La demanda de pérdida de investidura contra la senadora Isabel Cristina Zuleta, como promotora del famoso “tarimazo” del 21 junio en Medellín, se ha convertido en un drama con un complejo nudo y un incierto desenlace.
Se aproxima la fecha de la audiencia en el Consejo de Estado y parte de la puesta en escena estará a cargo de un escritor y abogado y escritor que suele desenvolverse entre tramas jurídicas y literarias: Jaime Jurado Alvarán.
El consejero de Estado Germán Eduardo Osorio Cifuentes, conductor del proceso, reconoció ya a Jurado como abogado defensor de la congresista Zuleta, cuya investidura fue atacada por un grupo de demandantes, encabezados por el jurista cordobés William Quintero Villarreal, para quienes la congresista se extralimitó al conseguir la salida de la cárcel de miembros de la tenebrosa banda de ‘La Oficina’ para ponerlos en la misma Tarima donde el presidente Gustavo Petro hablaría de su paz total.
Jurado, abogado y literato manizalita, es un intelectual de izquierda que ha nutrido con sus narrativas las páginas del Centro de Memoria, Paz y Reconciliación y que como autor de novelas y cuenta ha alcanzado premios, unas veces con su nombre propio y otras con seudónimos.
Como abogado ha publicado obras críticas como Código Disciplinario del Abogado, un paso adelante, dos atrás y Control fiscal y debido proceso: las contralorías bajo la lupa constitucional.
Como escritor de literatura tiene títulos sugestivos como Jaguar y el falso positivo y Réquiem por héroes y tiranos.
En esta fase decisiva del proceso Jurado Alvarán se enfrentará con su cliente a un relato vivencial del mundo real en el que un alto tribunal busca establecer si una congresista fue más allá de los límites legales al disponer la excarcelación de personajes que llevan a cuentas condenadas por más de 500 casos de homicidios, desapariciones y despojos de tierras.
Para los demandantes la parlamentaria utilizó la tarima de la Alpujarra, en Medellín con un doble propósito: impulsar el proyecto reeleccionista de Petro y su propia reelección al Senado. Los ecos del escándalo generado llegaron a confines lejanos y según expertos en el tema de la ‘Lista Clinton’ habría sido uno de los motivos por los cuales el jefe del Estado y su familia fueron incluidos en ella.
Quienes aparecieron en la escena de Alpujarra no eran simples actores de reparto. Entre ellos estaba Juan Carlos Mesa Vallejo, alias Tom,fue considerado hasta 2017, cuando se produjo su captura, un objetivo de alto valor para la DEA. Estados Unidos puso entonces sobre la mesa US$2 millones que generaron una disputa entre los informantes y quebraron el círculo de lealtades que se trazaba a su alrededor. Su detención se produjo en diciembre de aquel año en el municipio antioqueño de El Peñol.
A su lado se trepó al mismo escenario, entre otros protagonistas de la criminalidad, Juan Camilo Rendón Castro, El Saya. Según información remitida por la Fiscalía 24 de la Dirección Nacional Especializada contra el Crimen Organizado al Juzgado primero Penal del Circuito Especializado de Extinción de Dominio de Antioquia, Rendón hizo una parte de una organización a la que se le atribuye, entre varios asesinatos, las muertes de dos funcionarios de Antinarcóticos de la Policía Nacional, Franklin Ferley Moreno y Sergio Antonio Castro, funcionarios de Antinarcóticos de la Policía Nacional, ocurridas el 12 de julio de 2012.
En su defensa congresista y defensor aducirán que ella cumplía legítimamente una misión que le fue confiada por el presidente Petro para actuar dentro del llamado “marco jurídico del Espacio de Conversación Sociojurídico de Construcción de Paz Urbana en Medellín y el Valle de Aburrá”.
Entre las pruebas aportadas hay una solicitud autorización de traslado para participación en acto público con el Presidente de la República -sábado 21 de junio- en La Alpujarra, en membrete de la Delegación del Gobierno Nacional Medellín y el Valle del Aburrá, fechado junio de 2025 dirigido por Isabel Cristina Zuleta López como coordinadora, al Teniente Coronel Daniel Fernando Gutiérrez Rojas, Director del INPEC.
Hay expectativa por conocer el hilo narrativo que será seguido por la defensa, a cargo de un hombre que convive lo mismo con los textos narrativos que con los expedientes.
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