Me gusta hurgar en las noticias que van quedando en el olvido para recordar y así no caer en el vicio de obviar todo aquello que debería ser más trascendente.
Ante esa costumbre decidí buscar información en la red sobre la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez y me encontré con el subtítulo de un escrito que apareció en un importante medio de comunicación que decía: “hace historia en la política por desempeñar el segundo cargo más importante del gobierno nacional”.
Pensé entonces si tenía mérito hacer historia perteneciendo a este gobierno y si haber sido elegida como la segunda al mando de un sujeto que es a su vez el segundo al mando tiene sentido alguno; sin embargo, decidí darle una oportunidad al escrito, hasta que vi quién era la autora del mismo... una tal Marta Lucía Ramírez.
No me alarmé, yo mismo soy un autopromotor descarado y suelo presentarme con las más exageradas cualidades atribuidas a mí mismo por mí mismo, así que el gesto de la vicepresidenta no me escandalizó del todo y preferí pensar en todo aquello que la hacía realmente merecedora de un lugar en la historia. Encontré algunos puntos que me convencieron de tal realidad:
- Marta Lucía Ramírez aparecía en su campaña política observando unos estantes vacíos de un almacén venezolano, para advertirnos del peligro del castrochavismo; hace historia como la mujer capaz de usar la tragedia del vecino para justificar sus argumentos.
- Marta Lucía Ramírez habla de las andanzas de su hermano como una simple y desafortunada “tragedia familiar”; hace historia al haber puesto a sus seguidores a justificar el narcotráfico y al hacer que todos nos preguntásemos si tenemos algún familiar o amigo narcotraficante. A mí que me esculquen.
- Marta Lucía Ramírez dice que también le duelen los niños de las Farc; hace historia en politizar a los niños y darles su respectiva estratificación.
- Marta Lucía Ramírez dice que el glifosato es tan peligroso como beberse quinientos vasos de agua; hace historia como la mujer capaz de esgrimir los argumentos más estúpidos para justificar el uso del peligroso pesticida.
- Marta Lucía Ramírez fue la mujer que en plena pandemia, con las tasas de desempleo por el piso y con varias familias aguantando hambre, llamó “atenidos” a aquellos que esperaban una ayuda de parte del gobierno.
Tiene razón la vicepresidenta. Ella pasa a la historia... no solo por ser la vicepresidenta del gobierno más inepto de la historia, sino por su inocultable clasicismo, por ese desprecio por las clases populares que le es imposible ocultar.
Así que a la final no queda más opción que estar de acuerdo con ella: es una mujer que hace historia.