La desfachatez de Marta Lucía Ramírez cuando habla de seguridad alimentaria

La desfachatez de Marta Lucía Ramírez cuando habla de seguridad alimentaria

A pesar de los múltiples estudios que demuestran que en Colombia la inseguridad alimentaria se agudizará, el gobierno se lava las manos de manera olímpica

Por: Andrés Garcia
febrero 03, 2022
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La desfachatez de Marta Lucía Ramírez cuando habla de seguridad alimentaria
Foto: Wikimedia

A pesar de los múltiples estudios que demuestran que en Colombia la inseguridad alimentaria se agudizará y es un problema de salud pública, los gobiernos de turno se lavan la cara y piden respeto por la soberanía colombiana, como si las personas que vivimos en el país no supiéramos la falta que hace la comida en las casas.

Pero como escondida en las sobras, el personaje de Marta Lucía Ramírez en Colombia ha sonado en  la política por la falta de garantías de los derechos humanos a la población colombiana, que ahora ella quiere disimular con su cargo de canciller, y aunque estudió Derecho en su pregrado, los resultados de su legado hablan por sí solo:

2002-2010: ministra de Defensa en el gobierno de Álvaro Uribe: legado 6402 colombianos asesinados por el ejército y policía, pasando estas muertes como bajas en combates, denominado por sus autores como falsos positivos.

Vicepresidenta y canciller de Colombia: 381 personas fueron asesinadas en 91 masacres perpetradas en 2020, en 2021 se produjeron 96 masacres con 338 víctimas y este año recién comenzó con 13 masacres y ya llevamos 39 víctimas (Decepaz), pero no solo esto ha dejado, también está los 904 líderes sociales y 276 excombatientes de las Farc fueron asesinados desde el primero de diciembre de 2016.

Pero, con todos estos registros, su trabajo no da tregua y ahora menciona: “Es francamente curioso que nuestro país aparezca relacionado en ese informe sobre problemas agudos de inseguridad alimentaria, en claro contraste con el silencio respecto de otros países de la región de los cuales se conoce suficientemente su precariedad institucional”.

Y ante esto todos los medios de comunicación salieron con sus titulares: “FAO reconoce error en informe que alertaba sobre hambre aguda en Colombia”, pero revisemos de verdad qué dicen los diferentes estudios sobre la seguridad alimentaria en Colombia, y para partir, qué es inseguridad alimentaria:

“Una persona padece inseguridad alimentaria cuando carece de acceso regular a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para un crecimiento y desarrollo normales y para llevar una vida activa y saludable. Esto puede deberse a la falta de disponibilidad de alimentos y/o a la falta de recursos para obtenerlos.” FAO.

¿Pero qué tenemos de información oficial de esto?, si se revisa el Instituto Nacional de Salud presentó los resultados del análisis profundo de la Encuesta Nacional de Situación Nutricional (ENSIN) 2015, que muestra cifras preocupantes sobre el estado nutricional de los colombianos, ya que la proporción de hogares que padecieron inseguridad alimentaria fue de 54,2 %, es decir que la mitad de los hogares tiene alimentos adecuados para un desarrollo normal, pero, como se sabe, este dato pudo aumentarse por la pandemia covid-19, ya que esto afectó la disponibilidad de alimentos y los recursos económico para acceder.

Pero se conocen estudios recientes sobre esto; en uno titulado “Niveles de micronutrientes en niños escolares colombianos e inseguridad alimentaria”, en el cual se incluyeron 2.660 escolares, encontraron que 76 % de los hogares había inseguridad alimentaria, de los cuales el 11,6 % se clasificaba como inseguridad alimentaria con hambre grave.

Y cómo no va aumentar si se reportó que más de 70.000 personas fueron desplazadas por la violencia en el país durante 2021, un aumento exponencial de las cifras reportadas el año anterior, y dos, Colombia es el país de América Latina con mayor concentración en la tenencia de tierra, en donde el 1 % de las fincas de mayor tamaño tienen en su poder el 81 % de la tierra colombiana.

Y esto se debe también al narcotráfico. Pero acá tampoco hay que olvidar que ella pagó una fianza para su hermano, detenido por una operación para ingresar heroína a Estados Unidos. A lo que ella llama tragedia familiar.

Por lo tanto, la figura de la muerte, corrupción y hambre ronda su trabajo; es decir, la ausencia de los derechos fundamentales de sus ciudadanos colombianos y para colmo, ella es la canciller.

Tengo en mi alma una pena,

En mi vida una condena,

Que me lastimen y me quema el saber que estoy solo en el mundo”.

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