Así es el fusil 100% colombiano que reemplazará a los Galil israelíes y a los M16 de EE.UU.

Fabricado por Indumil, es más liviano, más económico y es el arma Made in Colombia con el que Gustavo Petro quiere darles un portazo a Netanyahu y a Trump

Por:
septiembre 29, 2025
Así es el fusil 100% colombiano que reemplazará a los Galil israelíes y a los M16 de EE.UU.

La decisión del presidente Petro de no comprarle más armas a Israel puso a correr a Indumil, la empresa colombiana que produce armas. Había llegado la hora de sustituir el Galil israelí y los M16 fabricado por Estados Unidos, los fusiles emblemáticos del conflicto interno con los que el ejército ha enfrentado grupos armados ilegales en selvas, montañas y desiertos han sido los Galil israelíes y los M16 fabricados en Estados Unidos.

Lea también: Las pistolas Taser por la que la Secretaría de seguridad de Bogotá pagó 20 veces más de su valor de mercado

Los ingenieros de Indumil se propusieron o entonces diseñar y fabricar fusiles ensamblados en el país adecuado a las urgencias del país: sería más corto y más liviano. Sería 90% colombiano, la miras telescópicas y los infrarojos deberían seguir siendo importados.

El anuncio llegó en voz del ministro de Defensa, Pedro Sánchez, quien en una entrevista radial reveló los primeros detalles de este proyecto. Se trata de un fusil ciento por ciento colombiano, pensado como el reemplazo natural de los modelos extranjeros que ahora usan los soldados del Ejército Nacional.

La decisión del ministerio de Defensa y del Gobierno coincide con el rompimiento de relaciones diplomáticas entre el gobierno de Gustavo Petro e Israel, motivado por la posición del mandatario colombiano frente a la guerra en Gaza, y con el distanciamiento que también se ha generado con Estados Unidos. Con este nuevo desarrollo, la apuesta del gobierno es clara: no se comprarán más fusiles extranjeros y la prioridad será alcanzar la “autonomía estratégica” en defensa.

Lea también: Un coronel tiene a Indumil produciendo además de drones, bombas explosivas

Indumil lleva muchos años produciendo partes del Galil en sus talleres. Excepto por el cañón y la mira, casi todos los componentes de ese fusil se fabricaban en Colombia. Esa experiencia sirvió de base para el nuevo proyecto, que comenzó hace tres años con un equipo de ingenieros que soñaban con dejar de ensamblar piezas foráneas para dar vida a un arma completamente nacional. El resultado ya está sobre la mesa: un fusil liviano, hecho en un 65 % con polímeros de alta resistencia, frente al 30 % del Galil, lo que lo hace entre un 15 % y un 25 % más ligero y económico.

El ministro Sánchez lo probó personalmente y no ocultó su entusiasmo. “Supremamente liviano, versátil y con la ventaja de que cada peso invertido queda en el país”, dijo. La diferencia en los números puede parecer mínima, pero en la guerra cada gramo importa. En comparación con el Galil ACE, el nuevo fusil Indumil mostró ventajas en todas sus versiones: el de cañón de 8 pulgadas pesa 3,4 kilos frente a 3,5 del israelí; el de 13 pulgadas, 3,5 frente a 3,8; y el de 18 pulgadas, 3,6 frente a 4,4. Las pruebas se hicieron con cargador lleno, lo que significa que el ahorro de peso se traduce en mayor movilidad y menor fatiga para el soldado.

La meta es ambiciosa. A finales de este año, diez unidades estarán listas para ser sometidas a pruebas extremas: selva, barro, lluvia. En 2026, ya se espera contar con cincuenta fusiles operando en escenarios reales. Si todo avanza como está planeado, entre junio y julio de ese mismo año comenzará la producción masiva. El objetivo final es reemplazar gradualmente los Galil en uso con 400.000 fusiles nacionales, una cifra que transformaría la dotación completa de las Fuerzas Armadas.

Fusil colombiano
Este es el fusil Made in Colombia que Indumil está fabricando para remplazar los Galil y los M16

La innovación no se queda en el peso. El fusil nacional, según lo han dichos desde Indumil, incorpora un diseño modular que permite acoplar accesorios como miras ópticas, linternas tácticas o designadores láser, y un sistema de pasadores rápidos que facilitan la limpieza y el mantenimiento. Su resistencia a la corrosión también lo convierte en un arma confiable para entornos húmedos como el Amazonas o zonas de alta salinidad en el Caribe.

El trasfondo político de este giro estratégico es inevitable. Colombia, que durante medio siglo dependió de los fusiles israelíes y norteamericanos, ahora se propone avanzar en solitario. Para el gobierno Petro, este paso no solo responde a una coyuntura diplomática, sino a una convicción: reducir la dependencia externa y fomentar una industria militar propia capaz de generar empleo, innovación y hasta exportaciones. En palabras del ministro Sánchez, “es autonomía estratégica, es saber que no tenemos que pedir permiso ni esperar cargamentos del extranjero para equipar a nuestros soldados”.

Este proyecto se ha organizado en fases: primero, la investigación y diseño conceptual; luego, la construcción de prototipos y pruebas con las Fuerzas Armadas; y finalmente, la producción en serie a partir de 2026. Más allá de lo técnico, la fabricación local implica un ahorro del 25 % en costos frente al Galil, lo que significa un mejor uso de los recursos públicos y una inversión que fortalece la industria nacional.

En medio de este anuncio, el ministro también aprovechó para revelar otras iniciativas. Entre ellas, la construcción de un túnel de viento en el parque Jaime Duque, que servirá como centro de entrenamiento para paracaidistas y espacio de rehabilitación. La idea es que esté listo en diciembre y pueda usarse incluso de manera civil, como motor de desarrollo. También presentó el “correo de la gratitud”, un programa para que los colombianos envíen cartas y mensajes de apoyo a los soldados y policías durante las fiestas de fin de año.

El nuevo fusil es, en apariencia, un objeto técnico, un conjunto de piezas de metal y polímero. Pero en realidad encierra mucho más: simboliza un viraje político, un gesto de independencia y un recordatorio de que la soberanía también se mide en las armas que un país pone en manos de sus soldados. Colombia, con este proyecto, busca pasar la página de la dependencia histórica y escribir la suya propia en la industria militar. Lo hace en un momento en el que las relaciones internacionales están marcadas por tensiones y distancias, y en el que cada decisión envía un mensaje al mundo.

El camino no será corto. Todavía falta que las pruebas demuestren que el nuevo fusil resiste la dureza del terreno y la realidad del combate. Pero lo cierto es que la apuesta ya está hecha. En unos años, cuando los soldados colombianos marchen por los campos con un arma hecha en el país, se podrá decir que aquel viejo anhelo de autonomía dejó de ser un discurso para convertirse en un fusil real, nacido en los talleres de Indumil y empuñado por quienes llevan sobre sus hombros la defensa de la nación.

Anuncios.

Anuncios.

0
Colmedica, las clínicas del Country y La Colina quedaron en manos brasileras

Colmedica, las clínicas del Country y La Colina quedaron en manos brasileras

Además de los 28 años de condena, Santiago Uribe perderá también su querida hacienda de toros de lidia La Carolina

Además de los 28 años de condena, Santiago Uribe perderá también su querida hacienda de toros de lidia La Carolina

Los comentarios son realizados por los usuarios del portal y no representan la opinión ni el pensamiento de Las2Orillas.CO
Lo invitamos a leer y a debatir de forma respetuosa.
-
comments powered by Disqus