8 inocentadas que nadie haría después de pandemia

8 inocentadas que nadie haría después de pandemia

Una cosa tan común como estornudar se convirtió en algo letal. La tos, ni se diga. E inocentadas que hubiéramos hecho sin problema en 2019 ya no se pueden hacer

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diciembre 28, 2021
8 inocentadas que nadie haría después de pandemia
Foto: Pixabay

Estornudar en un ascensor: Un acto tan cotidiado y natural como estornudar se convirtió en una amenaza para todos. Quien lo haga en un ascensor va a ser mal visto y hasta censurado. Ya no solo es cuestión de higiene, sino de salud pública.

Amenazar con robar un beso: La típica amenaza a una amigo o amiga de dar un beso el día de los inocentes podía ser divertida antes, pues era la posibilidad de juguetear con quien te gustaba y probar su reacción. Ahora ni lo pienses.

Salir a dar abrazos gratis: Nada más jarto que ese tipo bonachón que se paraba en una esquina de la ciudad a repartir abrazos gratis como actividades lúdicas y comerciales. Ahora por fortuna nadie lo hace; sería más una inocentada que una invitación a ser felices y a amarnos.

Poner plata encima de la mesa: En muchos hogares colombianos era normal poner en la mesa las monedas o billetes que sobraban del mercado, junto a la comida. Ahora sabemos que no solo es desagradable, sino antigiénico y peligroso.

Bajarle el tapabocas a tu crush para conocer su cara: Nada más intrigante que un rostro que has visto en redes sociales y en persona no puedes ver por completo. Cuando conoces a alguien te dan ganas de bajar el tapabocas para completar el rompecabezas. Algo que en otro tiempo podría ser atrevido pero divertido ahora es una falta de respeto. Y muy invasivo.

Meterle el tenedor al plato del compañero: Probar o pedir un bocadito del almuerzo del otro era algo natural. Ahora, ni te atrevas a meter el tenedor para saber a qué sabe el plato de alguien, es zona peligrosa.

Decir que el mesero te escupió la comida: Cuando en un restaurante te pones de exigente a cambiar el plato a última hora, es común que te digan, a manera de broma, que el mesero te va a escupir la comida. Ya no es una broma, el simple hecho de pensarlo da pánico.

El juego de la piscina en la mano del amigo: Esto es más común en niños y adolescentes: pedirle a alguien que te muestre la palma de la mano, describir su futura casa, decir que tendrá una piscina y escupir. ¡Olvídate, este pásalo por inocente sería mal recibido!

 

 

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