La cancelación del concierto de Kendrick Lamar en Bogotá, hace apenas unos días, fue el primer campanazo de alerta. Lo que parecía un hecho aislado terminó abriendo la puerta a nuevas dudas sobre la realización de otros grandes espectáculos programados en la ciudad. Ahora, la incertidumbre recae sobre el concierto de Guns N’ Roses, previsto para el próximo 7 de octubre en el estadio Vive Claro, y que podría no llevarse a cabo.
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La Secretaría de Gobierno de Bogotá expidió en primera instancia la Resolución 1425 de 2025, en la que decidió no autorizar el evento. Según el documento, los organizadores no cuentan con los conceptos favorables de entidades clave como el Instituto Distrital de Gestión del Riesgo (IDIGER), el Cuerpo Oficial de Bomberos. permisos obligatorios para garantizar la seguridad del público y del lugar, por lo que sin ellos es imposible dar luz verde al concierto.
La resolución también recoge observaciones de otras dependencias como la Policía y la Secretaría de Movilidad, que presentaron informes desfavorables. Todo esto complica la situación de los organizadores, que ahora corren contra el reloj. Tienen plazo hasta este jueves para responder a las observaciones y entregar la documentación que subsane los reparos planteados por las autoridades distritales.
La noticia ha generado una ola de especulaciones entre los fanáticos, que ya habían comprado sus boletas y que ven con preocupación la posibilidad de que se repita la historia de Kendrick Lamar. En redes sociales, algunos usuarios expresan su descontento y exigen claridad a las autoridades y a los promotores del concierto. Otros, en cambio, mantienen la esperanza de que se logre un acuerdo de última hora que permita que la banda estadounidense suba al escenario bogotano.
El concierto de Guns N’ Roses era uno de los más esperados del segundo semestre del año en la capital, no solo por la trayectoria de la agrupación, sino porque representaba una oportunidad para dinamizar la agenda cultural y el turismo de la ciudad. Sin embargo, la decisión de la Secretaría de Gobierno deja en vilo no solo a los seguidores de la banda, sino también a un sector económico que depende en buena medida de este tipo de espectáculos masivos.
Por ahora, todo depende de lo que ocurra en las próximas horas. Si los organizadores logran subsanar las observaciones de IDIGER y Bomberos, el evento podría salvarse. De lo contrario, Bogotá sumaría otra cancelación a la lista de conciertos frustrados en un año que parecía prometedor para la música en vivo.
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