En vísperas de elecciones es importante ver hacia el pasado, hacer un alto en el camino y tomar una excelente decisión. Sin embargo, ¿por qué fracasa un alcalde? Infinidad de situaciones se presentan en este flagelo que afecta a nuestros municipios, aquí ilustraré algunas:
Los alcaldes fracasan, entre otras razones, cuando la expectativa supera a su realidad, no existe consistencia en su estilo gerencial, se trabaja sobre la coyuntura privilegiando lo urgente e inmediato sobre lo realmente importante, vale decir, cuando es evidente que todo se improvisa y no existe capacidad de gestión.
Un alcalde fracasa cuando no sabe distribuir su tiempo, delegar o trabajar en equipo, no fomenta una cultura organizacional que privilegie los valores, no establece mecanismos de coordinación interna y un sistema de comunicación institucional.
También fracasa cuando no muestra flexibilidad, capacidad y decisión para aceptar los errores y adoptar las medidas correctivas de manera oportuna, que les permita superar las desviaciones de un proceso de mejoramiento continuo, conducente a la búsqueda de la excelencia organizacional.
En consecuencia, los alcaldes deben mejorar su capacidad de gestión asumiendo la responsabilidad de ser creativos e innovadores a la vez, para lograr hacer mucho con poco y decimos que deben esforzarse en ser las dos cosas, ya que los creativos piensan en cosas buenas y los innovadores hacen cosas buenas.
Para el caso de Sabanalarga, ya hasta los más férreos defensores de ayer del alcalde Jose Elías Chams se han cansado de su modelo populista y demagógico (regalar cavas de ron y cervezas) que ha condenado a nuestro municipio a cuatro años de desasosiego, inmovilidad y caos, diciéndole sin ambages que dilapidó la oportunidad de erigirse en un verdadero salvador y escogió el atajo del populismo, que solo garantiza atraso y miseria.
¿Cuáles son las razones para que al alcalde de Sabanalarga se le señale como mal administrador? Varias. Falta de conocimiento sobre hacienda pública, la principal. Además, poca experiencia administrativa. A esto súmesele la improvisación y el populismo. Muchas de las decisiones tomadas por él muestran a un alcalde sin un norte claro, sin visión de futuro para el municipio. Un equipo de gobierno de bajo perfil que todavía muestra fallas en la ejecución de las obras públicas, poco le ayuda a mejorar la percepción que el ciudadano común y corriente tiene de su administración. Por esta razón, la evaluación de su gobierno ha sido negativa.
Desde el mismo momento en que surgió la candidatura del alcalde Chams en el municipio de Sabanalarga, me opuse a la misma, pues tuve la certeza de que tanto su falta de experiencia en el sector público como su carencia total de liderazgo le impedirían tomar decisiones de manera eficiente para de ese modo lograr el tan anhelado progreso y desarrollo del ente territorial.
Para administrar un municipio se necesita de habilidades y destrezas que suelen encontrarse en algunas carreras, en mayor o menor medida. La administración pública se ha tecnificado a tal manera que necesita de preparación previa, conocimientos y experiencia específica en la materia. La experiencia en la política es necesaria o el trabajo en el sector público. Cualquier parroquiano tiene el derecho a ser elegido, pero no cualquier parroquiano debe ser gobernante. Estos personajes que nunca han participado en un cargo de elección popular, y que llegan por arte de magia al poder, pueden ser una mala experiencia.
Puede ser que este panorama le repudie, que odie la política y a los políticos, que usted crea que son unos vulgares ladrones y tiene todo el derecho a pensarlo. En esta democracia usted dirá que siempre están los mismos en el poder y que las cosas no cambian; entonces no vote por los mismos, elija el mejor o por lo menos el menor de los males, en un pueblo todos se conocen, todos saben del pasado de unos y otros; al fin: pueblo chico, infierno grande. Si usted conoce el oscuro pasado de un mal candidato, o el de su familia, no espere que le salga un buen alcalde.