El adiós de Francisco Lloreda al gremio petrolero en medio de la tormenta del Gobierno Petro

El adiós de Francisco Lloreda al gremio petrolero en medio de la tormenta del Gobierno Petro

El exministro, cabeza del gremio, se retira después de 9 años. Su reemplazo tendrá que enfrentarse a una reducción de la inversión de las petroleras

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junio 15, 2023

Fue ministro de Educación de Andrés Pastrana, embajador de Colombia en los Países Bajos durante los años de Uribe y, desde el 28 de julio del 2014, es el director de la Asociación Colombiana de Petróleo, cargo que ocupará hasta agosto y en el cual comenzó después de dejar el de Consejero de Seguridad Ciudadana en la presidencia de Juan Manuel Santos. Kiko Lloreda lleva años estudiando el tema y sin negar las urgencias frente al cambio climático recuerda que “Colombia apenas aporta el 0,2 % de los gases de efecto de invernadero”.

Frente a la desesperación de un presidente decidido a convertirse en uno de los defensores del mundo contra el calentamiento global, una autoridad como Francisco Lloreda, le baja la caña y en esta conversación con Juan Manuel Ospina mira el tema desde el otro ángulo: los productores de petróleo.

Juan Manuel Ospina: Francisco tiene sólida formación y sólida experiencia. No hay mejor maestro que la práctica y es lo que tiene Kiko Lloreda. Después de nueve años al frente de la Asociación Colombiana de Petróleo y Gas, está en la esquina del movimiento.

Es que ahí está el tema ambiental, el tema climático y la plata del Estado. El 40 % de las exportaciones colombianas las genera el petróleo y el gas, el 20 % de los ingresos del Estado colombiano provienen de ahí. Requiere manejo cuidadoso y necesita lograr conciliar estas dos realidades. ¿Cómo caracterizas la situación actual? ¿Eres pesimista?

Kiko Lloreda: Lo primero a nivel global, en el mundo entero, hay una situación que todos los países tratan de ver cómo manejar y es la seguridad energética. Buscamos lograr un desarrollo cada vez más sostenible para que merme el cambio climático. Lograr ese balance cuando hay 8.000 millones de habitantes, muchos de ellos sin energía, viviendo en la pobreza, no es fácil porque cada país tiene su misma realidad.

Colombia no es ajeno como país a esa discusión, la de cómo lograr seguridad energética, que la energía que necesitamos se consuma en casa y cómo lograr aportar desde el punto de vista climático a que el resto del planeta no empeore; continuar aportándole al país unos dividendos, unos recursos a las regiones desde el punto de vista de regalías que las necesitamos y no tenemos cómo reemplazarlas. Es un balance que no es fácil y estamos inmersos en esa discusión.

JMO: Oyéndote, recordaba algo que les insisto a mis estudiantes y es que tradicionalmente se habla de los tres recursos de la producción: trabajo, tierra, capital, pero hay un cuarto, la energía.

K LL: Es que con energía, los que ya tenemos acceso a la energía la damos por sentada, y por eso no la valoramos hasta que se pierde. A raíz de la invasión de Rusia a Ucrania, la situación tan compleja que pasó Europa, que no tenía gas ni petróleo por su dependencia con Rusia. En ese momento, recordaron que la seguridad energética es muy importante y que tenemos que ver cómo avanzamos en la seguridad del cambio climático. Por eso tiene todo el sentido pensar que es un factor fundamental y cada día continuará siéndolo independientemente de cómo vamos a aprovechar la energía.

JMO: Un sector como al que estás vinculado y Ecopetrol son más que simplemente negocios petroleros, son negocios de energía. Así como son contaminadores, en sus recursos, en su experiencia, también pueden hacer transición a otras fuentes de energía. Es que es más que un sector petrolero es un sector energético. Esto se tiene que armar y se arma a partir de ese eje de negocios de capital que se han ido construyendo a partir de las fuentes convencionales de energía.

K. LL: Hay algo que es, desde hace unas tres décadas, el 80 % de la energía que se consume a nivel mundial deriva de lo que se conoce como combustibles fósiles. En más de un siglo ha habido variaciones, lo que apreciamos en las décadas por venir es un incremento de consumo de gas natural, se aplana el consumo de petróleo y cae el del carbón. Esto es como cuando uno va en vuelo y es necesario hacer una transición a unas fuentes de energía distinta, pero sin detener el avión porque no puedes detener el desarrollo de los países. No funciona así.

Todas las proyecciones al año 2050, en el escenario más sostenible, estaríamos utilizando fuentes fósiles entre el 70 % y durante un tiempo se va a seguir requiriendo del petróleo, del gas, del carbón. Cuando digo esto, lo digo no es para restregarle a alguien algo. Si en este tiempo, desde el punto de vista tecnológico, hay algo disruptivo que nos permita entrar a fuentes de energía de fácil acceso, pues magnífico, pero no podemos detener el avión en pleno vuelo.

Nosotros como país tenemos unos compromisos que se han originado en las conferencias de cambio climático de reducir el efecto invernadero. Colombia tiene planes que querían seguir ese camino y debemos hacerlo, pero sin perder la perspectiva de que nosotros como país tenemos un aporte insignificante a nivel global. El calentamiento global se produce por los gases que genera el planeta, pero aportamos el 0,2 % de esos gases. América del Norte aporta el 18 %, Asia el 50 %. No nos vamos a fresquear y debemos hacer mucho más en adaptación, pero sí entender que nuestro aporte es importante y también módico para que no nos equivoquemos al momento de tomar decisiones de política pública

JMO: Sería absurdo pensar que de nuestras decisiones depende el futuro del cambio climático. La impresión que tengo es que en buena medida los recursos tecnológicos, humanos, institucionales, de capital para hacer esta transición están radicados en los sectores energéticos, del petróleo y el gas deben salir en buena medida las nuevas fuentes de energía.

K. LL: En el fondo, estas empresas son empresas de energía, lo que saben es producir energía. Encontramos a nivel mundial muchas empresas que están en ese proceso viendo cómo desarrollan el hidrógeno como una fuente, viendo cómo se puede aprovechar la energía solar. Hay fuentes de energía de respaldo. Nosotros con las empresas, revisamos cómo lograr, cómo tener operaciones cada día más limpias.

La actividad de exploración y explotación de petróleo es responsable del 1 % de Colombia. No obstante, la mayoría, empezando por Ecopetrol, están haciendo una inversión importante para apostarle a la energía renovable y para reducir las fugas de gas metano. Otras trabajan en cómo capturar CO2. Esta industria es líder para lograr que en Colombia no solo tengamos una matriz eléctrica cada vez más limpia y es la socia más importante para cualquier gobierno. Es que aporta recursos muy importantes al Estado y se requieren unos recursos para hacer la transición energética.

JMO: Sabemos que para este Gobierno es muy importante el tema energético, pero hay mucha confusión de cómo abordar este tema. ¿Cómo están los inversionistas, las empresas que trabajan en Colombia? ¿Están tranquilos? ¿Se están yendo? ¿Cuál es el ambiente?

K. LL: La crisis climática es real y tiene toda la validez y la preocupación en ver cómo hacemos el balance, tener seguridad energética al tiempo que buscamos y evitamos no sólo se incremente la temperatura del planeta, sino lograr ecosistemas sostenibles. La pregunta es el cómo porque esto no es soplar y hacer botellas. A nivel mundial, el grueso del efecto invernadero está dado es por consumo de energía, ventiladores, aire acondicionado, el 70 % es de energía.

En Colombia, el 60 % de los gases de efecto invernadero se originan por el mal uso de la tierra. En Colombia los gases de efecto invernadero asociados a la industria es del 30 %. Entonces, cuál es la receta para ayudar. No es tanto lo que aportamos a la crisis climática global, sino para ver cómo logramos sacar de la pobreza energética, al millón de personas en Colombia y transformar el parque automotor. Si no logramos entender este desafío es malísimo el diagnóstico. Necesitamos hacer la transición y entender que las recetas de otros países no son las nuestras.

JMO: La gran tarea nuestra no es sino racionalizar el consumo de energía. Lo otro hay que hacerlo, pero es prioritario esto.

K. LL: La lógica me dice que uno debe hacer un gran esfuerzo de cómo lograr deforestar menos. Es que los bosques nos ayudan a capturar CO2, pero cómo logramos reducir emisiones. Hay que hacer la transformación del parque automotor. En el 2050, van a ser 50 millones de vehículos. ¿Qué podemos hacer para ir transformando el parque automotor? Si uno no entiende el desafío, puede tener muy buenas intenciones, pero no vamos a avanzar.

Aquí la conversación completa:

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