Hace rato Petro le estaba halando los bigotes al tigre. En Nueva York, invocó la desobediencia del ejército a Trump, acto irresponsable que desbordaba la libertad de expresión en la tribuna de las Naciones Unidas. Su defensa en alza a Maduro —un dictador que robó las elecciones de 2024— ante la eventual intervención militar de EE. UU. en Venezuela, suma puntos.
El tigre respondió… y la embarró. Trump trina, Petro existe.
Es obvio que Petro provocó a Trump, comenzando por el llamado a la desobediencia en Nueva York, hecho al que Trump no alude en el lamentable trino de ayer. Sin embargo, lo que dice el emotivo Trump —que lee poco y tiene problemas de ortografía (somos “Columbia”)— es un verdadero regalo a Petro:
- Que Petro es “líder del narcotráfico”. No existe ninguna evidencia de que lo sea. La tónica del trino de Trump parece equiparar a Petro con Maduro. No es así. Petro fue elegido democráticamente en las urnas y, más allá de su inoperancia, de sus incumplimientos y de hablar en exceso —con sus quejas sobre las cortes, sus críticas a los medios y su desprecio por el mundo empresarial—, no ha desbordado el régimen democrático colombiano.
- Que va a destruir los campos de coca en Colombia. Es una insensatez por donde se le mire: la amenaza de intervención militar y la inoperancia de décadas de guerra contra las drogas.
Independientemente de la postura política frente a Petro, es un presidente elegido en democracia, no equiparable a Maduro, quien desconoció los resultados electorales de 2024 y ha perseguido sin misericordia a la oposición. Trump se equivoca.
Ojo con quienes quisieran una intervención de EE. UU. en Colombia: no hay desprecio mayor, por parte de individuos como Trump, hacia este tipo de actores. La crítica a Petro debe tramitarse por los canales de la democracia: las urnas, los medios de comunicación y los órganos de control político. De forma pacífica.
El gruñido de Trump probablemente comenzará con aranceles
El gruñido de Trump probablemente comenzará con aranceles. Dejando a un lado las exportaciones mineroenergéticas, Colombia exporta una serie de productos que, entre enero y agosto de 2025, generaron US $ 5.600 millones. Son bienes agropecuarios, agroindustriales, de la industria básica, liviana y de maquinaria y equipo. Los no mineroenergéticos con destino a EE. UU. representan el 32 % de las exportaciones totales de ese rubro, una cifra importante que se traduce en decenas de miles de empleos.
La suspensión de la ayuda de EE. UU. a Colombia en materia de lucha contra el narcotráfico no beneficia ni a Colombia ni a los Estados Unidos. Hay que buscar reparar los desacuerdos.
En cuanto a la presencia militar en aguas cercanas a Venezuela, el secretario de Defensa Hegseth reconoció que al menos una de las lanchas destruidas no era venezolana (con cargamento atribuido al ELN), y Petro reclama que una embarcación hundida en septiembre pasado pertenecía a un pescador colombiano. Es un tema que en EE. UU. suscita debate: la legalidad de la decisión de disparar sin preguntar está siendo discutida y probablemente acarreará objeciones jurídicas.
Motivos suficientes para sentarse a hablar. No puede ser que las relaciones bilaterales se decidan a punta de trinos irresponsables. No puede ser que se pierdan valiosos empleos al calor de la ideología. Colombia debe proponer, por iniciativa propia, alternativas para buscar una solución a la crisis por el cauce diplomático. Es demasiado lo que está en juego.
Del mismo autor: Colombia educa y resiste: lo que revelan los nuevos informes de la OCDE
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