El futuro del Pacto Histórico parece encaminarse hacia un desenlace indeseado, y las propias organizaciones que lo conforman cargan con la responsabilidad. Según la percepción ciudadana, han convertido en decisiones inobjetables los deseos, dichos y hechos de su líder más visible, el presidente Gustavo Petro, sin medir si son acertados o dañinos.
Figuras que se marginan
Esa dinámica ya dejó fuera de juego a nombres que muchos consideraban cartas fuertes: Gustavo Bolívar, Susana Muhamad, Gloria Flórez, Gloria Inés Ramírez y Alí Bantú Ashanti. Sus aspiraciones quedaron relegadas tras el respaldo del presidente a Daniel Quintero, exalcalde de Medellín, cuya candidatura fue habilitada por la cercanía con Petro.
El papel de Iván Cepeda
Para un sector creciente dentro de la coalición, el verdadero salvador es Iván Cepeda, reconocido por su trayectoria en la defensa de los derechos humanos y la memoria de las víctimas. Su liderazgo, aseguran, será recordado en los libros de historia. Sin embargo, persiste la duda de si es él quien debe encabezar la candidatura presidencial, pues otros consideran que no es el dirigente que más ha aportado al cambio político del país.
Renuncias que generan vacío en el Pacto Histórico
Por eso resultan injustas —plantea el ciudadano que escribe esta nota— las renuncias de figuras como Gloria Inés Ramírez, Gustavo Bolívar y Susana Muhamad. En contraste, destaca que Carolina Corcho se mantenga firme pese a las presiones que ha recibido para desistir.
¿Replantear el rumbo?
El Pacto Histórico nació con la promesa de diferenciarse de las viejas formas de hacer política. Hoy, sus tensiones internas y la forma en que se definen las candidaturas abren la pregunta: ¿debe replantearse para garantizar continuidad y cohesión en el futuro inmediato?
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