Cuando los dueños de la guerra fungen de pacificadores, significa que la humanidad está demasiado herida y los procesos demoledores tornanse arbitrarios y delirantes, es decir, injustos. Lo peor sería que el pacto impuesto contra los palestinos, perpetúe las condiciones que provocaron el conflicto con las máximas garantías para el sionismo.
En este caso, la Paz trumpiana solo abre un nuevo capítulo, no de estabilidad, sino de dudas e indecisiones. Es más un espectáculo en busca de un premio Nobel para el amo de la guerra, que una real propuesta de paz. Pocas horas después del anuncio oficial, Israel traicionaría la tregua bombardeando el sur de Gaza, aunque vale recordar que ya ha torpedeado seis acuerdos de paz y que, hace un mes, bombardeó el edificio de Qatar en que se realizaban las negociaciones. No tuvo empacho en manifestar que el objetivo era matar a los negociadores de Hamás porque eran terroristas. Quien mata a un negociador de su propia mesa es un asesino enfermizo y repugnante.
En un artículo anterior pretendí mostrar las frágiles costuras de la sociedad israelí y su Estado sionista. Sigue siendo un Estado zurcido con pespuntes y sobrevive con imperdibles perdidos, a punto siempre de reventar por todas sus costuras, pero la guerra debería acabar también para los israelíes y esperemos que las matanzas no vuelvan. Que podemos esperar de un “acuerdo” de 20 puntos que no incluye darle la palabra a los palestinos, solo condicionamientos contra ellos y contra Hamás, y satisfactorias cláusulas para el sionismo. Es una pieza más del colonialismo occidental que el emperador Trump quiere imponer con Tony Blair, el corresponsable de la invasión a Iraq basada en las mentiras de las armas de destrucción masiva. Otra faceta de la imposición colonial sionista de un gobierno encabezado por el mismo Trump y Blair.
El único detalle del plan de Paz de 20 puntos que debo rescatar es la presencia prevista de fuerzas de los estados árabes en la fuerza de mantenimiento de la paz o de "estabilización" que se enviaría a Gaza, y la aceptación “implícita” de un papel en la reconstrucción y reorganización de Gaza por parte de los gobiernos de Arabia Saudita, Qatar, Turquía y los demás estados del Golfo.
Otra gran pregunta es si el gobierno de Gaza propuesto por la Paz para la misma Gaza y las tierras palestinas en Cisjordania puede construirse de manera que pueda ser propuesto y asumido por los propios palestinos, o si se convierte simplemente en otra fase del gobierno colonial, moldeado y asumido por los imperialistas gringos y europeos.
¿Tiene futuro el estado sionista de Israel?
Netanyahu, paradójicamente, ya escribió con sangre palestina la lápida para su Estado artificial, no sobrevivirá. Nunca entendió que la guerra no resuelve la paz para él y sus delitos, ni para los contendientes o agredidos. Su delirio vampiresco por inundar de sangre al Oriente Occidental -siete países vecinos bombardeados- le obstruye el futuro al estado sionista en medio del mundo árabe.
Estos dos años de devastación y brutalidad han producido una grave erosión del apoyo internacional a Israel, incluso en la opinión pública de su aliado más cercano, Estados Unidos. Las multitudinarias movilizaciones en todo el mundo, sobresalientes en Europa, son imposibles de esquivar por el régimen sionista. Sus “triunfos” militares los ha perdido políticamente, ya que su situación regional e internacional ha empeorado significativamente y el aislamiento crece. Y está debilitado militarmente, pues ha perdido también definitivamente su capacidad de disuasión, vulnerada por Irán y Yemen.
Además, los judíos del mundo están siendo vistos con recelo por la humanidad, pero no todos han sido responsables del genocidio y la desmesura brutal que han impuesto en vivo y en directo. Hay millones de judíos que se opusieron, que protestaron, que pusieron el pecho ante los genocidas como Biden, Trump, Merz, Starmer, Macron, Meloni, etc. y han sido reprimidos y hasta encarcelados. Pero pagarán también un coste, pues no pueden evadir el peso histórico del genocidio vivido. No hay delitos de sangre, pero sí hay condenas y sospechas imperceptibles y duraderas. Más de un millón de judíos han salido de Israel en estos dos años de genocidio.
Israel justificó la violencia como una "necesidad defensiva" de su existencia, en el sentido de que haya sido el instrumento a través del cual pretende evitar su "rechazo" como cuerpo extraño y repulsivo en el contexto regional. Un pequeño estado fortaleza con armas nucleares y misiles donados por Occidente no puede ignorar que está rodeado de rebeldes hostiles y así perseverar obstinadamente en ese futuro para la mayoría de los israelíes, para sus propios hijos y descendientes.
El Estado sionista no sobrevivirá a esta masacre histórica, como tampoco Occidente, que saldrá más frágil y dividido, por traicionar hasta la agenda liberal que ha esgrimido, pero que pisotea diariamente. La debacle de Occidente ha sido potenciada al máximo por estos dos años infernales; y EE. UU. y Europa son ropa vieja con sus costuras desestañadas.
Todos los imperios de la humanidad han caído y el peor problema para ellos, es que los dueños del poder actual no son conscientes de su declive, aunque vociferen American first. Pero que los responsables de la guerra se erijan como pacificadores, nos habla de que la paz no es solo el silenciamiento de las bombas, ya que ese silencio aturdiría a Netanyahu y sus FDI. Esa tregua no proclama la obligación para Israel de salir de Gaza y Cisjordania para convivir en paz, que consiste en aceptar al otro, lo cual es imposible desde el sectarismo religioso judío.
Aceptar las diferencias y tener la capacidad de escuchar, reconocer, respetar y apreciar a los demás, así como vivir de forma pacífica y unida, no es una virtud histórica entre los judíos, sí que menos para los sionistas. Los judíos europeos o asquenazis siempre vivieron en guetos y conspiraron contra los demás, independientemente de donde estaban: Rusia, Ucrania, Polonia, Alemania, etc. Sus atributos como prestamistas usureros les valió el resentimiento de las sociedades donde vivían. ¿Tendrá futuro esta tregua con esos antecedentes?
"Fin definitivo de la guerra de Gaza" fue el título del acuerdo firmado en El Cairo, aunque muchos analistas creen actualmente en esa promesa; sería sorprendente que se tratara de una tregua duradera.
Difícil pronóstico y no quisiera ser pesimista, pero la historia reciente nos ha confirmado el talante asesino de Netanyahu y sus socios. Ojalá esta Pax Trumpiana no sea solo una postergación momentánea de la “solución final”, el desalojo definitivo de la población gazatí y el sueño trumpiano inmobiliario de hacer un remedo de la Riviera francesa en Gaza.
Los versos del poeta Auden predicen:
“Ninguna palabra escrita por los hombres sirve para detener una guerra / Ni alcanza para aliviar / El inmenso dolor que esta genera”.
Las palabras son efímeras, pero los poemas traspasan su fragilidad. Ojalá esta tregua detenga el genocidio y el hambre. Los carniceros de Israel y EE. UU. solo están actuando ante la presión mundial y traicionarán la tregua más temprano que tarde, inventándose atentados contra la “seguridad” sionista o el acuerdo, como la no entrega de dos cadáveres por parte de Hamás que no los ha podido encontrar.
Y que los gazatíes tengan el futuro que se merecen porque lo han escrito con resistencia y templanza durante 80 años de la invasión colonialista israelí a su territorio y sus almas. La humanidad está a prueba, ¡Palestina vencerá!
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