El aterrizaje en Colombia hace 8 años de Fernando Chico Pardo, uno de los empresarios más ricos de México, fue en un negocio en el que había hecho fortuna: el manejo de aeropuertos. Con una inversión de 262 millones de dólares, se quedaron con la Sociedad Operadora de Aeropuertos Centro Norte que tiene la concesión de seis terminales aéreos, por lo menos hasta 2032, entre los cuales la joya de la corona es el Aeropuerto de Rionegro. El lugar el año pasado tuvo un récord en el tránsito aéreo: movió 13,7 millones de pasajeros y espera llegar a 17 millones próximamente.
La movida de los Char y sus socios para entrar al negocio de los aeropuertos

Durante el tramo final del segundo gobierno de Álvaro Uribe, con el conservador Fernando Sanclemente, como director de la Aeronáutica civil, fue el momento en que los Char apuntaron al negocio de la operación de aeropuertos, aprovechando la oportunidad que se abrió con la tercera generación de concesiones que incluyó además de la administración y operación de las terminales aéreas, la ejecución de obras de modernización y expansión, donde el Grupo se apuntaló a entrar a través del manejo de las grandes superficies.
Organizaron un conglomerado de empresas constructoras e inversionistas y crearon la Sociedad Operadora de Aeropuertos Centro Norte Centro Norte – Airplan. A través de sus empresas: Supertiendas y Droguerías Olímpica, Portales Urbanos S.A. y Sociedad de Inversiones Comerciales – Socinsa se quedaron con el 29% del consorcio. Donde también participaron para la infraestructura Nexus Banca de Inversiones; Mazuera y Cia; Noarco S.A.; Constructora Cartagenera y dos empresas de tecnología e informáticas, Información y Tecnología S.A. e Intelred y el emporio aeroportuario chino CAH (Airports Holding Company), que entró como operador técnico.
De la mano de los chinos lograron la concesión de un paquete de terminales aéreos: José María Córdoba de Rionegro, Olaya Herrera de Medellín, El Caraño de Quibdó, Los Garzones de Montería, Antonio Roldán Betancourt de Carepa y Las Brujas de Corozal con duración hasta por lo menos 2032.
Y fue este el paquete con el que se quedó el grupo Asur de México controlado por Fernando Chico Pardo y la Empresa Autobuses de Oriente- ADO, desde hace ocho años están manejando las plazas.
¿Quiénes son los mexicanos pisan duro en el negocio aeroportuario en Colombia?
La familia Pardo se montó en la ola privatizadora de los terminales mexicanos en el gobierno de Ernesto Zedillo y en 1996 a través del recién creado Grupo Aeropuerto del Sureste se hicieron a los tres puntos de gran flujo de turistas y por tanto los lugares claves para el negocio: Cancún, Cozumel y Mérida.
La familia Pardo se montó en la ola privatizadora de los terminales mexicanos en el gobierno de Ernesto Zedillo y en 1996 a través del recién creado Grupo Aeropuerto del Sureste se hicieron a los tres puntos, donde llega el gran flujo de turistas y por tanto los lugares claves para el negocio: Cancún, Cozumel y Mérida.
Empezaron por la remodelación y luego vino la modernización y los trabajos de expansión muy especialmente en el Aeropuerto de Cancún por ser la segunda terminal aérea más importante de México.

La fortuna de Fernando Pardo está entre las 10 más grandes de México y se estima alcanza un patrimonio de USD 3.600 millones de dólares.
Su historia empresarial comenzó al lado del millonario mayor Carlos Slim. Vinculado al Grupo Financiero Inbursa, lugar donde se convirtió en la mano derecha de las finanzas de Slim. En los 90 apostó por Promecap, en un principio asociado con George Soros, la fortuna también le sonrió. Con su trabajó su nombre comenzó a ser reconocido.
Salomon Brothers, y Standard, Charterede Bank lo llamaron para hacer parte de los cargos directivos y de ahí en adelante se disparó, logrando otro hit con su grupo Aeroportuario de Sureste, Asur.
En 2004 llegó a Asur, Fernando Chico Pardo, quien logró convertirse en el principal accionista y de pasó se convirtió en el presidente del grupo. Bajo su dirección Asur no paró de crecer, para dar una idea de operar nueve plazas, ubicadas en México, se pasó a Puerto Rico, Estados Unidos y Colombia, con el aeropuerto internacional José María Córdoba como bandera de éxito.
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