¿Cómo voy a vivir una vida tranquila en una escuela con un remedo de malla que la rodea llena de rotos, por donde a diario las pelotas de los niños van a dar a un cañaduzal donde una serpiente puede morderlos cuando se me vuelan para ir allí a recuperar la superbola o el balón de futbol pues casi todos quieren ser Lucho Díaz o Messi cuando sean grandes?
No sé si es que hay una pelea entre el presidente de Colombia y la gobernadora del Tolima que no permite que lleguen recursos "en grande" para las escuelas rurales o si es que hay una ley que prohíbe a los rectores colombianos relacionados con la ruralidad "gestionar, así alguito" para la infraestructura de las escuelitas.
La escuela pública de Totarito pertenece a la Institución Educativa Luis Carlos Galán Sarmiento en el sector poblado de Veracruz en Alvarado Tolima, y tiene varias necesidades sentidas, entre otras que se adelante una jornada de fumigación pues en la primera semana de noviembre apareció en sus instalaciones una tarántula propia de las películas que veía uno cuando estaba chiquito, donde la radioactividad hacia poner a los animales se hicieran como diez veces más grandotes de su tamaño original. Lo anterior, amén de una zancudera que se tomó los baños de los niños y sobre la cual, la actual rectora dice no tener recursos para solucionar este chicharrón, que compremos sprays para espantarlos.
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