La jornada de este domingo 19 de octubre fue una demostración del interés creciente de los jóvenes colombianos por participar en la construcción de su futuro. Desde las ocho de la mañana, miles de adolescentes y adultos jóvenes entre 14 y 28 años acudieron a los puestos de votación en todo el país para elegir a sus representantes en los Consejos de Juventud. Las urnas cerraron a las cuatro de la tarde, y el balance final dejó cifras que superaron las expectativas: la participación subió del 10% registrado en 2021 al 12,86% en 2025.
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Hace cuatro años, el 5 de diciembre de 2021, se realizaron los primeros comicios para elegir a los consejeros de juventud. En aquella ocasión, solo 1.270.000 jóvenes acudieron a las urnas, lo que representó apenas el 10% del total habilitado para votar. Esa baja participación evidenció la distancia entre los jóvenes y la política, además de la necesidad de fortalecer los mecanismos de representación juvenil. Desde entonces, la Registraduría Nacional y diferentes entidades públicas comenzaron a trabajar en estrategias para acercar a los jóvenes al proceso electoral.
Esta vez, la respuesta fue diferente. En la jornada de 2025 votaron 1.502.444 jóvenes, casi 300 mil más que en la elección anterior. La cifra es un logro significativo. El reto de la Registraduría siempre fue revertir la apatía y el abstencionismo juvenil. La meta de la Registraduría de superar el 10% de participación se alcanzó satisfactoriamente. Los Consejos de Juventud son un espacio cada vez más reconocido por las nuevas generaciones.
En total, 45 mil jóvenes se postularon como candidatos a los Consejos Municipales, Distritales y Locales de Juventud en todo el territorio nacional. Muchos de ellos representan organizaciones sociales, partidos políticos o procesos independientes que buscan incidir directamente en las decisiones públicas relacionadas con educación, empleo, medio ambiente, derechos humanos y cultura. Este aumento en el número de aspirantes también refleja una mayor confianza en el mecanismo y en la capacidad de los jóvenes para transformar su entorno.
Uno de los puntos que más llamó la atención de la jornada fue la notable reducción de los votos anulados. En las elecciones de 2021, más del 21% de los sufragios no fueron válidos, en buena parte por la confusión que generó el diseño del tarjetón y por la falta de claridad sobre cómo debía marcarse correctamente. Cuatro años después, ese panorama cambió por completo: en esta ocasión, la cifra apenas llegó al 2%. Según la Registraduría, la mejora se debe al rediseño del tarjetón y a una estrategia de pedagogía más sencilla y directa, pensada especialmente para orientar a los jóvenes antes de votar.
Durante toda la jornada, el ambiente en los puestos de votación fue de energía y optimismo. En las principales ciudades del país se vieron filas largas y rostros expectantes: muchos de esos jóvenes estaban votando por primera vez. Para ellos, más que una cita con las urnas, fue una manera de sentirse parte de algo, de ejercer su derecho y dejar constancia de que su voz también cuenta dentro de las decisiones del país.Con estos resultados sobre la mesa, la Registraduría dio por cumplido su propósito central: fortalecer la democracia juvenil y motivar a las nuevas generaciones a involucrarse más en la vida política del país. El aumento en la participación y la reducción del voto nulo son, para la entidad, una señal clara de que las campañas de educación cívica y los mensajes de orientación funcionaron. En otras palabras, los jóvenes no solo acudieron a las urnas, sino que lo hicieron con mayor claridad y convicción
El balance final deja una lectura positiva. La participación creció, la confianza se fortaleció y, poco a poco, los jóvenes comienzan a ocupar el espacio que les corresponde en las conversaciones y decisiones que influyen directamente en su futuro. Los Consejos de Juventud, creados como un espacio de diálogo entre el Estado y la juventud, se consolidan poco a poco como una herramienta efectiva para canalizar sus ideas, sus demandas y sus propuestas.
Este domingo, la jornada electoral demostró que los jóvenes colombianos no están alejados de la política, sino que están encontrando nuevas formas de apropiarse de ella. La diferencia con respecto a 2021 no solamente se mide en porcentajes, sino también, estas elecciones de 2025 reflejan un cambio de actitud: una generación que empieza a entender que votar también es una forma de cambiar el país.
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