En medio de todas las formas de negocio que existen en plena era de la tecnología, el amor también se vuelve estrategia. En Colombia, tres parejas de influencers han logrado transformar su vida cotidiana en una marca sólida, basada en la autenticidad y la complicidad.
Tatán Mejía y Maleja Restrepo, Sebastián Vega y Valentina Ochoa, y Variel Sánchez junto a Estefanía Godoy representan hoy el fenómeno del branding de pareja: una tendencia donde la relación se convierte en un producto comunicativo y comercial.
Tatán y Maleja son pioneros en este formato. Su espontaneidad y sentido del humor los han posicionado como una de las parejas más queridas del país. Con más de 4,6 millones de seguidores ella y 3,6 millones él en Instagram, su contenido combina humor, familia y una relación cercana con la audiencia. Sin perder naturalidad, han convertido su historia en una narrativa coherente de marca: “lo imperfecto también vende”.
En el mismo camino, Sebastián Vega y Valentina Ochoa proyectan autenticidad y estabilidad. Entre grabaciones, rutinas familiares y anécdotas personales, construyen una comunidad que valora la honestidad. Vega supera el 1,4 millones de seguidores, y Ochoa ronda los 563 mil, consolidándose como referentes del entretenimiento familiar digital.
Variel Sánchez y Estefanía Godoy completan la triada. Con más de un millón y medio de seguidores, su contenido (centrado en la vida en pareja, la crianza y la empatía) encaja en la lógica de un público que busca identificación antes que aspiración. Su relación cercana con las otras dos parejas ha potenciado colaboraciones cruzadas y un modelo de apoyo mutuo que fortalece su posicionamiento.
El éxito de estas duplas radica en la coherencia emocional. Sabiendo que la audiencia desconfía de lo artificial, ellos apuestan por la transparencia. Su branding de pareja no solo genera likes: fideliza audiencias y atrae marcas que buscan conectar desde lo humano.
Anuncios.
Anuncios.


