Lily Díaz, hija del recordado cantautor vallenato Diomedes Díaz y de la médica barranquillera Betsy Liliana González, regresó al escenario político con una aspiración más ambiciosa: llegar a la Cámara de Representantes por el Atlántico en las elecciones legislativas de 2026.
El anuncio, hecho a través de un video en sus redes sociales, la ubica nuevamente en el foco público tras varias semanas de polémica mediática por el escándalo sentimental que salpicó a su exesposo y a la viuda de Martín Elías.
Aunque ni ella ni el Partido Conservador lo han confirmado oficialmente, versiones del analista Jean Pierre Serna indican que su candidatura estaría respaldada por el conservatismo, el mismo partido con el que ya había competido en 2023 cuando se lanzó al Concejo de Barranquilla.
Ese antecedente político, aunque no le permitió llegar al cabildo, marcó su entrada en la contienda electoral y ahora sirve como plataforma para proyectarse hacia el Congreso, donde tendría que contar con la edición de Fincho Cepeda, el cacique conservador del Caribe que ahora quiere saltar a la Presidencia.
¿Cuál es el proyecto político de Lily Díaz?
En esta oportunidad, Díaz llega con el lema “Herencia que transforma”, una frase que articula tanto el legado cultural de su familia como el discurso de liderazgo femenino con el que busca conectar con votantes jóvenes y con mujeres del Caribe. “Mi voz llega acompañada de las historias y retos de las mujeres que construyen país en silencio”, expresó al oficializar su aspiración.
Su estrategia se apoya en tres pilares:
- Reconocimiento mediático derivado de su presencia como influenciadora y empresaria en sectores de moda y belleza.
- Raíces culturales, respaldadas por las iniciativas que ha impulsado desde la Fundación Diomedes Díaz.
- Trabajo territorial, especialmente en barrios populares de Barranquilla y municipios del Atlántico.
A diferencia de su campaña al Concejo, esta vez busca mostrarse como una figura capaz de representar a todo el departamento y no solo a la capital. Su mensaje prioriza la defensa de los derechos de las mujeres, la promoción de economías culturales y el impulso a procesos comunitarios en sectores donde históricamente ha tenido presencia la música vallenata.
La polémica que la persiguió en semanas recientes, derivada de la ruptura con su exesposo y la filtración de audios y fotografías que involucraron a figuras públicas del mundo vallenato, no ha frenado su propósito. Por el contrario, Lily Díaz decidió acelerar la presentación de su campaña y ocupar un lugar más visible con la intención de darle un giro a la conversación pública. Asegura que su aspiración “nace del territorio y de la cultura que nos une”, un mensaje que busca situarla por encima del ruido mediático.
¿El legado de Diomedes Díaz llegará al Congreso de la República?
Su candidatura agrega un matiz particular al panorama electoral del Caribe colombiano, donde el peso de los apellidos musicales siempre ha tenido resonancia, pero pocas veces ha sido traducido en representación legislativa. De los 21 hijos reconocidos de Diomedes Díaz (una figura de enorme influencia en la región) solo Lily ha decidido abrirse camino en la política de manera activa.
Ahora, su reto será capitalizar su influencia digital sin que las controversias personales opaquen su proyecto. De tener el aval conservador, quedaría en manos del electorado del Atlántico determinar si su nombre y su propuesta podrán competir con las maquinarias tradicionales del departamento
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