Pasaron 40 años antes de que Carlos Lehder volviera a sentirse a sus anchas en su tierra, el Quindio donde amasó su gran fortuna ilegal que terminó encerrándolo 35 años en una cárcel de máxima seguridad en Estados Unidos. Allí está la huella del lugar donde empezó todo, la Posada Alemana, pero también los cientos de conocidos que ahora le retornan su admiración, que nunca se ha olvidado.
Reporteros del Diario del Otún visitaron la Posada Alemana, el hotel al estilo de los refugios en los Alpes que el guardaba en su memoria por sus raíces alemanas, donde vivía con todo el lujo, pero también lo usaba para ofrecerle atenciones a políticos y personajes regionales y nacionales. Hoy es una ruina rodeada de maleza que Lehder quiso visitar el pasado mayo como contaron los periodistas quindianos en su nota.
Un regreso nostálgico a sus 75 años en el que reconoció su ciudad Armenia que dejó con sabor amargo. Los vecinos lo reconocieron, en su recorrido por el centro de Armenia, tomando café en el parque Sucre, saludando a la gente, hasta llegar a su emblemática Posada Alemana, el lugar donde alguna vez mandó como zar del narcotráfico, cuenta el cronista. Eran 24 cabañas de lujo, discoteca, bar, centro de convenciones, un vivero, una cafetería, y hasta una estatua de John Lennon, su ídolo. No faltaban, aunque en menor dimensión los animales exóticos como su socio Pablo Escobar en la Hacienda Napolés.
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Un emporio que se vino abajo cuando Lehder fue capturado en 1987 en una finca en Gaurne, Antioquia. El predio terminó adminsitrada por la SAE y hace cinco años se anunció que la gobernación del Quindío construiría un Ecoparque Jardín del Quindío, pero no ocurrió nada.
Lehder cambió la vida tranquila en Alemania la tierra de sus mayores por Armenia y el Quindío
Después de cumplir una condena de 35 años en una cárcel de máxima seguridad en Estados Unidos, su ciudadanía alemana le permitió acceder a vivir en segundo país, donde se dedicó a escribir su libro, Vida y Muerte del Cartel de Medellín, que salió publicado en 2024, bajo el sello Debate de la editorial Penguin Random House. También en Alemania, país natal de su padre, Willheim Lehder Rivas, se dedicó a ayudar a escribir y hacer un documental sobre su vida con la empresa Rakontur, una productora de Miami que trabaja con Netflix, Metro-Goldwyn-Mayer y HBO.
Pero la tierra lo llamó y cuando se aseguró te tener su pasado judicial al día decidió regresar a su tierra. No fue más que tocar tierra colombiana cuando se revolcaron los fantasmas del pasado y Carlos Lehder volvió a estar bajo el escrutinio de la justicia el pasado 28 de marzo. Funcionarios de Migración lo detuvieron sin tregua. El sistema arrojó un requerimiento pendiente por porte ilegal de armas, una condena de 25 años impuesta en 1995 que nunca había sido borrada de los registros judiciales.

Fue trasladado a las celdas de la Dijin en Bogotá. En automático Lehder llamó a su coterránea abogada Sondra Macollins Garvin quien logró rápidamente que la jueza 18 de ejecución de penas y medidas de seguridad, Martha Yaneth Delgado Molano, reconociera visó su caso y declaró prescrita aquella condena, ordenando su libertad inmediata.
Macollins es una vieja conocida de Lehder quien estuvo a su lado en la divulgación de su libro y la negociación de los derechos de autor del documental para Netflix. El lanzamiento del libro fue el aperitivo de su regreso a Colombia y el reeencuentro con su abogada. Nacida en Santa Marta en 1974, con estudios de Derecho en la Universidad Libre y de Psicología en la Universidad del Valle, además de una especialización en derecho comparado en St. John's University School of Law, no solo ha asistido a Lehder en distintos momentos, sino al llamado carcelero de las Farc Martin Sombra, por su rol con los secuestrados, quien murió hace poco.
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Macollins Garvin ha construido una carrera que combina lo jurídico con lo político y se quiere probar en las elecciones presidenciales, después de su intento fallido de llegar a la Cámara de Representantes en las pasadas elecciones legislativas del 2022. Empezó ya la tarea de recoger firmas como precandidata a la Presidencia y muy seguramente contará con el apoyo de Lehder, quien ha probado que su popularidad entre sus coterráneos se mantiene intacta.
Las apariciones en público de Lehder le han permitido probar su relación con la gente de su tierra que es de todo, menos de rechazo. La sangre de la política siempre ha corrido por sus venas y en los años 80 fundó el Movimiento Latino Nacional, de tendencia nacionalista y anti-imperialista.

Logró con su movimiento elegir concejales en Armenia y diputados en el Quindío, moviéndose entre empresarios y políticos locales. Esa mezcla de poder y populismo parece no haberse borrado del todo en la memoria colectiva de la región, un arrastre que de seguro no lo va a dejar actuar como un simple observador en las próximas elecciones que de ante mano se anticipan serán muy reñidas.
Sandra Macollins es una de las únicas precandidatas presidenciales del eje cafetero y su antecedentes político permite vislumbrarla como contendoras de las mujeres del llamado centro de derecha en el que están ya en campaña Vicky Dávila, Paloma Valencia, Paola Holguín y María Fernanda Cabal. Su propósito es copar el suroccidente pero principalmente el eje cafetero y desde ya está en la búsqueda de asesores políticos, incluso internacionales, de primer nivel.
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