La constituyente: un parto difícil

La constituyente: un parto difícil

La constituyente no es un camino fácil para un presidente con tanta desventaja parlamentaria y el rompimiento de las lealtades necesarias

Por: Francisco Javier Hernández Ramírez
abril 02, 2024
Este es un espacio de expresión libre e independiente que refleja exclusivamente los puntos de vista de los autores y no compromete el pensamiento ni la opinión de Las2orillas.
La constituyente: un parto difícil

CONSTITUYENTE… opinión del “pueblo fervoroso “, sí es conmigo; vandalismo de “populacho ignorante” NO es conmigo. Derechos de la DERECHA… vs “sospecha de dictadura, sí es Zurda”.

CONSTITUYENTE. La CRIATURA POLÍTICA a la que TODOS los gobiernos, TODO EL TIEMPO, han acudido… y que REPUDIAN por “malformación genética” cuando OTROS, la engendran.

Hay mucho tema para especular. Para opinar emotivamente. Pero dos cosas veo como ciertas: una que no es un camino fácil para un presidente con tanta desventaja parlamentaria y el rompimiento de las lealtades necesarias, aparte de que el establecimiento ataca desde todos los ángulos; y dos, el presidente tiene dos problemas de gobierno internos graves, que no soluciona AÚN, y a los que apenas se enfocó en serio: empezar trabajar con políticos viscerales, untados de la idea de pueblo-pueblo, así no sean técnicos. Honestidad conceptual y política, deben ser los requerimientos para un cargo, no cartones de fríos burócratas, muy preparados, pero sin compromiso social alguno.

La condición sine qua non, que sean gente de carácter y con idea honesta de trabajo administrativo, que conozcan y defiendan los fines del gobierno en que trabajan: de no ser así, no cualquiera sirve. Por más técnico y por reputada que sea la Universidad que lo formó, sí un funcionario no siente la sociedad a la que debe servir y proteger, NO sirve. Sí un político, que lleva años de lucha social, que conoce los territorios, sus gentes y problemas, no es técnico, pero es honesto y comprometido, desempeña cualquier puesto con honradez…solo pensando en SU pueblo, Sirve.

Gustavo Bolívar y Alexander López, no tienen que saber, HACER EMPANADAS, buscarán a quienes SEPAN HACERLAS. Son políticos natos integrales e íntegros, y como su presidente, harán lo correcto. Y estoy dispuesto a postar por ellos, y las cosas buenas que harán por Colombia: porque, estoy seguro, que no dejarán perder un peso. Y NO harán torcidos. En los tiempos que corren, eso es una enorme garantía. 

El presidente Petro, ya se equivocó gravemente con Olmedo. A cualquiera le pasa, alguien sale rana, torcido. Pero, Petro, en su honestidad conceptual hizo lo correcto; “señor Olmedo, está despedido, vaya responda por sus actos”.  Eso hace diferencia con Abudinen y sus cómplices.

El presidente debe ser más exigente con su gabinete. Exigir que hagan cosas y las muestren. Deben poner el huevo y cacarear… los Medios NO publicitan ninguno de los aciertos del Gobierno, solo magnifican los problemas que hoy tenemos…porque los tenemos y graves. Especialmente en seguridad. Por la economía, yo no me preocuparía tanto… el campo empieza dar resultados; dólar a buen precio para el comercio internacional de dos puntas. Pero algo es cierto, mucha violencia, mucho especulador que no deja sincerar los precios y se aprovecha del colombiano de a pie; unas tasas de interés aún altas. Es difícil ser lógico y coherente en el análisis de un país con tanto potencial de ser más grande, más justo y más equitativo, cuando los mezquinos intereses de los que ya extrajeron su riqueza personal, del tesoro común de los colombianos, dejen de querer más y más.    

Una pregunta, ¿cómo espera Colombia que un presidente haga algo, sí no lo dejan intereses de todo tipo? Por cada propuesta, hay un sabotaje, un absurdo desmadre político que no deja marchar el gobierno.

En esas condiciones, con tanta inseguridad en los posibles apoyos que la lleven a buen término, una Constituyente es tan mala idea, que solo sirvió para que el eterno presidenciable, de Vargas Lleras, reviva su angustioso sueño de toda la vida, una postrera candidatura que lo lleve a lo que cree su destino irremediable, ser presidente. Difícil tarea, en medio del desprestigio de la clase política y de su Partido en particular. Pero no es Cambio Radical en único de ultra derecha. Es que carecemos de Partidos Políticos serios. Es más, carecemos de Partidos políticos y de sus mejores gestores…los políticos serios, responsables por sus actos y por sus electores.

Hoy solo se ven oportunistas de toda laya, en medio de grandes oportunidades de alcanzar honores montados en cohetes de dinero. La Carta del 91, abrió puertas a la “participación ciudadana” pero, a la vez, destapó la Caja de Pandora, para que, con nombres rebuscados y dinero suficiente, toda clase de oportunistas organice su propia empresa electoral, sin haber liderado nunca, un proceso social o comunitario. Es de esta manera que una elecciones en Colombia, se volvieron un mercado persa, en el que cada cual merca según los fondos disponibles. Ser liberal o conservador, no importa, es que intereses defiendo. Por otra parte, la licencia alcahueta de las coaliciones y “enchases” permite que unos arrastren a otros, solo con decir: estamos con sumercé.

Así llegó al poder con una amalgama de matices políticos que reclamaban cambios, Gustavo Petro. Un progresista de siempre. Honesto y comprometido como político que, durante más de treinta años de probado demócrata, como parlamentario y alcalde de Bogotá, llegó tirando de más de un colado de ocasión, que hablaba de cambio…pero de su situación. Resulta que muchos de ellos, solo buscaban cambiar de status personal, de ciudadano de a pie, por Honorable Parlamentario. Se pegaron a la rueda de Petro, para ahorrar oxígeno en la cuesta. Buenos ciclista, pésimas personas y excelentes traidores.

Y conste que no hablo aquí de tipos como el tal HP Pulido, que no vale la pena tal desgaste, en tan poca formación política, ética y humanista. Tampoco hablo de los Parlamentarios “liberalesque eligió el pueblo, para representarlos, pero mudaron casi que en uribistas por obedecer al neoliberal de Gaviria. LO que ofende, de su actitud, NO es que no apoyen en todo al único liberal de ideas, que hoy ganó el poder, sino que no dejan gobernar con su manguala.

Se les olvidó, que cada uno de ellos, fue elegido para actuar en nombre del pueblo, no en nombre de un gamonal como Gaviria. Gaviria es “un jefe espurio” que ha escamoteado la elección de una Dirección Liberal Nacional seria, responsable y comprometida con la Doctrina y filosofía liberales. Ha estado corrompiendo la institucionalidad interna del antaño digno Partido Liberal colombiano. Debe irse.

Me extraña. Sí, en la mujeres, que nos dieron idea de que una nueva era política y de honestidad femenina, que tanto necesitamos los hombres, llegaría a los nichos de poder, para hacer más responsable y ética la política. Muchos parimos esperanza nueva, yo entre ellos.

Una mezcla agridulce de desencanto y satisfacción, ronda en Colombia hoy. Como en las casas de los pobres, fue más grande el costal… que el mercado. Es obvio que con tanto estorbo se hace muy difícil caminar tras un logro o unas metas. Le pasa hoy al presidente Gustavo Petro. No le permiten hacer los cambios que prometió en campaña, pese a que nunca los ocultó y que más de 11.000.000 de colombianos eligieron esta opción. Lo más absurdo, es que todos mercaron algo. Nadie perdió todo, nadie ganó todo. Parece apenas lógico, pero no es así, porque, si bien en buena hora giramos a la izquierda, el panorama aún es incierto y faltan etapas decisivas. Nadie a ha sido maltratado por sus ideas y comparten nichos de poder desde los que ejercen su idea política.

La izquierda ganó. Justo es reconocer que casi siempre es algo caótica cuando gobierna…es que atender a los pobres, es más difícil que tranzar con los ricos. Muchos pobres esperan, y exigen, que cualquier político de izquierda con poder, se ocupe solo de sus problemas, y el gobernante de izquierda, emotivo y tonto, se enreda en una cruel disyuntiva: se olvida de sus convicciones o se enfrenta al establecimiento que causó los males que pretende remediar. Remember Bogotá Humana.

Petro está en un doloroso déjà vu. La Constituyente, es decir, recurrir, de nuevo, al pueblo. Es distinto. Por entonces era una sola ciudad, unos mismos problemas… “había unidad de materia” como suele decirse. Además, Bogotá, es Voto de opinión con tendencia liberal. Los Votos necesarios para ganar la Constituyente son muchos   y dispersos por todos los rincones de Colombia, allí en donde los gamonales y caciques tienen su feudo y “costalados de plata y clientes”. La Constituyente tiene otro enemigo, en el extramuro de los territorios: Es que las lealtades son muy baratas. Tejas, cemento o tamales…matan ideología.

Petro todavía tiene opciones, aparte del apoyo popular. Claro, Popular, un concepto para revaluar, en un país en el que gentes que carecen de lo más elemental para sobrevivir con algo de dignidad, y han tenido que vivir a contrapelo…resultan ser de DERECHA…votan por los que los mantienen en la miseria.  Petro debe llamarlos, pero no para una constituyente que perdería contra la plata y las mañas de todo tipo que irían contra ella. Debe convocarlos la calle.

Presidente, hay tiempo. Exija RESULTADOS A LAS DISTINTAS CARTERAS, que digan qué, en donde y para quienes se hicieron las obras o proyectos. Hagan bulla, cacareen. Muestren. Con Medios propios. Hay que consolidar o reversar decisiones, reacomodar cuadros, y analizar tendencias. Hay una tarea por terminar, una batalla por librar. Cosas por ajustar arriba y abajo. Es claro, que el cambio exige romper algunos platos, pero, en lo posible, el giro no podrá ser de 360 grados, ni apresurado. Debemos “serenar el charco” No hacer muchas olas, así los cambios deban hacerse, sí o sí.

Llegará el momento en que la economía y la industria, jalonada por el sector primario, la caída de la inflación y la baja en las tasas de interés, serán tan visibles, que nadie podrá ocultarlo ni demeritarlo. Todos tienen una esperanza, en ambas puntas del espectro político nacional: los unos con Gustavo Petro, recuperar la dignidad y su parte del país para lo excluidos. Enderezar el camino hacia algo mejor, llevando justicia social y económica a las gentes y territorios que nunca la han tenido y lograr una reforma Agraria que nos vuelva potencia agrícola y pecuaria. En orden y sin violencias.

Se oponen, aquellos otros, los interesados en consolidar a cualquier precio sus intereses creados. Pero, además buscan tapara errores repetidos y escabrosos. Las apuestas, por raro que parezca, están por el gobierno del cambio: la inercia social y política darán la razón a Petro. Es un “recién” llegado que irrumpen el statu quo con una nueva oferta de esperanza por mejores cosas. Y ya vemos que, contra viento y marea, busca lograrlo.

Petro, representa una Izquierda moderada, demócrata, con ideas de hoy para gentes de hoy. No es comunista. Y sí algo tiene de Socialismo, es el humanista de corte europeo, es decir, Socialdemocracia dentro del Estado de Derecho cásico. Petro y su gentes, no son muy veteranos en lides de gobierno. Pero están afinando procesos y criterios. Vienen del éter político, de ser ignorados por mucho tiempo. Y de pronto; pum, sacan la cabeza y los aclaman. Los valoran. Esperan que hagan algo distinto, que cambien el decorado social, político y económico sin destruir el escenario. ESA ES LA APUESTA

Llegar con éxito a la etapa final de este gobierno, sin romper toda la vajilla y sin que los ideales por algo mejor, naufraguen entre la bataola de la chismografía o la violencia, es el propósito de Petro, no es ir más allá. Pero sí creo, que debe ser el comienzo de una nueva era, de una nueva forma de ver y administrar el país, bajo términos de equidad en la distribución de los bienes nacionales, de propiedad de todos; de igualdad en el reconocimiento de una nueva ciudadanía con iguales deberes y derechos: de oportunidades sociales y económicas similares, que nunca iguales, por obvias razones; el momento de un nuevo respeto por natura y el clima.  Una nueva era, bajo parámetros claros de democracia participativa y ceñida a la Constitución de 1991.

Estamos en el medio tiempo de un partido, entre ideas contrapuestas. Entre rivales que esperan dejar tendido en el campo al otro. Los “recién llegados” cuentan con una ventaja: traen un viento nuevo, fresco, a una sociedad hastiada de lo mismo por casi 20 años. Perdón, 200 años.

Y lo mismo quiere decir: una absurda pauperización de la clase media, soporte básico de la economía de un país; una, aún más absurda, concentración de la riqueza del país en unas pocas manos; una infame “acumulación de miserables” en la periferia de ciudades, poblando peligrosos ghetos que los destripan, los ahogan o los condenan a vivir y morir en la miseria, una generación, detrás de la otra, per sécula, seculórum. Sin redención posible.

Y peor aún, tenemos territorios que todavía no entienden, porqué izan la bandera de Colombia, sí sus gobiernos los ha ignorado siempre. Eso debe cambiar. Bajo el esquema de gobierno que traíamos como lastre desde la Colonia, la miseria se multiplicó de manera infame. Con el agravante de que, la inmensa mayoría de marginados, huyeron de sus raíces campesinas exiliados por el miedo, por ambiciosos de todos los pelambres, sin que sus “poderosos asociados políticos, hicieran nada al respecto, como no fuera proteger los expoliadores”

La Derecha, saturó de injusticia social y económica a un país, que tiene como salir adelante por sus propios medios. Tenemos todo para ser “ecitosos” como decía una tía mía. ESA ES LA MEDIDA DEL PROBLEMA. Poner al país a producir bienes y servicios; reactivar el campo; redistribuir el ingreso nacional con más equidad; volvernos un país productor–convertidor, NO solo EXTRACTOR. De como lo exponga Petro, y lo socialice en los territorios, actos de gobierno que causen impacto social y económico en los territorios, dependerá que el proceso de cambio político y socioeconómico, atraiga más gente, más presuntos votantes para una eventual CONSTITUYENTE, con la que, repito, no estoy muy de acuerdo, por el salto al vacío de las esperanzas de 11 millones de personas que anhelan el cambio.

EXPECTATIVAS: Sí los progresistas, (que nunca comunistas) quieren consolidarse en una presidencia robusta, y abrir un espacio posible, para futuros gobiernos progre, deben hacer las cosas bien, usar lenguaje, “claro, diáfano como un timbre de azada” como digo en uno de mis ensayos terrígenos, imitando al maestro Robledo Ortiz. Clarito. Nada de propuesta que se presten a ser interpretativas, difusas o descabelladas; cada proyecto o propuesta, debe “hablar de necesidades” una por una, y con idea de su solución, también una por una. NADA DE GENERALIDADES…siempre AL GRANO, como dijo el dermatólogo. Lo que posicionó a Petro, fue su claridad de propuestas la claridad en la respuesta a los ataques de sus adversarios y que, además, es mejor analista, orador y expositor que muchos.

Debe atemperar su pasión por los pobres, que lo hacen explosivo, a veces. Ya los ricos saben que no es expropiador. Todos, saben que ninguna libertad, civil o política está en riesgo bajo su gobierno. También saben que NINGÚN RICO debe temer a su gobierno, porque los necesita a todos para que generen los empleos que una nación PRODUCTIVA (no extractiva), NECESITA. Que necesitamos al CAPITALISTA HONESTO, para desarrollar una economía en la que exista ganancia social para las mayoría, aparejada a la económica.  Develemos las falacias.  Para todos. Hasta para el uribista más obcecado.

Es claro que Petro no es Maduro ni Chavez. Petro no cree en ese tipo de socialismo. El uribismo lo sabe, pero decir sandeces es “su herramienta de trabajo político” Gustavo Petro NO es, comunista. Es Liberal y un socialdemócrata. Pero con todos y eso, creo que se equivoca al tratar de ambientar una NUEVA CONSTITUYENTE. Será abrir la puerta al regreso de la extrema Derecha, pero más hirsuta y agresiva. En síntesis, temo que una Constituyente, sin los votos asegurados, nos devuelva la caverna. En entrevista con un Medio opositor, Caracol, el fascistoide Vargas Lleras, en forma grosera y burda, intenta equiparar a Gustavo Petro con Chávez y Maduro… Ni Vargas es tan inteligente como Petro. Y eso que estudió entre privilegios.  No creo en la constituyente.

Si Uribe no pudo hacer aprobar “SU CONSTITUYENTE”, EN SUS TIEMPOS DE GLORIA, cuando era sacado en hombros y cortaba rabo y orejas cada tarde … pero además no contaba con una oposición tan virulenta…NO creo yo que Petro logre algo mejor. Sería un error la Constituyente

Por ahora, la propuesta solo sirvió para reencauchar a Vargas Lleras y su enfermiza obsesión de ser presidente, y su voracidad burocrática. Petro le tiró una golosina…que el resabiado políticos, de extrema derecha, nacido de progresistas… deglute ansioso. No debe ser interlocutor.

Sigamos haciendo bien las cosas. NO admitamos ni el más mínimo acto de corrupción o sospecha de ella. “Tocad y se os abrirá”

CONSTITUYENTE…  mucha la incertidumbre. Sería un parto muy difícil. Ojo.

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