Hernando Chica Zuccardi, presidente del Banco Agrario, ha sido alguien de la entraña del presidente Gustavo Petro desde su época como alcalde de Bogotá. Sobrino de la excongresista Piedad Zuccardi, Chica contó siempre con la protección del mandatario, pese a que fue el propio Petro el encargado de hacer desde el Congreso las denuncias sobre los nexos de su familia con organizaciones paramilitares. Se le suma a esto la cercanía de Chica con Verónica Alcocer, vecinos de barrio y compañeros de juventud en Sincelejo.
Amigos comunes creen que Chica debió ser presidente de la Empresa de Telecomunicaciones de Bogotá (ETB) durante la alcaldía de Petro, de no ser porque en su camino se interpuso Saúl Kattan Cohen, alguien con mayor peso que él en el mundo de los negocios quien contaba con la recomendación de Jaime Gilinski, cercano desde entonces a Petro.
Con todo, Chica alcanzó los cargos de vicepresidente financiero y de Recursos Humanos de la empresa y allí no solo fue cancerbero de los intereses del alcalde, sino protagonista de algunas maniobras escandalosas. Una de las más recordadas es la autorización del pago de un bono de extraordinario de éxito por $12.000 millones en un año en el que los ingresos de la entidad se habían desplomado.
Cuando el presidente ganó las elecciones en 2022, una de las primeras personas en la que pensó para un alto destino fue precisamente Chica. Lo llevó a la presidencia del Banco Agrario y lo ha sostenido allí desde entonces.
Aunque importante, en condiciones normales se trata de un cargo en el que se maneja un bajo perfil. Sin embargo, el nombre de Chica ha vuelto a la escena tras las revelaciones de Blu Radio sobre el otorgamiento de millonarios créditos a dos hermanos de la primera dama de la Nación, Verónica Alcocer, cuyo patrimonio personal es de interés para medios suecos y colombianos por sus altos niveles de gasto en Europa.
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Entre 2022 y 2025 María Teresa y Juan Carlos Alcocer, hermano de Verónica, le solicitaron al Banco créditos por $8.000 millones, si bien no todos serían autorizados o desembolsados.
La línea de solicitudes se inició con un crédito por $4.236 millones para Praga Servicios Inmobiliarios S.A., una empresa en la que el control de los Alcocer llega al 89,8 por ciento. Luego vino otro por $3.767 millones para Fema Reforestaciones S.A.S., firma en la que María Teresa Alcocer y su esposo, Carlos Gutiérrez Robayo, son también socios controlantes.
El monto del tercero era de $5.000 millones para Aforestar S.A.S., Fema Reforestaciones S.A.S y Nelson Eduardo Silva, a un plazo de 72 meses, y el respaldo de Finagro.
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El parentesco de los solicitantes de los créditos con la primera dama y la relación del entramado empresarial con Carlos Gutiérrez Robayo, encendió las alarmas del sistema SERLAT al que deben estar conectado todos los bancos y entidades financieras para prevenir riesgos de lavado de activos y cerrar el espacio a posibles riesgos reputacionales.
El oficial de cumplimiento del Banco sabía bien que Gutiérrez había estado relacionado con el escándalo de los “Panamá Papers” y que su nombre también estaba relacionado con Alex Saab, un prófugo de la justicia colombiana que ahora funge como ministro del régimen de Nicolás Maduro en Venezuela.
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Pese a las marcadas resistencias internas, algunos ejecutivos del Banco han defendido la “transparencia” de las operaciones y no encuentran nada extraño o ilegal en el hecho de que os Alcocer le hayan arrendado unas oficinas al banco en el norte de Bogotá y que el canon sea utilizado amortizar las obligaciones.
Para otros, sin embargo, los créditos a empresarios como los Alcocer desvían de su objetivo social al Banco Agraria, cuyo objetivo se debe centrar en el fomento de las actividades de los campesinos colombianos a través de la provisión de créditos e insumos.
Adicionalmente, encuentran que la línea entre la legalidad y la ética en la operación es muy débil y que incluso el presidente del Banco podría verse inmerso en un conflicto de interés por su cercanía con el presidente y su familia, lo cual podría ser interpretado como un favorecimiento indebido.
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