"El Rodadero hoy en día es un muladar en el cual las aguas negras desbordan las alcantarillas"

"El Rodadero hoy en día es un muladar en el cual las aguas negras desbordan las alcantarillas"

Inseguridad, suciedad y abandono fue lo que encontraron los turistas en Santa Marta. Ni el parque Tayrona se salva

Por: Juan Carlos Villalba Cuéllar
enero 16, 2017
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Como gran parte de los colombianos acabo de llegar de tomar unas cortas vacaciones de fin de año, y las líneas que voy a escribir son el resultado de un simple análisis que hice como resultado de mi experiencia como turista, a lo cual se unen noticias de las últimas semanas, para hacer un breve bosquejo de lo que es el estado del turismo en Colombia.

Tuve la oportunidad en esta ocasión de visitar la ciudad de Santa Marta. Al llegar a Santa Marta el turista es recibido por una multitud de ofertas callejeras de para-hotelería. En esta ciudad y sus alrededores da grima encontrarse con varias cosas que ocurren en cualquier sitio turístico que se respete en Colombia. El Rodadero hoy en día es un muladar en el cual las aguas negras desbordan las alcantarillas, el comercio ambulante y los carros parqueados en las calles no permiten transitar y generan un caos mayor. La sinfonía del caos se completa con la música a todo volumen de los establecimientos que venden licor al turista. En las playas el caos es parecido. En zonas más exclusivas ni siquiera están preparados para la avalancha de turistas, en una pizzería de un centro comercial tuvimos que esperar hora y media para que nos sirvieran una pizza porque el número de clientes excedía la capacidad de todos los restaurantes.

Igualmente el turista se encuentra con el abuso y la especulación. Los nativos aprovechan para “tumbar” a quien pueda con los precios excesivos de los productos y servicios que consume el turista. Las dos piñas coladas y la carpa en la playa por $350.000 que describía alguien en redes sociales hace unos días son desafortunadamente el escenario cotidiano. Sumemos otro factor, la desorganización, improvisación e inseguridad con que se prestan los servicios turísticos. En el Parque Tayrona da vergüenza que las carreteras que conducen a las playas están en total abandono, a pesar de que el turista paga para entrar al parque, ¿quién será el operador que explota dicho parque? ¿y quienes los que permiten que haga lo que se le dé la gana? Hablo de una playa que se llama Meguanje, usted llega y no hay un baño decente, hay uno en deplorable condiciones y la entrada vale mil pesos. En otras como Buriticá todo es caos, restaurantes mal presentados, los señores que prestan el servicio de lancha  o de carpas se pelean al frente del turista por un cliente y al estilo Transmilenio montan a decenas de turistas en lanchas en dudoso estado de mantenimiento. Eso sí todo vale, todo es caro y de pésima calidad.

Lo que acabo de describir es tan solo un reflejo de lo que hoy en día es hacer turismo en Colombia, un riesgo total. Riesgo en muchos sentidos, riesgo de ser tumbado, riesgo de  sufrir un accidente, de enfermarse, riesgo de vivir un infierno en vacaciones.

He visitado otros sitios en Colombia y las escenas se repiten en Cartagena, San Andrés, etc. Los resultados de por sí son desastrosos, a mediados de diciembre una lancha zozobró en Islas del Rosario y una turista ecuatoriana murió ahogada. Las prácticas inseguras de quienes prestan el servicio de transporte en lancha son recurrentes. El episodio fatídico del puente colgante en Villavicencio con el saldo de nueve muertos parece la cereza en el postre, ya ad portas de terminar un periodo de vacaciones.

Lo que se evidencia si analizamos el tema es una falta de control total por parte de las autoridades ¿Dónde están los alcaldes y autoridades locales? ¿No dizque hay un Ministerio de Industria, Comercio y Turismo? La seguridad de los turistas colombianos y extranjeros está en claro riesgo ya que es palpable la irresponsabilidad de quienes prestan los servicios de turismo en Colombia, que por regla general son personas mal preparadas y con un concepto de calidad que deja mucho que desear. Parecen más bien preocupados por llenar sus bolsillos a costa de los turistas colombianos y extranjeros (a estos últimos lo tumban el doble).

Resulta paradójico además que en tiempos buenos para el turismo en que Colombia ha sido elegida por varios portales de viajes internacionales como un destino a visitar en 2017, la calidad de los servicios turísticos en nuestro país sea de quinta categoría. Lejos estamos de competirle a México, Costa Rica u otros destinos cuentan hoy en día con un turismo de alta calidad. Un turismo con la calidad actual no atraerá sino mochileros extranjeros y espantará a los que vengan. Es la hora de que el turista extranjero se vaya con algo más que el recuerdo de la amabilidad de los colombianos y para eso se necesita que alguien ponga la casa en orden.

Mientras en Colombia alguien se acuerda de ponerle orden al caos y los funcionarios de ejercer las funciones de control que legalmente tienen, a los turistas en Colombia no nos queda otra opción que desconfiar, y sobre todo echarnos la bendición a la hora de visitar nuestro hermoso país. No todo es malo ni todos son malos, pero no es la regla general, ya es hora de que nos pongamos de pie y digamos: ¡Los consumidores colombianos exigimos un turismo de calidad!

 

Juan Carlos Villalba Cuéllar

Docente universitario y Presidente de CON-SUMMA Liga de Consumidores de Bogotá.

 

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