A Petro las encuestas le empiezan a respirar en la nuca

A Petro las encuestas le empiezan a respirar en la nuca

Ya lo dice el refrán: se hace campaña en verso, pero se gobierna en prosa. Y en la “poética” campaña del Pacto Histórico emergieron expectativas irrealizables

Por: Fredy Alexánder Chaverra Colorado
mayo 10, 2023
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A Petro las encuestas le empiezan a respirar en la nuca

Desde hace algunas semanas las encuestas vienen marcando una tendencia: la percepción de que el país no va por buen camino. Los porcentajes se acercan a los que ya conocimos con Duque, quien se convirtió -para infortunio de la derecha- en el presidente más impopular desde que se hacen ese tipo de mediciones. Pero sí la actual tendencia se mantiene y el gobierno del “Cambio” no levanta cabeza tras meses sorteando escándalos, en pocos meses -para infortunio de la izquierda- Petro le arrebatará ese “mérito” a Duque.

La creciente impopularidad de Petro es sintomática de un desgaste prematuro y confirma que la narrativa del “Cambio” no ha calado en el estado de ánimo de los colombianos. De aquellos mundos ideales que se construyeron en plaza pública, se va abriendo camino, con un ligero tufillo a engaño y decepción, la contenida frustración por un “Cambio” que no se ve o que se ve a cuentagotas.

Ya lo dice un viejo y conocido refrán: se hace campaña en verso, pero se gobierna en prosa. Y en la “poética” campaña del Pacto Histórico emergieron expectativas irrealizables, alentadas; en mayor medida, por la retórica exacerbada de Petro, y muy ocasionalmente, por colaboradores ávidos de poder que no escatimaron esfuerzos para insuflar esos mundos ideales vendiendo la falsa idea de que con Petro todo cambiaría chasqueando los dedos.

Son aquellas expectativas incumplidas las que ahora pesan y pasan factura.

Y aunque en el ejercicio de gobierno Petro se ha topado con una serie de “enemigos” internos y externos. Algunos con el poder mediático suficiente como para erosionar la credibilidad en sus principales banderas, y otros, con salario a tiempo completo y enquistados en la nómina de las instituciones del Estado, el gobierno también ha puesto una importante cuota para alimentar su creciente impopularidad.

A las salidas en falso del mismo Petro -solo hay que recordar el errático trino del cese bilateral-, se suman las “tragedias” familiares; los cables cruzados entre varios ministros; el extraño rol del comisionado Danilo Rueda en el aterrizaje de la Paz Total; los nombramientos impresentables; la esquizofrénica agenda legislativa que tiene a 34 reformas haciendo fila; la incoherencia de impulsar una reforma política antidemocrática; y los escándalos de personajes lamentables como Álex Flórez y Susana Boreal.

Petro se va volviendo cada vez más impopular y la calle, su principal activo cuando era cabeza de una férrea y disciplinada oposición, ya no le responde a la medida de sus expectativas.

Recuerdo que, como opositor, el senador Petro hacia una permanente lectura del desempeño de Duque en las encuestas, el 30 de junio de 2021 afirmó: “Las encuestas muestran que el uribismo se destrozó por su falta de sintonía por lo que se está viviendo.” ¿Qué pensará ahora que esas mismas encuestas muestran un creciente negativo hacia su gestión?

Solo falta esperar que en pocos meses se convierta en el presidente más impopular desde que se hacen ese tipo de mediciones -bajando a Duque del “pedestal”- y que la oposición encuentre un líder de alcance nacional -aunque también podría emerger desde la misma entraña de la inestable coalición de gobierno-.

Así, la mesa estará servida para el 2026 -con un primer cimbronazo para el gobierno en las próximas elecciones regionales- y no precisamente para favorecer a la izquierda. Algo que el mismo Petro ya vivió cuando fue alcalde de Bogotá, pues en el punto más bajo de su popularidad, solo alcanzó un 32% de respaldo. De ahí que tras dejar el Palacio Liévano la derecha retomara el poder tras doce años de gobiernos de izquierda.

Porque un mandatario impopular nunca tendrá la oportunidad de dejar sucesor; eso, es casi que una ley universal.

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