La historia detrás de estos emprendimientos con creatividad y capital venezolano que han cogido aliento y crecido en Cúcuta son muy ricas. Familias que cruzaron la frontera con una maleta en la mano y encontraron al otro lado del Puente Simón Bolívar, en Colombia, la posibilidad de empezar de nuevo. Muchos llegaron sin empleo fijo, pero con habilidades aprendidas en su país. Levantaron tiendas de barrio, locales de comida rápida, panaderías artesanales, salones de belleza o minimercados. Y con cada registro en la Cámara de Comercio, dejaron de ser parte de la economía informal para dar un paso hacia la legalidad y la permanencia. En lo que va hasta agosto de este año, según la Cámara de Comercio se registraron 350 empresas extranjeras de las cuales 338 fueron de capital venezolano que le han inyectado $ 2.15 billones a la economía nacional.
La reapertura de la frontera, tras años de cierres y restricciones, fue clave para ese despegue. Volvió a fluir la mercancía, se reactivaron rutas comerciales y oportunidades para quienes apostaban por quedarse en Colombia sin romper sus vínculos con Venezuela.
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Muchos de los nuevos empresarios mueven productos entre los dos países. El comercio binacional ya supera los 560 millones de dólares en el año y más de la mitad de esas transacciones parten desde Cúcuta rumbo a San Antonio o San Cristóbal, del otro lado del río Táchira. Los consumidores venezolanos en Cúcuta ha aumentado en 50 %, especialmente en el comercio minorista, los servicios y la gastronomía, donde la demanda se ha expandido de manera significativa.
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Nuevas empresas micro y pequeñas
La avalancha de emprendimientos se ha extendido en diversos sectores, no solo en el comercio tradicional. La Alcaldía de Cúcuta en conjunto con la Agencia de cooperación norteamericana USAID han lanzado el programa "Mapeo de Emprendimientos" para identificar y conectar emprendedores venezolanos con oportunidades de financiación y acceso a mercados. Hay negocios de carbón, publicidad, construcción, gastronomía, informática, hoteles o administración empresarial, entre varios más.
Sociedades con personería jurídica que llevan socios venezolanos fueron 56 este año. Algunas de ellas como Palmas Yepez está en el comercio al por mayor de materiales de construcción, artículos de ferretería, alquila y arrienda maquinaria, Carbones San Francisco extrae hulla en Sardinata y tiene trasporte de carga por carreta y comercializa combustibles, Borderline Ventures se dedica al comercio al por mayor de productos alimenticios, y actividades inmobiliarias con bienes propios o arrendados, Global Colombia CG tiene sede en Villa del Rosario y su objeto es la construcción de otras obras de ingeniería civil, terminación y acabado de edificios y también comercio al por menor de prendas de vestir que incluyen artículos de piel. GC Farma fabrica productos farmacéuticos y sustancias químicas medicinales. Finanxis, presta servicios de transferencias económicas con tecnología basada en blockchain, apoya a las empresas en finanzas digitales

En muchos casos, los emprendimientos se sostienen con modelos de bajo capital inicial y alta adaptabilidad, lo que les permite crecer rápidamente en un contexto competitivo. Esa flexibilidad empresarial encaja con la realidad de Cúcuta, una ciudad que enfrenta altas tasas de desempleo y que necesita nuevos motores económicos.
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Sin embargo, hay riesgos, como la competencia con empresas locales que, en sectores como restaurantes o comercio minorista, pueden verse afectadas por la saturación de la oferta. También está la presión sobre la infraestructura y los servicios públicos, ya que el incremento poblacional y empresarial aumenta el consumo de vivienda, transporte, agua, electricidad y servicios sanitarios.
Otro riesgo es la dependencia económica: si gran parte de la economía de Cùcuta queda atada al dinamismo venezolano, cualquier cambio político, económico o migratorio en el país vecino la podría afectar de manera directa. Y, aunque muchas empresas se formalizan, no todos los emprendedores logran superar las barreras de permisos migratorios, requisitos legales y acceso a crédito, lo que limita su estabilidad.

La ciudad está trabajando en varios frentes. Está construyendo un Centro de Eventos, Exposiciones e Innovación, que va por el 40 % en la antigua plaza de Toros de Cúcuta. La obra inició la administración del exgobernador Silvano Serrano Guerrero y el actual gobernador William Villamizar ha dado continuidad. Son 26.000 metros cuadrados en tres niveles, donde se realizarán ferias, congresos, negocios, encuentros culturales e iniciativas de innovación.
Inversiones para crecer
Se anticipa es que un número creciente de estas empresas pasará de micro a pequeñas y medianas, con inversiones mayores y una diversificación que irá más allá del comercio básico para abarcar áreas de servicios especializados, logística e incluso manufactura ligera. Algunas de ellas ya reportan aumentos de activos superiores al 200 % desde su constitución, lo que confirma un proceso de consolidación.
Hacia el futuro, solo el cambio de políticas migratorias y comerciales de Colombia o Venezuela, podrían detener el flujo de nuevas empresas que la innovación y la resiliencia han creado. La estabilidad política parece clave en el proceso de consolidación de la ola empresarial venezolana en el lado colombiano de la frontera.
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