En el corazón del Tolima, el municipio de Cunday esconde un tesoro natural bajo tierra. Lejos del ruido urbano y rodeado de verdes montañas, este destino sorprende a los viajeros con un paisaje poco común. Allí se encuentra un conjunto de cuevas que atraviesan la roca y guardan riachuelos cristalinos, cascadas, pozos naturales y formaciones rocosas que parecen esculpidas por el tiempo.
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Explorar las Cuevas como la de El Edén en Cunday es como adentrarse en otro mundo. A medida que se avanza con linterna en mano, aparecen figuras de piedra que cuelgan del techo o crecen desde el suelo. En su interior se pueden observar corrientes subterráneas y pasajes angostos que conducen a espacios iluminados por la luz natural que se cuela entre las grietas.

Los recorridos se realizan con guías locales, quienes explican el origen de las cuevas y los cuidados necesarios para protegerlas. Durante el trayecto, el sonido del agua y el eco de las gotas que caen del techo acompañan a los visitantes, haciendo del recorrido una experiencia sensorial única.
Desde Ibagué, el viaje hasta Cunday toma alrededor de 2 horas por carretera. En el municipio se pueden contratar guías certificados que organizan caminatas y tours hacia las cuevas. Lo ideal es llevar ropa cómoda, zapatos con buen agarre y linterna frontal, ya que parte del recorrido se realiza en completa oscuridad.
Más que un destino turístico, las Cuevas de Cunday son un recordatorio de la riqueza natural y geológica del Tolima. Un lugar donde el silencio, el agua y la piedra se encuentran para contar una historia que lleva millones de años oculta bajo tierra.
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