“A mí ya me da pena llorar”. Esa es la primera frase que me dice doña Lina María Montoya, la mamá de Miguel Ángel Palacio, el joven que fue apuñaleado en la madrugada del domingo 4 de mayo en el sector de la Loma del Choco, en Envigado (Antioquia), por defender a un perro de raza pinscher que estaba siendo golpeado por un hombre en estado de embriaguez, según versiones de los familiares de Miguel Ángel.
Le da pena derramar una lágrima más porque desde que se conoció la noticia de la muerte de Miguel al día siguiente que sucedieron los hechos, las muestras de afecto no se han hecho esperar. Me dice que le han enviado mensajes de aliento desde Rusia y el Lejano Oriente, y que hoy se siente orgullosa porque Miguel Ángel, su hijo y a quien describe como el bebé de la casa, cambió el mundo por todo lo que le escriben. Para ella, él es un ángel, era como su polo a tierra. El día del velorio le cantó Amor Eterno, de la española Rocío Dúrcal.
Según doña Lina Montoya, era tan grande el amor de su hijo Miguel Ángel por los animales que hará una fundación para ellos a nombre de él que se llamará El arca de Miguel Ángel.
Días antes de ese fatal domingo, me dice, tuvo conversaciones muy profundas con su hijo, que la dejaron intrigada pero que ahora entiende por qué las decía. El próximo domingo 18 de mayo su familia realizará un plantón en su memoria, en el Parque de las Luces, al frente de La Alpujarra, a las 10 a.m.
Sebastián Díaz López (S.D.L): ¿Cuál es su versión de los hechos?
Lina María Montoya (L.M.M): “La versión es que él (Miguel Ángel) se bajó a comprar unos cigarrillos y cuando los estaba comprando vio que él señor le dio una patada a un perro que dicen es de raza pinscher, que a propósito me van a regalar, esa es una buena noticia. Entonces, cuando el señor le estaba pegando, Miguel Ángel le dijo “hermano, no trate el animalito así, no le pegue”. Ahí fue cuando el señor lo amenazó; el tipo le contestó feo y sacó el arma. También, supuestamente había dos personas ahí que en vez de unirse a Miguel, se unieron a ese señor”.
S.D.L: ¿Y su hijo estaba con quién en ese momento?
L.M.M: “Miguel Ángel estaba con mi otro hijo, Juan Pablo, porque el señor después de que lo amenazó con el machete, lo tiró al piso y lo puso boca abajo, y en ese momento sacó una navaja, se le tira encima, le levanta el cuello y lo apuñala, pero esos hechos es mejor que se los cuente Juan Pablo, porque yo sé muy poco”.
S.D.L: Pero cómo si él no quiere hablar del tema con nadie. Varios conocidos que tenemos en común me lo han dicho…
L.M.M: “Sí, él está aquí y ahora se lo llamo, pero estos hechos es mejor que se los cuente Juan Pablo”.
S.D.L: Retomando. ¿Cuándo se entera usted?
L.M.M: “Yo estaba en la finca en El Peñol. Me llama una señora a eso de las 10 de la mañana y me dice que mi hijo Miguel Ángel se accidentó. Yo le pregunto que si está vivo y le suplico que por favor lo ayude, que le dé los primeros auxilios, y luego ella me colgó. Salí como una loca y luego cuando yo estaba en camino para la clínica Juan Pablo me llama y me dice que él no es capaz, que se va a despedir de mí. ¡Cómo le parece, fueron dos golpes de una! Yo le pregunto en ese momento que cómo está el hermanito y me dice que está muy mal. Cuando yo llegué al hospital vi a Juan Pablo en buenas condiciones y también vi al agresor al lado del cubículo de Miguel, que lo estaban custodiando policías. Es decir, mis hijos llegaron con el agresor y yo no entiendo por qué no lo arrestaron, ya que se sabía lo que había pasado. Juan Pablo ya estaba cosido y Miguel Ángel en cirugía. Yo pensé que él se iba a salvar y lo tomó como un accidente normal de jóvenes porque nunca pensé que él estaba tan grave. Luego, salió el médico y me contó todo, que tenía una puñalada en el corazón, que pasó por dos paros cardiacos y que le habían realizado una cirugía a corazón abierto. Es que en total fueron como 7 cirugías en menos de 24 horas. Yo casi me desmayó cuando me dijo que Miguel iba a quedar cuadripléjico”.
S.D.L: En este hecho tan lamentable se han tejido otras hipótesis y se las quiero presentar para tener su opinión. La primera es que el agresor le dijo a El Colombiano que fueron sus hijos los que invadieron su propiedad y lo agredieron, que él nunca le estaba pegando a un perro.
L.M.M: “¡No! Es que el señor tiene que defenderse, pobrecito antes hay que rezar por él. Pero ni mis hijos no fueron a robar porque ellos no necesitan hacerlo, ni estaban armados, simplemente entraron a comprar algo y vieron que ese señor le dio una patada al perrito y ahí es cuando Miguel Ángel reacciona y no le importa que ese señor esté armado. Como te decía antes de comenzar esta entrevista, Miguel me dijo algunas vez que él no sabía cómo iba a reaccionar cuando le dé rabia, porque no le gustaban las injusticias. El señor tiene que decir eso porque se tiene que defender”.
Lina y su hijo
S.D.L: Porque también escuché que Héctor Londoño, el alcalde de Envigado, dijo primero que sus hijos sí habían invadido el predio, pero se retractó porque supuestamente él es amigo o conocido de su familia…
L.M.M: “Yo no soy amiga de él, soy conocida del señor y él conoció a mi esposo y a mi familia. Él es una persona muy honorable. ¿Qué pasó con el alcalde? El repitió lo que dijo la Policía y yo hablé con él y le dije que por favor rectificara eso porque mis hijos nunca estuvieron armados. Juan Pablo, inclusive, se defendió con una piedra, y creo que el alcalde ya se retractó”.
S.D.L: Si usted en este momento tuviera la oportunidad de hablar con Jesús Antonio Castaño, el agresor de Miguel Ángel, ¿qué le diría?
L.M.M: “Yo no tendría palabras para decirle algo. Yo ya lo perdoné. Antes estoy orando por él porque es una persona que necesita mucha oración y yo no puedo tener odio en mi corazón, ya que no dejaría que mi hijo Miguel avanzara en su proceso como me lo enseñaron a mí toda la vida, que existe un Dios, que hay que perdonar. Le juro de corazón que yo ya perdoné a ese señor. Y yo lo voy a visitar, no sé cuándo pero lo haré. Le voy a pedir el favor de que se humille ante Dios y que le pida perdón a la Humanidad y a los animales. Él es un ser humano y nadie está libre de cometer errores. Yo no lo puedo juzgar”.
S.D.L: Usted dice que el agresor de su hijo está libre, pero él mismo va y se entrega a la Policía…
L.M.M: “Sí, eso fue lo que averiguó la abogada, que en vez de la Policía capturarlo sabiendo que estuvieron con los tres en la clínica, y a él lo estuvieron indagando porque yo estuve al lado de ese señor, no lo hacen”.
S.D.L: Pero el punto es ¿qué opinión le merece que se haya entregado voluntariamente?
L.M.M: “Yo creo que lo hizo por estrategia, porque si él se entrega le rebajan años de la pena, pero yo no puedo suponer. El único que sabe por qué se entregó es él. Yo insisto que fue por estrategia porque ese señor tiene antecedentes, yo no sé qué tiene en su mente y en su corazón. Simplemente, para mí como mamá la verdadera cárcel de él es su propia conciencia, que quedó que mató a un ángel”.
S.D.L: Pero él dice que se entrega para demostrar que es inocente y dice que supuestamente fueron sus hijos los que lo agredieron primero.
L.M.M: “¡Pero cómo va a ser inocente si él fue el que mató a mi hijo! Entonces, ¿quién le dio la puñalada a mi Miguel? ¿El vecino? Los hechos hablan por sí solos, esa respuesta es de una persona que tiene un corazón muy duro. Él debería decir que se entrega porque cometió ese crimen, no que se entrega porque es inocente. Eso no tiene lógica”.
S.D.L: ¿Y usted no piensa demandarlo?
L.M.M: “Yo eso se lo dejo a la justicia divina. Independiente de eso, hay que hacerle un seguimiento, pero yo no me quiero meter en eso, no me siento capacitada. De pronto que lo haga mi hijo Juan Pablo o las personas que lo quieran hacer, pero yo no me quiero meter en eso”.
S.D.L: ¿Pero su hijo Juan Pablo sí lo quiere hacer, porque quién más que él sabe cómo sucedieron los hechos?
L.M.M: “Yo creo que sí. Es que hay que hacer ese proceso porque si no vamos a seguir con la misma moda de Colombia, que es un país que no tiene memoria”.
S.D.L: Ahora hablemos de Miguel Ángel. ¿Para usted quién era él?
L.M.M: “Para mí es un ser de luz desde que nació. Cuando yo supe que estaba embarazada yo le dije a Dios que le daba el nombre de Miguel Ángel en honor al arcángel San Miguel y que yo sentía que él iba a ser el ángel de la casa. Yo como se lo pedí me lo dio mejor de lo que pude querer. Él siempre se caracterizó por ser muy tierno, muy justo. Él reflejaba sino amor. Él era el bebé, el enamoraba a la gente, era muy carismático. Él me decía que no pertenecía a este mundo. Miguel siempre quiso un mundo donde no hubiera dinero y ¿dónde está ese mundo? Donde él actualmente se encuentra”.
S.D.L: ¿Qué es lo que más va a recordar de su hijo?
L.M.M: “Muchas cosas. Él nunca me dijo “cucha” porque me aterra. Siempre me decía “madre mía”, “amacita” te amo mucho”.
S.D.L: De las actividades que realizaba con él, ¿cuál era la que más disfrutaba?
L.M.M: “Me gustaba mucho conversar con él porque leía mucho y tenía una forma diferente de ver la vida. Me daba mucha serenidad. Miguel Ángel era mi polo a tierra, así de sencillo. Cuando me veía triste me daba tranquilidad. Recuerdo cuando él se fue para Estados Unidos y yo lo despedí, Miguel Ángel se fue muy feliz, él era muy desprendido. Para mí él es un ángel”.
Al final, Juan Pablo no quiso hablar del tema. Su mamá doña Lina María Montoya y su hermana Andrea Palacio explican por qué él no quiere hablar.
Andrea Palacio Montoya (A.P.M): “Él lo que quiere es justicia, Juan Pablo no está en son de rencor. Él lo que quiere es que pague la gente que tenga que pagar por esto”.
Lina María Montoya (L.M.M): “Lo que pasa es que todas las personas asimilamos las cosas de diferente manera. Él no quiere hablar con nadie porque para él es muy doloroso. Yo por ejemplo tengo la fortaleza para hacerlo y Andrea también. Juan Pablo no quiere hablar del tema, está desconectado y ha tenido un momento de crisis y por eso hay que ayudarle. Él está muy triste porque era muy apegado a Miguel Ángel, vivían juntos, hasta tenían proyectos juntos. Para él es muy difícil hablar de la situación porque se siente culpable de no haberle podido salvar la vida a su hermano y yo le he dicho que esté tranquilo, que hizo lo que tenía que hacer. El agresor le dio a Miguel una puñalada mortal. No había nada que hacer”.
