Debate al fiscal, una muestra de cómo se mueve el poder en Colombia

Debate al fiscal, una muestra de cómo se mueve el poder en Colombia

La sádica intervención de Néstor Humberto Martínez fue una bofetada de los poderosos a nosotros, los mortales, un grito de: ¡Aquí estamos y qué!

Por: Gary Martínez Gordon
noviembre 28, 2018
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Debate al fiscal, una muestra de cómo se mueve el poder en Colombia
Foto: Leonel Cordero

La abrumadora exposición de los senadores Jorge Enrique Robledo, Gustavo Petro y Angélica Lozano demostró con lujo de detalles el hilo conductor de una trama concebida desde las entrañas del poder para saquear las arcas del estado colombiano a partir de megaobras viales.

Quedó claro que Néstor Humberto Martínez fue puesto en la Fiscalía General de la Nación por la figura más poderosa del país, Luis Carlos Sarmiento Angulo, para tapar un hueco inmenso producto de la asociación criminal Odebrecht-Grupo Aval, sin importar cuantos huecos tuviera que cavar.

La asociación criminal Odebrecht-Grupo Aval toca las cabezas del poderío económico y político más alto del país, pasando por tres presidentes y un excandidato presidencial, Uribe, Santos, Zuluaga y Duque; toca a los poderes regionales económicos-electorales que sirven de soporte al poder central, como los clanes Char y Ñoño Elías; implica a grupos económicos poderosos como el de la familia de la exministra Parody por la obra Ocaña-Gamarra que beneficia directamente sus intereses económicos y pare de contar.

Toda esta trama de contratos falsos, de giros desde cuentas offshore (paraísos fiscales), de pago de sobornos a funcionarios del estado, tenía por objeto garantizar la adjudicación de las megaobras a la transnacional de la construcción Odebrecht y su socio en Colombia, el Grupo Aval.

Esto y mucho más quedó expuesto ante el país y el mundo entero por los tres valientes senadores Robledo, Petro y Lozano.

No obstante, el Fiscal General de la Nación hizo su arribo al recinto para contraatacar a los senadores citantes, de su perorata cínica y frívola quedan las siguientes lecciones sobre su papel en esta trama:

  1. No va a renunciar.
  2. Tiene chuzado a Petro.
  3. Es el candidato presidencial del poder en el 2022.
  4. Va a sacar a Petro de la contienda a como dé lugar.
  5. No tiene remordimiento ni conciencia alguna.
  6. Es el consigliere del poder.
  7. Es hoy por hoy, el hombre con mayor poder político en el país.

 

La decadencia moral de nuestro país pareciera no tener límites, cuando un escándalo supera al anterior con creces, vuelve y surge otro de proporciones cada vez más inusitadas desde lo moral, lo ético y lo económico.

Por eso el Fiscal General y el Centro Democrático se dieron a la tarea de lanzar una campaña de desprestigio contra Robledo y Petro, a quienes todo el país conoce como hombres transparentes. Es una lógica perversa en la que se es consciente de la podredumbre moral propia, de la putrefacta representación de intereses que se tiene, por lo que lo mejor es enlodar con tu mismo fango a quien te señala con pruebas desde el frente.

Decir que Robledo y Petro son corruptos es el absurdo más grande, no porque se simpatice con sus causas políticas, sino porque de serlo hace años estuvieran encerrados en una mazmorra.

El Fiscal General es un hombre tenebroso, ensoberbecido por el poder, con licencia para hacer y deshacer, entregada desde lo más alto de la cúspide del poder económico y político del país. Su intervención ayer hizo ver a Uribe como un pigmeo, en lo atinente a su conexidad e incidencia con los que se creen amos y señores del país. En conclusión, la intervención del Fiscal General de la Nación en el hemiciclo del Senado le quitó la máscara al poder real y oculto por décadas en este país, ese poder fáctico e inconmensurable que pone presidentes desde conservadores, liberales y ahora uribistas. La sádica intervención del Fiscal General de la Nación, como el Deus ex machina de Luis Carlos Sarmiento Angulo, el hombre con más dinero y poder en Colombia, significó para ellos una bofetada de poder a nosotros los mortales, es un decir: ¡Aquí estamos y qué!

Conocer el rostro de los verdaderos poderosos del país puede ser ese primer paso para que la ciudadanía se dé cuenta de quiénes son los verdaderos responsables de los problemas de la nación, es permitirse conocer que se fue engañado por décadas con el sanbenito de las Farc y ver con la nitidez de una epifanía a los causantes del mayor cáncer que tenemos los colombianos: la corrupción.

Hoy los ojos están puestos sobre ellos, podrán encarcelar e inhabilitar a Petro y a Robledo y si quieren a la oposición entera, pero este país ha abierto los ojos en medio de la más absoluta penumbra para verlos caer.

Los poderosos de Colombia van a caer, primero a nivel regional con las elecciones territoriales de 2019 y luego a nivel nacional con las presidenciales en 2.022.

Nota: La aparición en escena del senador Antonio Zabaraín, en claro estado fuera de sí, demuestra que el Congreso de la República recoge lo mejor y sobre todo lo peor de nuestro país.

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