La guerra civil interna ha brotado dentro de las entrañas del Partido Socialista de América, al cual pertenece Zorham Mamdani, el alcalde electo de Nueva York, por la decisión del burgomaestre de trabajar con el presidente Donald Trump “por el bienestar de Nueva York”, conservar a Jessica Tish como comisionada del Departamento de Policía y, sobre todo, por no darle el apoyo al concejal de ultraizquierda Chi Ossé en su decisión de enfrentar a Hakeem Jeffries, el líder de la minoría de la Cámara de Representantes, en las primarias demócratas de 2026.
Aunque opacada en forma total por la publicación de los documentos de Epstein —los cuales involucran al mismo presidente de EE. UU. y a personas de gran renombre mundial, por lo cual amenazan los cimientos de la Casa Blanca con la fuerza de un terremoto escala 6—, la futura renuncia de la congresista Marjorie Green-Taylor, importante figura de la MAGA de ultraderecha y otrora gran gladiadora de Trump, quien ya está dentro de otra polémica, esta vez porque habría amenazado de muerte a seis congresistas que les aconsejaron a las tropas “no cumplir órdenes ilegales”, la guerra civil también estalló dentro de las filas izquierdistas.
Muchos de los miembros del Partido Socialista de América no vieron con buenos ojos el extraordinario encuentro entre Trump y Mamdani, el pasado viernes en la Oficina Oval, donde los dos hombres no solo se reconciliaron, sino que se deshicieron en elogios, alegando que “tenemos muchas cosas en común” y prometiendo ayudarse “por el bien de Nueva York”.
“Vamos a ayudarle en todo lo que pueda para hacer que los sueños de todo el mundo se vuelvan realidad”, afirmó Trump, mientras que Mamdani repite que “es asombroso todas las cosas que tenemos en común para el bien de la ciudad”.
La escéptica Alexandria Ocasio-Cortés
Al mismo tiempo que los analistas de todas las vertientes hablaban maravillas del encuentro, Alexandria Ocasio-Cortés, AOC, la jefa del escuadrón de la Cámara —quien hasta la noche de elección de Mamdani fuera el rostro visible de la ultraizquierda— comentó: “ya veremos”.
Por otro lado, los noticieros locales hablaban de la primera “pilatuna” de Mamdani: negarle el apoyo al concejal Ossé, de Brooklyn, para enfrentar a Jeffries.
El asombro no tiene límites porque Ossé fue uno de los caballos de batalla de Mamdani para ganar la nominación demócrata, siendo su distrito de Brooklyn un bastión de la ultraizquierda, frente a Jeffries, un moderado, amigo de Israel, quien solo vino a endosar a Mamdani el fin de semana antes de la elección de noviembre. “Jeffries es un enemigo del movimiento socialista y de la izquierda”, aúllaban las huestes izquierdistas.
Comienzan las pilatunas de Mamdani
“No creo que sea el momento adecuado para reemplazar al vocero (Jeffries) de la minoría de la Cámara”, expresó Mamdani en conferencia de prensa hablando sobre el particular.
“No entiendo. Nosotros hemos tomado riesgos juntos”, decía Ossé. “Por eso creo que podemos tomar este riesgo juntos (desafiar a Jeffries) y ganar”.
Pero Mamdani no lo escuchó y se fue con el rival de su compañero de lucha. “Mamdani está demostrando que es como cualquier otro político”, comentó Gerson Borrero, exdirector de El Diario/La Prensa de Nueva York, ahora comentarista político.
La aspiración de Ossé fue votada por los miembros activos del Partido Socialista de América, quienes se fueron con los deseos de Mamdani: 52% frente a 48% que votaron por Ossé, dejando a los ultraizquierdistas de Brooklyn con los crespos hechos, a pesar de los reproches públicos y privados.
Sin embargo, esa no sería la primera decepción que sufrirían los progresistas socialistas de manos del nuevo alcalde.
Por encima de sus deseos y argumentos, Mamdani ratificó a Tish, la actual comisionada del Departamento de Policía, como miembro de su equipo. Los izquierdistas no ven con buenos ojos a Tish debido a que se opone a algunas reformas del estado de Nueva York en cuestiones criminales y también quiere continuar con la base de datos sobre los pandilleros de Nueva York —muchos de ellos menores de edad—, motivo por el cual los socialistas dicen a voz en coro que “hay que destruirla (la base de datos) para darle una oportunidad a los jóvenes criminales”.
Los analistas destacan que la victoria de Mamdani como alcalde de Nueva York le ha quitado mucho brillo a AOC, quien desea continuar la guerra abierta contra Trump, sacar de las curules al mayor número posible de demócratas moderados, legalizar la prostitución, las drogas y borrarle el pasado criminal a los jóvenes pandilleros, misión en la cual la acompañan muchos miembros de la izquierda progresista. Y que son las razones de la división interna.
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