Pocas horas después de su renuncia a la dirección del Departamento Administrativo de la Aeronáutica Civil el general (r.) de la Fuerza Aeroespacial José Henry Pinto se vio mencionado en las denuncias periodísticas sobre la infiltración de las disidencias de las Farc en las Fuerzas Militares y en la Dirección de Inteligencia.
El informe lo situó al lado del general activo del Ejército Juan Miguel Huertas como presuntamente implicado en contacto con alias Calarcá, jefe de la facción terrorista, a quien le habrían entregado información sobre planes operacionales del Ejército e incluso las frecuencias reservadas de las comunicaciones militares.
Pinto no solo deberá aclarar el papel que habría jugado en una trama que implicado un grave atentado contra la seguridad nacional y la posible comisión del delito de traición a la patria.
Ese no es su único problema. Pinto viene recibiendo serios cuestionamientos por su gestión al frente de la Aerocivil. Un informe de la Cámara Colombiana de la Infraestructura revela que más del 50% de los proyectos previstos en el Plan de Acción de la Aerocivil (2025) no alcanzan el 40% de ejecución. También que la Infraestructura aeroportuaria incluida en el programa ‘Aeropuertos para los Servicios Aéreos Esenciales’, a cargo de la Aerocivil, no supera el 2% de avance físico.
Un seguimiento a 56 proyectos previstos en el Plan de Acción de la Aerocivil, correspondiente a la vigencia 2025, muestra que, con corte a 30 de septiembre de 2025, el avance físico promedio no supera el 37%. “Ello resulta a su vez alarmante si se tiene que cuenta que, según la propia Aerocivil, a la fecha la meta física programada era del 52%”, explica el informe.
Pinto era el principal responsable del manejo del programa ‘Aeropuertos para los Servicios Aéreos Esenciales’, una estrategia del Gobierno nacional mediante la cual la Aerocivil adelanta obras de adecuación de pistas de aterrizaje, mejoramiento de plataforma de estacionamiento, construcción y mejora de calles de rodaje, cerramientos de seguridad y construcción de edificios complementarios para la operación aérea de 14 aeropuertos.
Con corte a 30 de septiembre de 2025, de los 14 aeródromos contemplados en el programa de ASAES, tan solo 6 ─ubicados en Bahía Solano (Chocó), Bajo Baudó (Chocó), Magüi Payán (Nariño), La Primavera (Vichada), Cumaribo (Vichada) y Barrancominas (Guainía)─ presentan contratos activos o en proceso de ejecución por un monto, en suma, cercano a $377.019 millones, todos ellos amparados en convenios cuyo contratista es el Consorcio ENTerritorio S.A. – CENAC/COING.
De los ocho aeródromos restantes, dos (Acandí y San José del Guaviare) se encuentran en proceso de inclusión en un Conpes de declaratoria de importancia estratégica, mientras que los 6 restantes (Juradó, Santa Bárbara de Iscuandé, Puerto Leguizamo, Inírida, San Felipe y Miraflores) no registran ni acciones ni procesos de licitación en curso.
A juicio de la Cámara Colombiana de Infraestructura, el panorama ofrece clara evidencia de una deficiente planeación e ineficiente ejecución del programa, toda vez que la dinámica contractual y presupuestal no se materializa aún en avances tangibles en materia de infraestructura aeroportuaria en las regiones más apartadas del país.
“Así las cosas -recalca el informe- lo que fue concebido como una estrategia para cerrar brechas en conectividad, desafortunadamente no ha cumplido con el propósito central de mejorar la economía de estas regiones ni de incrementar la competitividad de la pequeña y mediana industria”.
El informe puso lupa sobre las 23 metas previstas en el Plan de Acción de la Aerocivil correspondiente a la vigencia 2025. Estas metas fueron plasmadas en 56 contratos relativos a la realización de obras de infraestructura, cuyas inversiones ascienden a $1,4 billones.
¿Qué encontró? Que la distribución de los niveles de avance físico muestra que más de la mitad de los proyectos (51%) aún registran rezagos en su ejecución, sin llegar siquiera al 40%.
Al aeropuerto de Alta Guajira, por ejemplo, le fueron asignados recursos por $338.395 millones en la vigencia 2025, pero tras una reasignación de recursos ahora cuenta con tan solo $9.954. “Estos último, de acuerdo con el Ministerio de Hacienda y Crédito Público, no han sido ni apropiados y, por ende, no han sido ejecutados”, subrayan los redactores del informe.
En la categoría de “proyectos en rojo” están situados aquellos que registran avances de entre el 0% y el 10% y que concentran el mayor monto de inversión ($1,01 billones). Entre estos se destacan el Aeropuerto del Café y las intervenciones en los aeropuertos Camilo Daza de Cúcuta, Palonegro de Bucaramanga y San Luis de
Ipiales.
Los “proyectos en naranja”, con una inversión total de $232.325 millones y un rango de avance entre 11% y 40%, incluyen los aeropuertos de Pitalito, Barrancabermeja, Yopal, San Andrés, Providencia y Leticia.
Los “proyectos en amarillo”, con un avance de entre 41% y el 70% representan el 14% del total, con un monto de inversión que asciende a $152.749 millones. En este grupo se destacan aeropuertos como Golfo de Morrosquillo, el Edén de Armenia y el Alfonso López Pumarejo de Valledupar.
Los de “verde oscuro” son aquellos proyectos con avance físico entre el 71% y el 95% con una inversión cercana a $43.573 millones. Este rango incluye aeropuertos en fases finales de ejecución como el Luis Gerardo Tovar de Buenaventura, Antonio Nariño de Pasto, Guillermo León Valencia de Popayán y Almirante Padilla de Riohacha.
“En verde claro” están destacados los proyectos completados, con ejecución de entre 96% y 100%, con una inversión estimada en $4.457 millones, corresponden al Luis Gerardo Tovar de Buenaventura y José María Córdoba de Rionegro.
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