistema electoral”.
Si esto pasa cuando se gana, ¿qué pasará si se pierde?

Cepeda hereda el petrismo

El triunfo de Iván Cepeda lo fortalece, pero también lo obliga a demostrar que puede crecer más allá del voto fiel. Hereda un movimiento sin la oratoria viral de Petro ni su pragmatismo político. Su perfil ideológico, más radical para algunos, puede ser un obstáculo fuera del núcleo duro.
En marzo, en el Frente Amplio, competirá con Roy Barreras, Clara López y quizá Daniel Quintero. Allí no bastará la base: deberá conquistar el centro.

En Bogotá y Antioquia, donde el petrismo sigue débil, Cepeda enfrentará su mayor reto: en la capital, la votación a la Cámara cayó 53 % respecto a 2022.

La lista al Congreso: entre bases y maquinarias

La lista del Pacto mostró una mezcla de activismo social, maquinarias tradicionales e influenciadores.
Figuran Wilson Arias y Martha Benavides por las bases; Pedro Flórez y Carmen Caicedo, ligados a estructuras políticas tradicionales; y Wally y Lalis, influenciadores cercanos a entidades públicas.
El uso de recursos estatales en la campaña —mensajes en RTVC, Colpensiones y actos en la Plaza de Bolívar— ya es objeto de investigación por parte de la Procuraduría.

El factor internacional

El contexto externo también jugó a favor: la inclusión de líderes del Pacto en la Lista Clinton de la OFAC generó indignación entre sus seguidores. Petro ironizó: “Gracias a Trump, el Pacto se consolida.”
Pero, como recordó un dirigente interno, la indignación no reemplaza los programas.

Lo que deja la consulta

El Pacto Histórico demostró músculo organizativo y cohesión, pero también fragilidades: dependencia de recursos públicos, desconfianza institucional, debilidad en centros urbanos y una narrativa que privilegia el victimismo sobre la autocrítica.

De cara a 2026, Colombia necesita algo más que pasión militante: requiere instituciones fuertes, reglas claras y una izquierda capaz de convencer más allá de su núcleo fiel.
El Pacto ya dio un primer paso. Lo difícil viene ahora.

El reto, sin embargo, no es solo de la izquierda: el centro y la derecha deben superar su fragmentación, construir un relato más allá del antipetrismo y reconectar con la periferia donde el Pacto creció.
Todo indica que habrá segunda vuelta entre el candidato del Frente Amplio y el de la centro-derecha. Ganará quien logre más cohesión, menos ruido y un programa que hable al país real.

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