Las mujeres en los Diálogos de La Habana ¿Qué se acordó en la subcomisión de género?

Las mujeres en los Diálogos de La Habana ¿Qué se acordó en la subcomisión de género?

Son 16 avances y propuestas en torno a las mujeres, luego del trabajo conjunto entre el Gobierno y las Farc

Por: Lorena Hernández
agosto 23, 2016
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Las mujeres en los Diálogos de La Habana ¿Qué se acordó en la subcomisión de género?

La construcción de la paz con perspectiva de género es un reto imprescindible para las mujeres colombianas. Por tal motivo, queremos analizar el panorama de los diálogos de paz desde nuestra perspectiva. Por un lado queremos resaltar qué se acordó en la Habana, es decir, lo que tenemos y logramos, y por otro lado, los desafíos que tenemos como movimiento de mujeres y  feministas.

“Según un estudio sobre la participación de las mujeres en las negociaciones de paz de 31 conversaciones de paz ocurridas entre 1992 y 2011 en todo el mundo, las mujeres representan sólo el 9% del total de negociadoras/es participantes, el 4% de los firmantes, el 2.4% de los jefes mediadores y el 3.7% de los observadores. Así mismo, según un informe de la Universidad de Ulster, de los acuerdos de paz examinados entre 1990 a 2010, sólo el 16% se referían de forma explícita a las mujeres” (ONU Mujeres, 2012)

Desafortunadamente, esta baja inclusión y representación política no es un hecho aislado, sino el reflejo de la exclusión de las mujeres que aún persiste en nuestras sociedades y de la falta de garantías para sus derechos. Sin embargo, la iniciativa de las organizaciones de mujeres en temas de paz es considerada como la segunda ganancia más importante del movimiento de mujeres en Colombia, a la par del derecho femenino al sufragio (Cockburn: 2007, 47)

La subcomisión de género

Actualmente se desarrollan los diálogos de paz por parte del gobierno colombiano y las FARC-EP. Estos han tenido avances inéditos en la historia de los procesos de paz, uno de ellos y quizá uno de los más importantes fue la creación y existencia de la subcomisión de género. Esta fue instalada el 7 de  septiembre de 2014 y constituye un hito histórico en el marco de las negociaciones de paz y terminación de conflictos alrededor del mundo. Esta subcomisión considerada un logro de las organizaciones de mujeres y feministas del país, así como, de las mujeres integrantes de las FARC-EP tiene un carácter técnico, cuyo objetivo es el de “incluir la voz de las mujeres y la perspectiva de género en los acuerdos parciales ya adoptados así como el eventual acuerdo que resulte de los diálogos”

Los avances y propuestas del trabajo realizado por el equipo encargado en cabeza de Victoria Sandino (FARC-EP) y Maria Paulina Riveros (Gobierno nacional) fueron entregados en el 2016. A continuación queremos exponer los más relevantes:

Punto 1: acuerdo de Reforma Rural integral con Enfoque de género

  1. Reconocimiento de las mujeres como ciudadanas autónomas que independientemente de su estado civil, relación familiar o comunitaria, tienen acceso en condiciones de igualdad con respecto a los hombres a la propiedad de la tierra y proyectos productivos, opciones de financiamiento, infraestructura, servicios técnicos y formación, entre otros
  2. Formación y actualización del catastro e impuesto predial rural: Este sistema tendrá información desagregada por sexo/género y etnia, que permita, entre otros, contar con información sobre el tamaño y las características de los predios en manos de mujeres, su relación con la tierra y las formas de titulación.
  3. La adopción de un enfoque diferencial y de género, que tenga en cuenta los requerimientos en salud para las mujeres de acuerdo a su ciclo vital, incluyendo medidas en materia de salud sexual y reproductiva, atención psicosocial y medidas especiales para mujeres gestantes y los niños y niñas, en la prevención, promoción y atención en salud.
  4. La promoción de la formación profesional de las mujeres en disciplinas no tradicionales para ellas. Y La promoción de la vinculación laboral de las mujeres en áreas productivas no tradicionales.
  5. Con el fin de garantizar condiciones adecuadas para la comercialización de los productos provenientes de la producción de la economía y mejorar su disponibilidad como garantía para la seguridad (soberanía) alimentaria, el Gobierno Nacional implementará el Plan nacional para la promoción de la comercialización de la producción de la economía campesina, familiar y comunitaria, que cuente con una perspectiva de género que promueva el empoderamiento económico de las mujeres rurales.

Punto 2: Participación política con enfoque de género

  1. Desarrollar medidas afirmativas que garanticen la participación de las mujeres en los diferentes espacios de representación política y social. Para esto es necesario que se reconozca la situación y condición de las mujeres en sus contextos y particularidades.
  2. Se decidió suministrar protección para las mujeres elegidas popularmente, las defensoras de derechos humanos y las dirigentes sociales, así como para sus parejas, hijas y padres.
  3. Los partidos y movimientos políticos con personería jurídica, serán convocados en una Comisión para definir los lineamientos del estatuto de garantías para los partidos y movimientos políticos que se declaren en oposición. Adicionalmente, se convocarán a este escenario de discusión otras agrupaciones políticas representativas de oposición, según lo acuerden las Partes. Se velará porque partidos, movimientos y otras agrupaciones que sean convocados cuenten con la participación de las mujeres.
  4. Apoyar, mediante asistencia legal y técnica, la creación y el fortalecimiento de las organizaciones y movimientos sociales, incluyendo las organizaciones de mujeres, de jóvenes y de población LGBTI. Sin perjuicio del principio de igualdad, se apoyará con medidas extraordinarias a las organizaciones de mujeres y los más vulnerables
  5. Fortalecer los mecanismos de financiación de iniciativas y proyectos propios de las organizaciones sociales, mediante concursos públicos y transparentes con veeduría ciudadana
  6. El Gobierno creará un Consejo Nacional para la Reconciliación y la Convivencia, el cual estará integrado por representantes del Gobierno, el Ministerio Público, quienes designen los partidos y movimientos políticos, incluido el que surja del tránsito de las FARC-EP a la actividad política legal, organizaciones y movimientos sociales, en particular de mujeres, campesinos y campesinas, gremios, minorías étnicas, las iglesias, el sector educativo, entre otros.
  7. Revisar las funciones y la conformación de los Consejos Territoriales de Planeación, con el fin de ampliar la participación y fortalecer su incidencia

Punto 4: Solución al problema de drogas ilícitas

  1. Estos fenómenos inciden de manera grave en formas específicas de violencia que afectan de manera especial a las mujeres, bien sea como cultivadoras, trabajadoras en la cadena de producción, transportadoras de droga, víctimas de la trata de personas, explotación sexual y violencia derivada del consumo de drogas ilícitas, entre otros, lo que exige la formación de mujeres en el diseño y seguimiento de acciones para combatir este tipo de violencias.
  2. En cuanto a la sustitución de cultivos declarados ilícitos, se decidió que las campesinas tendrán un papel importante en la concertación de la sustitución y que se fortalecerán sus organizaciones en los aspectos técnico, financiero y humano. Además, se impulsarán proyectos de investigación y análisis sobre la relación entre las vidas de las mujeres y los cultivos de uso ilícito.

Víctimas

  1. Se le adicionó a la Comisión de la Verdad un grupo de trabajo de género para que realice tareas técnicas e investigativas con el objetivo de evidenciar las maneras en las que el conflicto afectó especialmente a las mujeres.
  2. Se acordó que la Unidad de Investigación y Acusación de la Jurisdicción Especial para la Paz, que será una especie de fiscalía, tendrá un equipo especial para casos de violencia sexual que deberá practicar pruebas atendiendo las disposiciones especiales sobre la materia incluida en el Estatuto de Roma.

¿Qué implica lo acordado?

Este proceso debe incluirnos a todas y esta inclusión debe ser palpable y verdadera. Implica entonces asumir cada acuerdo e incluirlo en nuestras agendas de trabajo, preguntarnos  ¿Cómo vamos a hacer que esto funcione y se vuelva una realidad?

Las leyes y demandas desde el movimiento social y la lectura sobre la situación precaria del campo en el país y de las mujeres en él no es novedosa, sin embargo, reconocer en los acuerdos de paz elementos como el difícil acceso a las tierras por parte de mujeres por razones culturales y que la promoción de la educación y las oportunidades laborales se enfoquen en áreas no tradicionales o socialmente asignadas, es la base para explicitar qué exigimos y cómo vamos a garantizar que esto suceda.

Estos acuerdos además son una ganancia nuestra, de ese movimiento de mujeres que ya no solo piensa en igualdad de derechos entre sexos sino un cambio a gran escala que implique transformaciones sociales, económicas, políticas y culturales para hablar entonces de equidad.

¿Qué retos tenemos?

  • Es necesaria la consolidación de las mujeres de base que hemos construido esto en condiciones de vulnerabilidad, de amenazas, con muchos esfuerzos y que llevamos años haciéndolo sin retribución económica, pero con la esperanza siempre intacta. Nosotras hemos hecho pedagogía para la paz hace muchos años. El creciente impacto de las violencias ha impuesto apremiantes necesidades en quienes más las han soportado, generando el descubrimiento y la potenciación de insospechadas capacidades para la construcción de la paz en pueblos, comunidades campesinas, mujeres, jóvenes y víctimas de la violencia. Ellas han buscado alternativas de supervivencia y solución, mediante la generación de procesos y mecanismos no violentos que les permitan asumir y transformar la realidad, gestionar los conflictos, y ejercer la autonomía y la autodeterminación en procura de formas de organización y de relación más democráticas, humanas, pacíficas y esperanzadoras.

Pensarnos la posibilidad de hablar de paz o de soluciones políticas al conflicto cuando era prohibido en las duras épocas del gobierno uribista, paradójicamente, unifico y consolido hoy nuestras apuestas femeninas y feministas. Es deber entonces prepararnos académicamente, hacer proyectos de intervención, participar activamente de las veedurías, accionar en el marco legal e institucionalidad porque de nuestra mente no puede salir nunca que las mujeres vamos y debemos gobernar este país.

  • La existencia una parte del acuerdo enfocada a las garantías para la protesta y la movilización social hace que los acuerdos sean realistas. La paz y los cambios estructurales que requiere el país no se conseguirán solamente con la firma de lo pactado en la Habana por las partes. Se termina el conflicto armado, pero los conflictos sociales, políticos, culturales, económicos, de género y ambientales se van a visibilizar e incluso radicalizar. La clave está en cómo estos acuerdos van a ayudar a mitigarlos y solucionarlos y como nosotras vamos a seguir movilizándonos por la conquista de nuestros derechos.
  • Las Mujeres combatientes son una parte fundamental al momento de pensarnos estos retos. ¿Cómo vamos a acogerlas en el movimiento feminista del país? ¿Qué nos ofrecemos mutuamente? Juntancia política, pero del movimiento feminista o de mujeres que debe renacer y renovarse. Un movimiento que tiene el futuro en sus manos y que debe construir una agenda nueva para un país nuevo que no vamos a ver nacer sino que vamos a construir nosotras. No podemos permitir que las mujeres de las guerrillas salgan a aprender sobre cocina o peluquería, nuestra labor es empoderarnos conjuntamente como sujetas políticas.
  • Es menester que el movimiento de mujeres se apropie de la situación del país. Que las feministas, las mujeres organizadas y nuestros procesos estén presentes en todas las instituciones del país: jurídicas, económicas, del tema de salud, educación, etc. Solo así vamos a garantizar que nuestra apuesta sea realmente transversal e interseccional, que implica contemplar a las mujeres de diferentes clases, etnias, razas y edades y que implica un feminismo propio que este inmerso en las decisiones públicas y políticas del país y sea coyuntura y no un punto más de una agenda social.
  • Finalmente, la subcomisión de género no debe terminar con los acuerdos, al contrario, debe persistir, reunirse, ampliarse y funcionar con apoyo de las bases de mujeres que luchan por derechos de equidad en cada barrio, universidad, escuela, sindicato.
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