En defensa de José Obdulio Gaviria

En defensa de José Obdulio Gaviria

Por: Simon Villegas Restrepo
septiembre 22, 2013
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Uribe es de lo peor que le ha pasado a Colombia. Sus ocho años de gobierno son una noche negra que apenas empezamos a pasar. Y la forma de rodearse con personas acusadas de serias acusaciones a los DD.HH no es algo sin importancia. No es gratuito que ya le hayan abierto investigación en Justicia y Paz. Dejemos que siga andando este proceso en bien de los colombianos. No tomemos nosotros la última palabra sobre él. Esperemos todavía a que un día, ojalá no muy lejano, la extrema derecha sea por fin derrotada y que, al igual como se quiere hacer con la extrema izquierda, se separen por fin las armas de los votos. Separación esencial para lograr la paz política.

Sin embargo, en Colombia no sólo es necesario separar a la clase política de los grupos armados. El segundo paso para alcanzar la paz y la participación política es el permitir la diferencia del pensamiento y acabar con tanta falacia ad hominem. Es decir, que no se siga pensando que porque alguien piensa distinto de mí entonces yo no puedo debatir con esa persona ni puedo estar con ella. Es acabar con la idea de que el que no está conmigo está contra mí y que el derecho al irrespeto a las ideas del otro me da derecho a irrespetar al otro. Así mismo, la participación se logrará sólo cuando los que están en la arena política dejen de creer que si no gobierna la idea de ellos entonces la de los demás no sirve ni merece ser escuchada. Así, la paz se logrará el día en que tanto FARC como Centro Democrático estén en el congreso debatiendo sin que el uno tenga que aplastar al otro. Y hablen desde el argumento, no desde el desprestigiar al otro.

Por esta razón, es que, refiriéndome a las noticias más recientes, la campaña de desprestigio contra José Obdulio Gaviria es un verdadero acto en contra de la paz. No podré estar de acuerdo con sus ideas, pero eso no me da derecho ni a mí ni a nadie de negarle la participación en la democracia. Yo defiendo no su proyecto político pero sí que se le deje hacer parte del juego democrático. Aquellos que se escudan en sus relaciones familiares para negarle su participación no comprenden que la virtud de la democracia está en que todos puedan participar en igualdad de condiciones y sin recurrir a las armas para defender las ideas. ¿Qué democracia hay donde sólo se permita la defensa del discurso de la “paz”, donde no se acepte también el de la “guerra”? En esa convivencia está la verdadera paz. Porque, como decía Estanislao Zuleta, la sociedad madura para la paz es la madura para el conflicto. La que se prepare para enfrentar posiciones adversas entre sí.

En primer lugar, defiendo la candidatura de José Obdulio porque es un acto de perdón de la sociedad. Claro está el mal que hizo Pablo Escobar a Colombia, sin embargo, el ensañamiento odioso contra su familia es alimentar eternamente un rencor que no nos llevará a nada. Sólo a más y más guerra. Liberarnos de ese odio, es un paso a la paz.

En segundo lugar, defiendo su postulación porque él no es su primo. Él no es quien puso las bombas que destruyeron a un país. Él tal vez apoyó y forjó ideas que tuvimos que soportar por ocho años, pero su forma de proceder se ha basado en el análisis, la argumentación y la defensa de sus ideales. No loables, pero tiene derecho a pensar que la solución al conflicto es la confrontación armada. ¿Qué acaso es grave que alguien defienda sus ideas y prefiera hacer esto a armarse para imponerlas, como hizo Pablo Escobar o las FARC o los Castaño? Creo en la libertad humana y por eso creo en que él no es necesariamente lo que parte de su familia fue. ¿Quién no hubiera preferido que en vez de los años terribles de Pablo hubiéramos tenido a un capo luchando por la no extradición a través de la argumentación y el ejercicio sano de la política?

Y defiendo la candidatura de José Obdulio porque la paz sólo es posible cuando él se siente en el mismo recinto que Iván Márquez y actúen ambos en igualdad, desde el principio del respeto por el otro y sus ideas. Hay que avanzar en una sociedad pluralista y sólo puede construirse desde la aceptación del pensamiento diferente.

Para finalizar, me gustaría decir que el ensañamiento contra José Obdulio por ser primo de Pablo Escobar no lo deja mal a él sino a los que lo censuran. Puesto que hacer esto es signo de una pobre capacidad para argumentar. No hay peor forma de defender una idea propia que desprestigiar al que piensa la contraria.

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