En general, la naturaleza humana siempre prefiere tener más que tener menos; tener más dinero, tener más cosas, tener más placeres. La naturaleza humana desea tener más logros, entre ellos los académicos y profesionales. Así como la "fea" desea ser bella, y la que ya es bella quiere ser bella entre las bellas, en el mundo de las aulas siempre querías llegar a estar en la élite académica de tu aula; y si ya eras eso, entonces querías ser "la élite de la élite académica", porque así de insaciable es la codicia humana.
Pero, en serio, piénsalo, ¿vida de nerd?, ¿estar lleno de conocimientos mundanos y de altas notas? ¡No sabes la vanidad de lo que deseas! ¡No sabes lo que te espera si llegas a serlo! Si no eres un nerd, un típico "vago", un típico "desaplicado", o simplemente un estudiante promedio, no busques ser nerd. ¿Tú, no nerd, envidias a los nerds? Pues debes saber que el no nerd es el que debería ser envidiado. Por eso aquel dicho de "la suerte de la fea la bonita la desea", no solo aplica a cuestiones de belleza, sino que es perfectamente aplicable a otras cuestiones, como las de la academia y el conocimiento: "la suerte del desaplicado el nerd la desea".
Pero primero establezcamos en un apartado, a fin de evitar confusiones, qué entiende por "nerd" quien escribe. Nerd: el típico niño que izaba bandera en la escuela, ganaba medallas y reconocimientos; el típico adolescente puberto puntaje extraordinario de Icfes y ganador de becas, privilegios y cupos en las mejores universidades; el típico joven adulto que en la universidad brillaba y salía intacto ante parciales de profesores "cuchilla", y mano derecha y asistente de profesores; el típico adulto maduro que era el "profe duro", "el profe que sí sabe" o "el profe que sí tiene experiencia en su área", "el líder de grupos científicos", "el profesor del año"; el típico adulto mayor que era "la eminencia", "el maestro de maestros", "la vaca sagrada", "el pionero", "la autoridad académica", "el científico del país", "el mejor posdoctor", etc.
Bueno, todo eso suena muy idílico, pero en realidad, como dice el dicho, de eso tan bueno no dan tanto. Bueno, yo hablaré de "lo que callamos los nerds", para que no idealicen ni idolatren tal estado ni mucho menos lo pretendan alcanzar. Pues es mejor "tonto", pobre e inculto pero con virtudes cristianas que sabio y exitoso pero lleno de vicios y pecados. Muchos van directo y con ganas para ese abismo espiritual, pero con la ayuda de Dios pueden salir del mismo. Aunque seas un no creyente, incluso un laico antirreligioso, aún en tu caso deberías tratar de todos los modos posibles de huir del estado de nerd. En cuanto a los demás:
...dichoso aquel sujeto tildado de "desaplicado" en los estudios, pero con virtudes cristianas...
...dichoso aquel de malas notas y calificaciones, pero con virtudes cristianas...
...Y más dichoso que lo dos anteriores el sujeto que nunca pisó una institución educativa, pero con virtudes cristianas....
No es pecaminoso o "anticristiano" de por sí participar en un ambiente académico. Sin embargo, es evidente que tanto el ambiente empresarial/organizacional como el ambiente académico funcionan bajo unos mismos "valores" dominantes. Ambos ambientes, el de la academia y el de la organización, que al fin y al cabo ambas son empresas capitalistas solo que cada una con sus particularidades, están diseñados para que triunfen unos pocos a expensas de los demás. Así ha sido desde hace tiempos y así seguirá siendo a pesar de los cuentos de hadas que prometen los políticos. En tales ambientes lo que hay es una guerra de todos contra todos para poder alcanzar las poquísimas oportunidades que hay. La avaricia, la soberbia, la envidia y sus familiares como la competitividad, el egoísmo, la hipocresía, la rivalidad, la enemistad, el agitamiento (y el agotamiento), el afán, la impaciencia y la intranquilidad, son las leyes en tales ambientes para poder sobrevivir (si es que sobrevives), y sí que abundan tales cosas en los nerds y en los aspirantes a nerd. En ambientes como esos, ¿qué pobreza y simplicidad de corazón puede haber?, ¿qué humildad puede haber?, ¿qué compañerismo verdadero puede haber?, ¿qué amor verdadero al prójimo puede haber?, ¿qué liberalidad puede haber?, ¿qué desprendimiento puede haber?, ¿qué caridad puede haber?, ¿qué misericordia puede haber?, ¿qué tranquilidad puede haber?, ¿qué paz puede haber?, ¿qué paciencia puede haber? Nada está por encima de la virtud cristiana. Por eso Jesús dijo que buscáramos primero el reino de Dios y su justicia, y que lo demás llegaría por añadidura (Ver Mateo 6: 33).
Tú podrás decir: bueno, ese montón de conocimientos y altas calificaciones me abren puertas laborales. ¿Crees que a punta de acumular conocimiento y notas asegurarás un empleo? Mira que la situación de economía y empleo está tan precaria que ni siquiera los más favorecidos nerds tienen seguro el empleo, ¡qué será de los típicos "vagos" y "desaplicados! Y empleo, ¿para qué?, ¿para más fama?, ¿para más dinero?, ¿para más autos, celulares costosos y viajes al exterior? Mira que hay formas más humildes y sencillas de sobrevivir. Lo que pasa es que tu soberbia, ego y actitud consumista te impiden considerarlas.
¿O acaso sigues creyendo en el mito de que mayor educación mayores oportunidades, o mayor educación mayor tecnología y mayor progreso? Ambos mitos han sido refutados desde tiempos inmemoriales. Pero supongamos que fueran ciertos. En el fondo sabemos que no, pero supongamos. Supongamos que la educación si garantizara mayor "calidad de vida", mayor tecnología y mayor "progreso". Entonces faltaría lo más importante: la virtud cristiana. Y el sistema educativo, bajo pretexto de laicidad no forma en este sentido; es más, ni siquiera forma en la virtud entendida desde lo laico, sino para el trabajo. Por eso hay millonarios sin virtudes y sabios y nerds sin virtudes: profesionales altivos e irrespetuosos, eruditos propagando ideologías rebeldes a la autoridad, docentes brillantes pero acosadores y vulgares de palabra, empresarios corruptos, estudiosos despectivos con quienes no tienen estudio, etc.
Si puedes, comparte con otros este testimonio, pues muchos están inmersos en ese engaño que es la vida de nerd. Este testimonio es valido tanto para los que anhelan a ser nerds sin serlo en el momento, como para los nerds principiantes que llevan poco de serlo pero que tienen todo el potencial, así como para los nerds con mucho o algún recorrido en el mundo académico y/o profesional.
Espera con paciencia las siguientes partes de este escrito y te hablaré más de "lo que callamos los nerds". ¿Por qué los nerds callamos nuestros males internos, aunque en el fondo los sepamos? Básicamente por ego, porque nos sentimos en la cima por "saber más" que otros, por unas simples calificaciones plasmadas en una planilla. Nos sentimos lo máximo, nos sentimos en la cima por nuestros conocimientos, beneficios y calificaciones; pero cuando se derrumba ese castillo de naipes y vuelves a tu realidad, la caída es dura y te das cuenta que eres un simple humano como todos, y aprendes humildad la cual es una virtud que muy milagrosamente se halla entre los nerds. ¿Te crees mejor por ser "sabio"? Pregúntate: "¿En qué supera el sabio al necio?, ¿en qué, al pobre que sabe vivir su vida?" (Eclesiastés 6:8).
Como algunos lectores consideran valioso saber el "quién lo dice" de la obra, es bueno que sepas qué tipo de nerd fui yo. Fui un nerd por 18 años de mi vida. Desde el grado cero en primaria hasta el final de mis estudios universitarios tuve dicha condición. Y gracias al tiempo que llevo de "exnerd", ahora lo digo con toda la certeza: no volvería a mi antigua vida ni porque me garantizaran ser docente en la mejor cátedra del mundo y a la vez me dieran el mejor sueldo de académico del mundo. ¡Qué tranquilidad y libertad es no ser nerd!
Continuará...si es la voluntad de Dios y si Las2Orillas da el visto bueno.
