“Yo enfatizo seguridad en pie de fuerza, calidad de ese pie de fuerza y tratamiento social”

 “Yo enfatizo seguridad en pie de fuerza, calidad de ese pie de fuerza y tratamiento social”

Sigue la serie ‘Camino a la Alcaldía de Bogotá’ con el candidato Jorge Robledo. Conversamos sobre su trayectoria, programa de gobierno y detalles inéditos de su vida

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septiembre 23, 2023
 “Yo enfatizo seguridad en pie de fuerza, calidad de ese pie de fuerza y tratamiento social”

Jorge Robledo, actual candidato a la Alcaldía de Bogotá por el partido Dignidad & Compromiso, se sentó en este espacio para conversar sobre su trayectoria política, su programa de gobierno y cómo espera ganar la carrera para ser burgomaestre de la capital de la república por el periodo 2024-2027. ¿Qué propone el candidato para Bogotá en el corto, mediano y largo plazo? Le contamos a continuación.

Las 2 Orillas: Jorge, bienvenidos este espacio. Empecemos esta entrevista conversando sobre su vida política, especialmente sobre el año 1971, momento en el que la política se convirtió en un camino complementario a lo que usted hacía: la docencia. ¿Cómo recuerda este momento? Su surgimiento…

J.R:  sí, yo llego a Bogotá en año 1968 a estudiar, completamente despolitizado. No tuve ninguna relación con la política, tal vez lo único que se decía en mi casa -mi papá y mi mamá- es que la gente decente no se mete en esa materia.

Bogotá estaba conmocionada en esos días por el hipismo, las luchas en Francia, los jóvenes norteamericanos que marchaban en contra de la guerra de Vietnam y el movimiento estudiantil más grande que aconteció en Colombia, en 1971. Buena parte de quienes hoy son dirigentes fueron líderes estudiantiles. Finalizando ese año tomo una decisión de vida que es dedicarle mi vida a la lucha política, renunciar a la idea de muchos jóvenes en esa época que era: vaya a Bogotá, estudié duro, cásese bien y consiga plata. Entonces, yo suelo decir que me casé bien, pero plata no conseguí. Y eso es lo que he hecho a lo largo de todos estos 50 años.

Las 2 Orillas: Leyendo sus memorias, encontré que el mayo francés fue un hito importante en su vida. De ahí, la conversación se amplió a la Guerra de Indochina, al movimiento estudiantil y a otros temas que permearon a cientos de jóvenes. ¿Cómo fue vivir ese momento? Una época donde no había tanta facilidad para acceder a esos contenidos…

J.R:  Déjeme decirle que hubo otro evento que no he mencionado y que es muy importante para América Latina. Fue el triunfo de Fidel Castro en Cuba, porque con su victoria mandó el mensaje de que era posible vencer al imperialismo norteamericano y estimuló unos errores garrafales en todo el mundo; particularmente en Colombia, porque todavía estamos pagando el cuento de que usted cogía un fusil y arreglaba las cosas en media hora, muy del infantilismo de izquierda. Yo tuve la suerte de no vincularme a alguna organización que pensara de esa manera. Pero bueno, eran las cosas que estaban sucediendo. Aquí, en Colombia, se discutían todos los libros de marxismo, corrían por todas partes y se podía ver la efervescencia política de grandes proporciones que conmocionaron al país y a Europa. Se llevaron guerrillas en Alemania, en Canadá y en otras partes del mundo. Claro, esa noción de que usted podría arreglar los problemas en minutos atrajo a muchos jóvenes y le ha hecho un daño descomunal al país. Quiénes, en aquella época, dijimos que era un error garrafal, la vida nos terminó dando la razón.

Las 2 Orillas: Por aquellos años se intensificó una postura antiimperialista. ¿Cómo recuerda esas discusiones acaloradas que, paradójicamente, recuerdan la influencia de Estados Unidos en Latinoamérica? En Relaciones Internacionales hay un concepto muy interesante que se dio a conocer: Respice-polum (mirar hacia el norte, hacia EEUU).

J.R:  Esa pregunta me acuerda a una anécdota,estaba en el colegio y controvertí a un profesor belga de la Universidad del Tolima por decir que este país es subdesarrollado. ¿Adivine? El señor me volteó a mirar y con un tono gruñón me dijo: subdesarrollado, no Jorge Enrique, un país en vía de desarrollo que es muy diferente, tengan paciencia y se parecerán a nosotros, los europeos.  Si algo descubrí en el movimiento estudiantil es que no éramos un país en vía de desarrollo, como me quería hacer creer, sino pre-subdesarrollo.

Fíjese usted, el detonante del movimiento estudiantil de 1971 fueron el informe ASCUN y el Plan Básico para la Educación Superior en América Latina, que fueron un par de lineazos que tiraron los gringos sobre cómo se tenía que llevar la educación en América Latina. Ahora, en 1971, el Fondo Monetario internacional se había fundado y era un instrumento de EEUU, los europeos y los japoneses para controlar el mundo. En ese momento estaba perfectamente claro que el centro de la política económica en Colombia era impedir que el país se industrializara y mire, vamos más de 70 años, por el mismo camino.

Las 2 Orillas: Jorge, en medio de este contexto político, usted fue docente de la Universidad Nacional con 26 años de experiencia. Contó con tres distinciones notables: medalla al mérito, maestro universitario y Orden Gerardo Molina. ¿En qué momento su vida se entrelazó con la academia?

J.R:  Yo tomé mi decisión en al final de 1971. Al año siguiente el Movimiento Obrero Independiente y Revolucionario - MOIR que, entre tantas cosas, rechazaba la lucha armada y la importancia de desarrollar la economía; decíamos que aquí cabían los empresarios y despaldábamos la defensa de la soberanía nacional, no las grandes potencias que los esclavizaban. En el año de 1972 me vinculo a ser política en los municipios de La Sabana de Bogotá y en Cundinamarca. Inclusive, en las elecciones de 1974, alcancé a ser concejal en Soacha. Pero me fui para Manizales con mi esposa, Carmen Escobar, y me enganché como profesor de la Universidad Nacional de Colombia. Conté con la fortuna que mi padre era manizaleño y eso me facilitó las cosas.  A lo largo de muchos años, más de dos décadas, le cumplí a la universidad y a la política. Yo combiné esas dos cosas, no me quedaba mucho tiempo, pero así ha sido mi vida.

Las 2 Orillas: Su vida pública como privada tuve un antes y un después de su esposa Carmen Escobar. ¿Cómo se conocieron?

J.R:  Carmen estaba en política antes de que yo comenzara, ese es un reconocimiento que hay que hacer. La hermana de Carmen, Ángela, también estaba en el mismo ambiente y, hasta el sol de hoy, todos seguimos. He contado con suerte, no todo el mundo tiene un matrimonio que dure tantos años y nos ha ido muy bien. La política y nuestro modo de ser ha sido una suerte de pegante. En Colombia, tenemos claro que uno no puede hacer buena política si está detrás de la plata y los honores; no los negocios. Los dos hemos sido austeros toda la vida y hemos concebido nuestro actuar como servidores públicos. Una cosa es hacer política para servirle al país y otra, muy diferente, es servirse de la política para fines personales.

Las 2 Orillas: Hace algunos años escuché que usted donaba una parte de su salario, ¿es eso cierto?

J.R:  Sí, efectivamente, di una parte cuando fui senador y en la actualidad también. No es ningún acto heroico, ni mucho menos, es que yo no hubiera podido llegar al Senado sin el esfuerzo de mucha gente que ha dado su vida por este proceso de cambio. Entonces, con Carmen, dejamos claro que una parte importante de lo que yo ganará lo iba a destinar y yo iba a seguir viviendo como un profesor.  Ahora tenemos pensión, pero tenemos la misma dinámica.

Las 2 Orillas: Jorge, ¿Cómo los une el arte? Veo muchos cuadros en este espacio…

J.R:  Ella estudió Bellas Artes y yo arquitectura, nos interesan las formas, las figuras y la estética. Por eso, a lo largo de los años, hemos logrado conseguir unos cuantos.

Las 2 Orillas: ¿Cuál es su favorito?

J.R:  Ese cuadro es mi mamá, ella alcanzó a estudiar Bellas Artes en Ibagué, era una persona muy sensible y un profesor de la universidad le hizo ese retrato que tiene una buena calidad estética. Y, además, es mi mamá.

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Las 2 Orillas: Usted fue voluntariado de Pies Descalzos. ¿Esa experiencia le ayudó a entender la Colombia profunda?

J.R:  En el MOIR dijimos que si queríamos cambiar al país teníamos que salir a diferentes territorios. Yo me fui, voluntariamente, para Manizales e inclusive alcance a estar de candidato para Barrancabermeja; recién casados, imagínese. Allá me dediqué a hacer política y estuve dirigiendo luchas cafeteras supremamente grandes. Claro, mis compañeros y yo estábamos regados por el país, algunos incluso fueron asesinados por contradictores. Las FARC y los paramilitares asesinaron a varios amigos, eran tiempos muy difíciles, pero yo tuve la suerte de ganarme la vida honradamente.

Las 2 Orillas: ¿Es decir que por aquellos años la cuestión territorial le interesó como un tema de estudio?

J.R:  Un buen político debe ser especialista en generalidades, una persona que sepa de todo, no en profundidad, pero sí lo suficiente para poder dialogar con los verdaderos especialistas.

 Mi trabajo de grado en Arquitectura no fue de diseño, sino un análisis del tema de vivienda. Yo entendí rápidamente que si usted quiere hacer política tiene que entender la economía, porque finalmente usted gobierna la política para alcanzar el poder y el poder es para gobernar bien y gobernar bien, exige desarrollar una buena economía; la tragedia de Colombia.

Las 2 Orillas: ¿De ese trabajo de grado nació la idea de su primer libro (El drama de la vivienda en Colombia y la política del ‘Sí se puede’)?

J.R:  Con franqueza le digo, aunque no se lo he contado a nadie, que lo que me inspiró a meterme en el libro fue el hecho que de que Carmen quedará embarazada.

Las 2 Orillas: Pasaremos a otro tema, antes de sus propuestas para Bogotá. En su página web ha mostrado varias fotos, una con Carlos Gaviria. ¿Fue una figura representativa para usted? 

J.R:  Yo conocí a Carlos en el Senado, desde que nos vimos nos caímos bien, era un tipo que tenía una rectitud suprema frente a la vida. Era un demócrata de verdad, entendía bien la importancia de la soberanía nacional, con límites muy precisos. Cero politiquería, cero corrupción y/u oportunismo. Preferiríamos perder, que ganar frente a procedimientos torcidos. Una de las cosas que más me impresiona este gobierno es como, para ganar, son capaces de unirse con no sé cuántos expresidentes colombianos. Eso en nombre del cambio, no puede ser.

Las 2 Orillas: Usted estuvo bastantes años en el Congreso de la República y allí mostró escándalos como Odebrecht, SaludCoop y Agro Ingreso Seguro. Teniendo en cuenta los temas en los que se ha metido… ¿Nunca ha temido por su vida?

J.R:  Esa es una preocupación que uno siempre tiene, sobre todo trabajando en política y en un país como Colombia. Pero tengo que decir que nunca me he sentido amenazado de forma directa, ese es un poco de suerte y la vida me la ha dado en ese sentido. Ahora, siempre he sido cuidadoso en una cosa y es que yo cuido mucho las formas.

Yo no soy un tipo de actitudes canallas ni desproporcionadas. Digo cosas duras, pero no hago de la política un pleito personal. Si usted se fija mis oposiciones a los gobiernos se van moviendo de gobierno en gobierno, yo no tengo pleitos personales con nadie. Cuando es un gobierno, toca hacerle la oposición a ese gobierno.

Las 2 Orillas: ¿Cómo ha sido ese proceso para su equipo de trabajo? Que lo acompañan desde que usted estaba en el Congreso…

J.R:  Estas luchas son luchas que inevitablemente hacen que la gente tome decisiones de irse a otras áreas y es respetable. La política como nosotros lo hacemos es dura, a ratos es estéril y frustrante, pero seguimos en la lucha. Quisiera aprovechar para hacer un reconocimiento, sin ellos yo no hubiese podido hacer los debates. Yo no soy Superman, no me las sé todas y he contado con un excelente equipo de trabajo.

Las 2 Orillas: Jorge en su programa de gobierno, usted menciona “cifras que nos avergüenzan ante el mundo civilizado. Allí, presenta un panorama turbio en muchos aspectos: 2.5 millones de bogotanos padecen de hambre, 4,8 padecen por indiferencia y 1,41 son vulnerables. ¿En 4 años se puede desestructurar esa idea?

J.R:  Bogotá tiene problemas graves por culpa de los alcaldes. Pero en lo que tiene que ver con los problemas estructurales que competen a las ciudades, sea la nuestra, sea Medellín, Calí, Barranquilla, etc., el subdesarrollo y la pobreza están por todas partes, debido a las pésimas políticas nacionales.

Y esto en parte, explica por qué mis contenedores se niegan a debatir nada que no sea lo estrictamente local, para transmitir la demagogia. Ellos creen que van a arreglar todo, cosa que no es posible. Si usted no cambia el modelo económico,  no puede generar riqueza y empleo, yo voy a tomar medidas en este sentido para estimular la producción industrial. ¿Cómo?

Podemos darle a los niños de los colegios distritales los uniformes, siempre y cuando se fabriquen dentro de la industria textil de la ciudad. Ahora, no es la gran revolución, pero es un mensaje claro. Como alcalde, lo he dicho con toda franqueza, voy a opinar sobre los asuntos nacionales. Ese cuento de que aquí el alcalde, para ser alcalde, tiene que cerrar el pico es ridículo. Igualmente, la idea que tienen algunos candidatos estuvieron con todos los gobiernos nacionales y ahora se las dan de independientes, puros e impolutos.

Ahora bien, a partir del año 2025-2026 hay un tema que no va a ser ajeno al alcalde que será electo: los ingresos de productos lácteos gringos y europeos que llegarán libres de impuestos; esa realidad va a producir una catástrofe en todo el altiplano. Yo, como alcalde, no puedo impedir eso porque tiene que ver con el TLC, pero mi voz se va a oír para que el gobierno nacional unifique y tome acción.

 Mire, usted no puede tener una mano sana en un cuerpo enfermo y Colombia está montado sobre mentiras sistemáticas, engaños, fraudes, trampas y aquí les pagan por cerrar el pico por medio de preventas.

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Las 2 Orillas: Candidato, en su programa también preciso que es importante que se le dé continuidad a las políticas del distrito que sean correctas. En ese sentido, de la administración actual, ¿Cuáles pasan?

J.R:  El metro que se está construyendo a mí no me gusta, nosotros intentamos hacer uno en el año 2008, pero Petro y Peñalosa lo sabotearon. Y, terminamos en este momento, donde ya todo está contratado. Yo tengo que continuarlo y eso es un acierto de Claudia López. Al igual que su apuesta por becas, obras viales y la política sobre la economía del cuidado, que nace en parte por mujeres en mi oficina.

Ahora, hay un montón de obras paradas, yo llego a terminarlas con todo entusiasmo, no voy a caer en la mezquindad que, porque no es mía, obedezco a la lógica del marketing. Hay funcionarios de alto nivel que están haciendo las cosas bien, podrían quedarse en mi administración. Es que como yo no llego con una pandilla política, voy a desarrollarme lo mejor que pueda, si alguien está ahí y tiene la experiencia suficiente: se queda.

Las 2 Orillas: ¿En ese sentido, el Corredor Verde por la Carrera Séptima se queda o se va?

J.R:  Ahí se están cometiendo tres errores. Primero: no cabe el tranvía. para que quepa tienen que cerrar el tránsito mixto en la en la vía Norte Sur, absurdo porque usted se pega la encantada del siglo. Eso es un error notorio, pero luego sacan la licitación con un proyecto inmaduro que no tiene todos los planos, que no tiene todas las definiciones. Si usted le pregunta a cualquier arquitecto, a cualquier ingeniero y le va a decir no se metan licitaciones ni en obras, que no tenga todos los planos, porque eso es un camino a errores. Tercero, si uno mira el artículo con cuidado, el Consejo fue claro en decir: el Corredor Verde no puede ser el Transmilenio de Peñalosa. Lo dice con todas las letras, no pone la palabra Peñalosa porque en eso hay cierta gentileza. Los arbolitos me parecen bien, pero uno no puede coger los arbolitos para tapar nuestros lentes. 

Las 2 Orillas: En el pasado usted se ha pronunciado sobre combatir al contratista que deja muchos vacíos. ¿Cómo hacerlo?

J.R:  Siendo ultra riguroso, en mi administración tendré el único criterio de gobernar bien, no a buscar aplausos ni a buscar que me elijan para otra vaina. En ese sentido, no tengo problema con que otro alcalde termine las obras que se empezaron en mi mandato. En política se tienen que tomar decisiones de índole política, pero usted tiene que hacer todo lo que esté a su alcance para tener criterios técnicos. Usted no se puede soltar de la tecnología, el ciento por ciento del progreso de la humanidad se sostiene en el avance tecnológico.

Las 2 Orillas: En ese sentido, ¿Cómo revolucionar de forma tecnológica el área pública? Si bien, hace falta un músculo muy grande para digitalizar, por utilizar datos y ser mucho más eficientes…

J.R:  Todo lo que yo pueda hacer para estimular el desarrollo económico, científico y técnico lo haré con esfuerzo. Mira, todas las luchas que he dado en mi vida han sido para que Colombia se desarrolle. Obvio, todo dentro del marco legal, la ley y la honradez. Nada de torcidos ni de temas facilistas que se salten procesos.

Un alcalde es un facilitador de que la ciudad funcione de la mejor manera. En ese sentido, yo no voy a perseguir a los vendedores ambulantes ni a los moteros porque también les debo de ayudar. Hay gente que quisiera borrarlos del mapa, pero no se puede. Tenemos que encontrar la forma de convivir, donde se representen los intereses de la ciudad

Entonces aquí convivir con ellos, o sea todo yo llego a representar todos los intereses de toda la ciudad y hacer esfuerzos porque podamos todos convivir de la mejor. Lo curioso es que todos están atravesados por la tecnología, incluso, por los mismos vendedores al incorporar Nequi para llevar a cabo sus transacciones.

Si hay algo que me ofende del subdesarrollo de Colombia es el atraso tecnológico. Aquí, a conciencia, el Fondo Monetario Internacional y quienes han gobernado en Colombia tomaron la decisión de sacar a Colombia de ese tema. Estamos compitiendo en el mercado mundial con bienes básicos como café, banano y palma; con mano de obra barata, condenados al subdesarrollo. Ahora, he defendido a los cafeteros y a los campesinos, que quede constancia, pero yo no pierdo de vista este tema.

¿Quiénes son los cinco millones de colombianos que se están yendo del país? La gente de formación más alta, no estoy despreciando a los que tengan menor nivel de formación, pero sí tomo nota.

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Las 2 Orillas: Lo que se denomina como ‘La Fuga de Cerebros’...

J.R:  Claro, mire, si a un país le quedan niños y ancianos, ese país no tiene ningún futuro. Ese debería ser el centro de atención del país y lo están tapando. Estoy hasta la coronilla a ver publicidad en todos los medios de comunicación que dice ¡Váyase para Australia!, ¡Váyase para Alemania!, ¡Váyase para Estados Unidos!,  ¡Váyase para Inglaterra! .. ¿eso qué es?

Un país no puede desarrollarse si los que mandan no aman a su país, inclusive si no están dispuestos a hacer sacrificio. Así se han construido los países, pero aquí hay una vergüenza de ser colombiano. Incluso, he escuchado a algunas personas aplaudir cuando se quiebra una empresa nacional. Dicen: Claro, un vago menos, traigan a un gringo que esos son los que saben. Así de lavado está el cerebro de los colombianos.

Las 2 Orillas: Corea del Sur a finales del siglo XX decidió apostarle al desarrollo tecnológico de empresas nacionales y expandir, poco a poco, sus servicios en el globo. Hoy en día esas empresas marcan una tendencia a nivel internacional. ¿Debemos de seguir ese camino?

J.R:  Interesante, mire, uno puede partir la historia de la humanidad en varios momentos pero yo creo que la mejor manera de hacerlo de una forma moderna es mediante la revolución industrial, porque utilizaron la fuerza motriz, máquinas y combustibles fósiles para generar desarrollo. A Colombia, México, Argentina, buena parte de África y América Latina nos prohibieron ese conocimiento. Es paja que nos quieran desarrollar.

Las 2 Orillas: Jorge, retomando el tema programático, la movilidad es uno de los temas más importantes de la ciudad, no solo por su dimensión práctica y estructural. Usted habla de construir un modelo más accesible, ¿Cómo lo piensa llevar a cabo?

J.R:  La movilidad es un tema que nos molesta mucho y con razón, muchas personas se gastan de 3 a 5 horas de su vida diariamente en algún vehículo. Tenemos que tomar medidas a corto, mediano y largo plazo.

Bogotá nunca podrá tener una buena movilidad si no tiene una red de metros como París, esa es la forma más avanzada de mover gente y la que le permitiría a la gente bajarse de los carros y de las motos. Los motociclistas que hay en países desarrollados son pocos, porque demasiadas motos indican que hay una presencia de subdesarrollo.

Para el corto plazo, necesitamos descongestionar todas las obras que están en proceso y atender los desvíos que se están generando; desde regular los tiempos de los semáforos hasta disponer de guardias de tránsito que tengan la habilidad para improvisar soluciones. De hecho, hay una solución muy interesante en La Calera con un señor, a él le dicen Pekerman y es el que permite regular el tráfico en la zona. Funciona de maravilla. Bueno, lo pongo como ejemplo porque brinda soluciones locales que ayudan a descongestionar y brindan mayor sentido de pertenencia a la comunidad. 

En el mediano plazo, una serie de políticas que están inventadas en el desarrollo urbanístico, pero necesitamos un alcalde que llegue a respetar la técnica y el conocimiento.

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Las 2 Orillas: Luego entonces, el Pico y Placa no sería una prioridad…

J.R:  Exactamente, esa medida es una representación del país absurdo en el que vivimos porque usted se mata trabajando para comprar ese bien -que, entre otras, los precios están por las nubes- y le prohíben usarlo. ¿Cómo se va a sentir? Usted cuenta eso en Estados Unidos o Francia y lo van a mirar como un loco, aunque no haya otra manera.

Un candidato, no diré quién, propone que acabemos con esa medida. Eso es una irresponsabilidad, por supuesto que tenemos un esperpento que quisiéramos cambiar, pero no que no me voy a meter a hacerlo sin estudios. Eso no es de ocurrencias ni de inspiraciones momentáneas. Yo, como alcalde, haré un montón de estudios sobre un montón de cosas para tomar decisiones.

Las 2 Orillas: Una de las personas que se adhirió a su campaña fue Martín Rivera, quién tenía una premisa muy fuerte: Tarifa Cero. ¿Usted, de ganar la contienda electoral, le da viabilidad a esa idea?

J.R:  Es una de mis grandes banderas, pero veo que a más de a uno le ha gustado. Entre ellos Galán, que sale a decir que mi propuesta es malísima, pero que la de él es maravillosa. ¡Hágame el favor!

Sebastián, efectivamente, Martín Rivera y Manuel Sarmiento llevan estudiando este tema hace rato.  Esta es una propuesta que nosotros empezamos a trabajar desde que yo tomé la decisión de lanzarme a la Alcaldía y mientras no tuviéramos la certeza de que se podía hacer, consultando con especialistas y estudiando a profundidad el tema.

Es muy irresponsable lo que hace Galán: salir a agredirme sin ningún argumento. Eso es un ataque matrero. Ayer Petro se montó en el pasaje cero y, enseguida, salió Galán a aplaudirlo. Pero se le olvida decir que el pasaje cero de él es subiendo las tarifas a los pobres de Colombia. Luego Carlos Fernando dice que en próximas semanas anunciará su propuesta, eso demuestra que ni siquiera sabe del tema, pero la mía si era mala. Eso no puede ser así, con esa falta de seriedad. Hay que entender que, de llevarse a cabo, es un proceso, no es que yo me posicione y al otro día todo es gratis. Empezaremos a bajar los costos y luego a sumar el distrito con la plata de la Nación, la brecha que resta es relativamente pequeña y es factible de llevarse a cabo.

Las 2 Orillas: ¿Qué otras propuestas están ligadas a ‘Tarifa Cero’?

J.R:  Vamos a explotar comercialmente todas las líneas, de ahí hay un filón para ahorrar plata. Si ponemos pasajes cero, nos ahorramos 300.000 millones de pesos en lo que vale los tiquetes.

Las 2 Orillas: Rodrigo Lara estuvo en este espacio y comentó que Carlos Fernando Galán en gran medida está imponiendo la visión de Peñalosa en la ciudad. Usted habló ahorita de él. ¿Cómo considera esa afirmación?

J.R:  Galán ha sido peñalosista siempre, pues, desde que estaba chiquito. Yo creo que él estuvo en la Alcaldía desde la primera, luego en la segunda estuvo y en las elecciones pasadas igual. Ese es un hecho cierto, pero hay que agregar que ese peñalosismo tiene que ver con Cambio Radical y Lara también lo fue. A mí me parece muy bien que dejen de serlo, pero deberían autocriticarse, o sea, porque cometieron un error y aplaudo eso. Pero, sería bueno que reconocieran el error cometido y que no siguieran de peñalosistas. Carlos Fernando Galán se inventó la ‘Comisión de Sabios’ para meter a Peñalosa y que no pareciera un hecho aislado. Ahora, tengo la leve sospecha de que a Petro también, pero bueno, así es la política.

Las 2 Orillas: Jorge, retomando su programa de gobierno se hace énfasis en la palabra accesibilidad. ¿Cómo este concepto converge con la educación?

J.R:  Uno en educación tiene que atacar con toda la artillería que tenga, claro la educación virtual también hay que utilizarla, pero ésta no reemplazará la presencialidad. Mi primer computador es de 1985, pero -a pesar de que lo he usado bastante- le puedo decir que la presencialidad es irremplazable. Estoy seguro de que en las grandes universidades del mundo no ha desaparecido ese espacio.

La única universidad que depende del distrito es la Universidad Distrital, pero no podría meterme en la Universidad Nacional por ejemplo. De ser alcalde, atenderé muy en serio todo lo que tenga que ver con mejorar lo que hay en el distrito y los planes de beca. Sin embargo, me voy a centrar en volverla una universidad de primer nivel, centrada en los temas que requiere la ciudad.

La otra educación que tenemos es la básica y media. ¿Cuál es el lío? El 80 por ciento de esa educación es jornada doble, por tanto, es deficitaria en tiempo de hora clase. Sí, esos muchachos que están en doble jornada -que son el 80% de los estudiantes del distrito- tienen entre 10 y 15 mil horas de clase menos que los que están en la jornada única. Entonces vamos a hacer un esfuerzo grande para que aumente ese conocimiento, de lo contrario van a tener problemas entrando a la universidad.

Lo otro que hay que atender con toda seriedad es la primera infancia, porque en las clases medias y altas no consigue a nadie que meta a sus hijos en una institución educativa a los siete años. Ligado a ello, hay un problema que están viviendo las mujeres y tiene que ver con la responsabilidad que asumen en hogares donde solo habitan niños, enfermos o adultos. Las mujeres, en Bogotá, son las que más sufren en diferentes áreas. Por ejemplo, el 65% de la gente que se monta en Transmilenio son mujeres y, súmele que, el 65% de las personas que caminan trayectos largos son mujeres.

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Las 2 Orillas: Candidato, hablemos sobre su propuesta de ‘Seguridad integral y democrática’. Si bien, este tema es uno de los que más preocupación genera en la capital…

J.R:  Para responder a este aspecto hay que abordar la integralidad, no es cierto que solo con tecnología vaya a solucionar las diferentes dimensiones de la seguridad. Hay un candidato que habla sobre implementar cámaras de seguridad, globos y batimóviles. Y, no.

Hay un problema que Bogotá tiene que atender y es el número de policías, es muy pequeño. Además, las cifras no son solo pocas, sino que hay mucho policía haciendo lo que no debería ser.  Necesitamos más policías en números relativos y absolutos, y que ellos actúen de una mejor manera.

Tenemos un lío adicional y es el tema de justicia, que no compete al alcalde propiamente, eso se resuelve con leyes. Ahora, lo que sí podemos hacer es atacar las causas sociales de esa delincuencia.

Bogotá tiene 600.000 nini’s, que no trabajan y no estudian. Cuando se gradúa el muchacho, se queda parado en una esquina de su barrio. No es raro que un bandido aproveche esa situación y lo reclute. Yo no justifico la ilegalidad por la pobreza. Hay que entender que es un caldo de cultivo, por eso vamos a hacer un plan juicioso para promover unos 100.000 empleos productivos, dirigido a jóvenes y a mujeres, que nada tiene que ver con pagarles para que no generen sus crímenes. Sobre esto, tenemos experiencias importantes que ha hecho el distrito; incluso en esta administración.

Las 2 Orillas: En su momento, Enrique Peñalosa implementó la ‘Teoría de las Ventanas Rotas’ en varios barrios de Bogotá, incentivando a que las comunidades pintarán sus barrios y generarán un ambiente mucho más agradable que, en Chicago, fue efectivo para reducir la criminalidad y los índices de violencia. ¿Estaría de acuerdo con continuar con esta medida?

J.R:  Esa teoría tiene mucho de cierto, aunque hay que atacar en varias dimensiones las problemáticas que tenemos. Estamos lejos de construir cárceles, estas son un factor agregado a las soluciones. Mire, a los que capturan no los sueltan porque existan cárceles, porque las normas dicen que son excarcelables. Yo oigo a mis competidores y digo: hay un montón de cosas que son absurdas. Las cárceles son necesarias, pero hay que darle un tratamiento integral. Yo enfatizo seguridad en pie de fuerza, calidad de ese pie de fuerza y tratamiento social. La tecnología, de igual manera, es transversal. Uno no puede endiosar ese concepto. Eso es una trampa para cazar palomas, como se dice coloquialmente.

Las 2 Orillas: Jorge, para ir cerrando este espacio, quisiera preguntarle sobre la relación que tiene su programa de gobierno con los ODS. ¿Cómo fue la experiencia de modelar sus ideas con esos pilares globales?

J.R:  Sí, así debe ser. De hecho, Sebastián, yo empecé a empaparme de temas ambientales en la década del 70, pero mi primera lectura de temas ambientales fue en 1972 o 1973;  en una época en la que nadie de esos temas en el país. Yo tuve la suerte de ser compañero de un profesor de la Universidad Nacional en Palmira que fue uno de los precursores en el tema.

Ahorita hay una moda, como la que tiene el presidente Petro, de dárselas de pseudo ambientalista, es una falta de seriedad. Pero bueno, nosotros en Bogotá tenemos dos ciudades muy distintas: el mundo desarrollado y otros espacios que parecen África; y lo digo con todo respeto por los africanos. Hay zonas inmensas de Bogotá donde un niño tiene que hacer una travesía para conocer un parque en la ciudad. Yo voy a desarrollar una política para crear parques y zonas verdes en algunos barrios. Claro, sin pretender hacerlo en toda la ciudad porque sería demagogia. Así nos echemos 50 años: hagamos parques, red de metros y otras cosas. Tenemos que trabajar en conjunto y esa es la lógica con la que tenemos que trabajar. 

Las 2 Orillas: ¿En la estructura de su campaña está trabajando con asesores como Ángel Becassino?

J.R:  No, en este caso no, pero tengo otros asesores muy buenos y que nos están ayudando muchísimo.

Las 2 Orillas: Para ir cerrando este espacio, como arquitecto, ¿Cuáles son los principales cambios arquitectónicos que le han gustado de la ciudad de Bogotá?

J.R:  A mí me gustan los clásicos, las obras de Rogelio Salmona son excelentes, me gustan bastante: las torres del parque y el Capitolio. Bogotá tiene un buen nivel de arquitectura y le envío un saludo a mis colegas por su buena labor. Claro, siempre hay excepciones, pero hay zonas de la ciudad que son bastante buenas. ¿Por qué no son mejores? Por el subdesarrollo. Mire usted el tema de los antejardines, antes estaban en varias casas de la ciudad y hoy hacen parte de una ruptura con la arquitectura de la modernidad. Hoy, esos antejardines, están invadidos. Es una pérdida lamentable. Bárbara para el desarrollo urbanístico de Bogotá.

Ahora, no digo que todos, pero muchos de los que nos han gobernado han sido mediocres, hasta para soñar.

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Preguntas rápidas:

  1. ¿Cuáles son los arquitectos que más le gustan?

R.L: Los clásicos de la arquitectura.

  1. ¿Cuál es su música favorita?

R.L: Yo no soy mucho de música, sospecho que tengo oído de artillero. A lo largo de mi vida, estuve en todas las músicas; desde las infantiles, pasando por bambucos, las rancheras y Woodstock.

  1. ¿Cuál es su plan favorito en la ciudad?

R.L: Estar con mi familia, con mi señora, mis hijos y mis nietos.

  1. ¿Plan favorito en familia?

R.L: Salir a almorzar.

  1. ¿Algún restaurante favorito?

R.L: Sí, varios, pero no quiero hacer publicidad.

  1. ¿Cuántas horas duerme?

R.L: Pocas.

  1. ¿Placer culposo?

R.L: Dejémoslo oculto.

  1. Para Jorge Robledo: ¿Qué tan importante es ser un hombre transparente y de buenas costumbres?

R.L: Yo me siento muy cómodo ahí, eso a mí me satisface bastante con grandes aciertos y sin cosas graves para arrepentirse. En política, uno debe procurar ser un buen ejemplo para la gente, ese es un valor mínimo en este mundo, lo he cumplido y cuenten con que lo voy a seguir haciendo.

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