Las pruebas Pisa: ¡valen la pena!
Opinión

Las pruebas Pisa: ¡valen la pena!

Hay que seguir participando, examinar las buenas prácticas en los países de alto desempeño y rediucir la inequidad, predictor del bajo desempeño en Colombia

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diciembre 11, 2023
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Desde el 2006 Colombia viene participando en las pruebas Pisa (Programa para la evaluación internacional de estudiantes). La última se debía realizar en el 2021 y por la pandemia se pospuso al 2022. Los resultados fueron conocidos el 5 de diciembre pasado.

Participaron en las pruebas de matemáticas, comprensión de lectura y ciencias 690 mil estudiantes de quince años de 81 países, incluyendo de los miembros de la OCDE. En Colombia tomaron parte 7.804 alumnos, una muestra de los 586 mil en sus quince. Aunque el énfasis del 2022 estuvo puesto en matemáticas, cada prueba, compuesta de preguntas de opción múltiple como también de respuesta libre, tomó dos horas.

Es conocido que la participación de Colombia en las pruebas Pisa tiene detractores. No obstante, opino que tiene todo el sentido participar en ellas y aprender de buenas prácticas en otros países. Vale la pena preguntarse, entre muchos aspectos, acerca de qué métodos aplican los asiáticos para que los jóvenes de Taipei, Singapur, Corea del Sur, Japón, Macao estén a la cabeza en matemáticas. O por qué las mujeres, de lejos, obtienen mayores puntajes que los hombres en comprensión de lectura.

A lo que me opondría rotundamente sería a que el sistema educativo se concentrara en mejorar los resultados de las pruebas Pisa como un fin en sí mismo y no como un medio de aprendizaje.

Hay que decir que las preguntas de las pruebas Pisa están enfocadas a medir la capacidad del estudiante, ya cerca de culminar la educación secundaria, de vivir en sociedad de forma creativa, con las características y desafíos de la ciudadaníaa del siglo XXI.

En matemáticas se trata de formular, utilizar e interpretarlas para resolver problemas de la vida real, incluyendo el uso de conceptos, procedimientos, herramientas para describir, explicar y predecir situaciones determinadas. En comprensión de lectura (el lenguaje es la morada del ser, decía Heidegger), se examina la capacidad de comprender, usar, evaluar, reflexionar acerca de textos relacionados con los proyectos de vida propios y con las problemáticas de la sociedad contemporánea. Finalmente, en ciencia, la idea consiste, no tanto en el conocimiento enciclopédico de la misma, como en la capacidad de razonar como ciudadanos reflexivos que cuentan con competencias para interpretar datos y evidencias de forma cientifíca (me llega a la mente, por negación, el video archi-conocido de un conocido pastor, cuchillo en mano, acabando con el virus del Covid -19 representado en una pelota de plástico).


El promedio colombiano en cada una de las tres pruebas está muy por debajo del correspondiente a los países OCDE y, obvio, lejos del de los campeones


Hay malas y buenas noticias para Colombia. Entre las primeras, la de bulto, es que el promedio colombiano en cada una de las tres pruebas está muy por debajo del correspondiente a los países OCDE y, obvio, lejos del de los campeones. En matemáticas, nuestro promedio fue de 383 mientras que los de Singapur están por encima de los 570… Ocurre algo similar con lectura y ciencias.

Una buena noticia consiste en que, a pesar de que desde antes de la pandemia se registra una disminución en el puntaje promedio obtenido por los países de la OCDE en matemáticas y comprensión de lectura, hay cuatro países que registran, desde el inicio de su participación en Pisa, un mejoramiento en dichas áreas: Colombia, Macao, Perú y Qatar.

Dicho lo anterior, los desafíos son enormes.

Prácticamente no hay estudiantes colombianos que se hayan asomado al rango más alto en matematicas (niveles 5 y 6). Mientras que en promedio el 69 % de los estudiantes de países OCDE consiguieron al menos el nivel 2, en Colombia solo el 29 % lo lograron. En otras palabras: el 71% de los jóvenes compatriotas que presentaron las pruebas obtuvieron puntajes por debajo del nivel 2, el más bajo…  En lectura el asunto también es grave: 51% están en el nivel más bajo y solo el 1% llegó a los niveles 5 y 6. Situación similar se presentó en ciencias.

Los resultados PISA también nos hablan de las profundas inequidades. Las pruebas también iban acompañadas de un cuestionario relacionado con la situación socioeconómica de cada estudiante. A los más pobres les va peor que a los que pertenecen a familias con mejores medios. De ahí la admiración que produce que el 10 % de los más desfavorecidos pudo estar entre los colombianos del 25 % de mejor desempeño en matemáticas.

Hay otros datos que son alentadores. El 82 % de los estudiantes declaró que sus profes de matemáticas mostraron constante interés en su aprendizaje personal, una proporción bastante superior a la de OCDE (63 %), y que también recibían ayuda adicional de parte de los docentes. 

Algo también notable se refiere a que en 2021, el 49 % de los alumnos estaban en colegios en los que los padres de familia, por iniciativa propia, estuvieron en contacto con los docentes para discutir acerca de los progresos de sus hijos.

Hay que seguir participando en las pruebas Pisa. Pero, sobre todo, hay que examinar las buenas prácticas en los países de alto desempeño. Cómo se preparan los maestros, de qué forma los padres de familia se involucran. Y uno de los retos principales: cómo reducir la inequidad rampante, un predictor del bajo desempeño en Colombia.

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