Serán machistas pero Rubiales ni Salcedo Ramos merecen ese trato

Serán machistas y mujeriegos, pero Rubiales ni Alberto Salcedo Ramos merecen ese trato

A mí también Salcedo Ramos me intentó comer no más conocerme, hace 20 años. Pero como dos personas adultas pasamos la página y tuvimos una amistad normal

Por: eva duran
octubre 05, 2023
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Serán machistas y mujeriegos, pero Rubiales ni Alberto Salcedo Ramos merecen ese trato

El feminismo mundial anda feliz triturando machos. En España el caso de Rubiales es una auténtica vergüenza, jamás en mi vida había visto algo tan demente, le han obligado a dimitir como presidente de la Federación de fútbol, luego de que gracias a él ganaron la copa mundial femenina, por dar un pico en la boca a una jugadora, como gesto de celebración el día que ganaron la copa mundo, y se habla de darle cinco años de cárcel. ¡Por Dios! ¿A qué fiscalía me entrego? Yo he robado besos y agarrado nalgas. Confieso mi culpabilidad, señor juez. Haga conmigo lo que quiera.

Me declaro en oposición y las dejo solas con su locura. El feminismo fanático se ha convertido en un auténtico peligro para la sociedad y la sana convivencia.

Aborrezco a esa manada sanguinaria, de histéricas hembras arrogantes, que cazan y masacran hombres como la Santa Inquisición de Torquemada, solo por ser hombres, solo por ser seres humanos.

Eso que están haciendo, al perseguir y triturar a sus víctimas hasta llevarlos al exilio, el suicidio y el ostracismo es una completa mierda, así, sin anestesia y sin ambages.

Es un neonazismo puro y duro, de virulentos escraches y la anulación de los derechos civiles. No me voy a prestar jamás para quitarle a nadie el derecho a trabajar.

Las mujeres no somos mejores que los hombres, tampoco somos iguales y no tenemos por qué serlo. Jamás he podido pertenecer a juntanzas feministas, me dan miedito esas señoras, la verdad.

Demasiadas guerras y conflictos hay en la vida para que ahora se transforme el piropo, el cortejo, el coqueteo y la seducción en un nuevo capítulo del código penal.

Una causa histórica, justa y necesaria (eterna gloria para la inmortal María Cano) se ha convertido en una peligrosa secta de métodos fascistas que criminaliza, enloquece y aplasta, sin culpa ni formula de juicio.

Soy feminista en la praxis, no acepto ordenes de ningún hombre, ni que me controlen, ni que me vigilen, hago siempre lo que se me da la puta y regalada gana, viajo sola, no me dejo de nadie, y sin embargo jamás me he llevado con el feminismo institucional.

En mi adolescencia en los años 90, participé de un taller de literatura femenina en Cartagena llamado Semeion, el cual fundó el feminismo en la ciudad y no aguanté mucho allí.

Soy mala feminista porque amo a los hombres, no son mis rivales ni mis enemigos, los momentos más felices de mi vida los viví en brazos de un hombre. ¿Por qué querría hacerles daño?

En las reuniones feministas siempre se habla de destruir el falocentrismo y el patriarcado. Casi me matan cuando les dije que no me interesa luchar contra el falocentrismo, porque yo amo el falo. Si existiese la religión falocéntrica, yo sería la suma sacerdotisa.

El feminismo hegemónico debe anularse por simple salud mental. Está gestado desde el odio, el resentimiento y la revancha. Y no se admite la discusión ni el disenso, hay que apoyar ciegamente y en manada el linchamiento de la víctima propiciatoria de turno.

Y mi vida no es que haya sido una película de Disney. En el amor me ha ido bien y mal, me dejaron y dejé, me amaron con locura y me botaron como un trapo. Pero agradezco lo vivido y aquí estoy.

Los hombres no son mis enemigos, y para que la sociedad funcione y la civilización cumpla su misión hay que hacer un llamado a la sensatez, desactivar esta guerra entre géneros y entender a los hombres como seres tan traumados como nosotras. La cosa no es contra ellos sino con ellos, de su mano.

Fui acosada toda mi vida, en todos los espacios en los cuales me manejé, y no, no me parece que la solución es dejarlos sin trabajo y encarcelarlos. La solución es mirarlos como personas que necesitan pedagogía y psicoanálisis. Esto requiere ser asumido con madurez, no desde la visión de una niña herida.

Y aunque nos arda, los hombres machistas y narcisistas son así porque así los criaron, ¿y quién los crio? Su madre. Es la mujer la que moldea el comportamiento que sus hijos tendrán con las mujeres. Así que asumamos nuestra responsabilidad al entregar a la sociedad adultos disfuncionales

El famoso, icónico beso de un marinero besando eufórico a una enfermera en la celebración del fin de la segunda guerra mundial en el Time Square Garden de Nueva York, según esta panda de histéricas, fue una agresión sexual y merecía cárcel, hostigamiento y el fin de sus derechos civiles.

En medio de esta psicosis colectiva in crescendo hago un llamado urgente a las mujeres inteligentes, que las hay por millones, para que detengamos esta espiral auto destructiva que solo traerá más y más injusticias.

Analicemos el caso de Alberto Salcedo Ramos, considerado el mejor cronista del país. El tipo era un mujeriego, machista empedernido, lo tenía todo en la vida, fama internacional, prestigio intachable, dinero a montón, y se quería comer a todas las mujeres que se le atravesaran. Ok, analicemos objetivamente la situación, el tipo no violaba, ni mataba, ni golpeaba a nadie, era simplemente un promiscuo que buscaba conquistas permanentemente.

En esas andaba cuando besó por la fuerza en un ascensor a una joven aspirante a escritora llamada Alejandra Omaña. Según ella ese beso que le pareció tan repulsivo, le causó una depresión que casi la lleva al suicidio, porque ella esperaba que Alberto fuera su mentor literario, su maestro, su guía intelectual, y todos sus sueños de triunfar editorialmente para ella murieron con ese beso a la fuerza en un ascensor. Entonces nació la actriz porno llamada Amaranta Hank. Pero resulta que contradictoriamente, ella misma asegura en entrevistas posteriores que siempre había soñado con ser una estrella de esa industria.

El caso me interesa en particular, porque a mí también Alberto Salcedo Ramos me intentó comer no más conocerme. Fue hace veinte años, a la salida de un evento en la Universidad de Cartagena, me abordó y me invitó a tomar algo en el restaurante La Tertulia del Tejadillo de Eparquio Vega, sobre la piel de la muralla. Bebimos, comimos y conversamos animadamente hasta que Eparquio cerró.

Alberto se ofreció a llevarme a mi casa, y cuando íbamos en el taxi sobre la avenida Pedro de Heredia le ordenó al taxista que se desviara al motel Villa Campestre, discutimos y yo le grité al conductor llevarme a mi casa, Alberto insistió y volvió a ordenar la ruta del motel, le grité al taxista que me llevara a mi casa o me tiraría del auto.

Alberto me miró con furia y no volvimos a cruzar palabra hasta que llegamos a mi casa. No nos despedimos. A la semana Alberto se comunicó conmigo, me pidió perdón, me dijo que era la primera y única vez que le había pasado y prometió difundir mi trabajo poético, cosa que evidentemente no hizo. Luego como dos personas adultas pasamos la página y tuvimos una amistad normal. Jamás me volvió a faltar el respeto. Incluso volvimos a salir a cenar.

Imaginen el shock que fue para mi escuchar en el año 2020, el testimonio en los medios de comunicación de Amaranta Hank acusándolo de agresión y abuso sexual. De inmediato me comuniqué con ella, me ofrecí a apoyar la demanda ofreciendo mi testimonio. Solidaridad, ante todo.

El tiempo ha pasado ya desde que salió esa noticia, todos seguimos nuestra vida, pero a Alberto se le acabó la suya, lo botaron de todos los trabajos y boicotean permanentemente su participación en eventos literarios y periodísticos.

No se trata de defender lo indefendible, Alberto sí es un mujeriego, machista y hasta narcisista, pero no es un violador, ni un golpeador, ni un asesino en serie. No es un peligro para la sociedad. Y por el contrario su trabajo periodístico nutre este país tan necesitado de buena literatura. ¿Vamos acaso a darnos el lujo de silenciar a una voz clara, potente y necesaria, al cronista más premiado de nuestra historia, por un asunto psicológico que se soluciona con terapia?

Hace 150 años ser gay era un delito que merecía el fusilamiento, la horca y los trabajos forzados, es más, en Colombia ser gay fue delito hasta el año 1981. Hace solo 42 años te metían preso y te botaban del trabajo por ser gay o lesbiana, y si eras transexual era mejor que te murieras. Pues bien, Oscar Wilde, el mejor novelista de la historia de Inglaterra era gay, por esto fue perseguido, juzgado, condenado a trabajos forzados, destruido, aplastado y llevado a la muerte temprana. ¿Fue justo?

Gabo, al igual que Diego Armando Maradona era putero, y ambos tenían todos los burdeles de Cuba a su completa disposición. Gabo además tuvo una hija que ocultó y a la que le negó el apellido. ¿Qué tal que por su vida personal disipada les hubiesen aplicado a estas glorias mundiales la nueva cultura feminista de la cancelación profesional?

No hay condenaciones eternas en el código penal, que es lo que pretenden aplicar a todos aquellos que caen en desgracia ante las feministas.

Para el feminismo histérico del 2023, robar un beso, seducir con actitud de macho poderoso, coquetear, piropear, hace de un hombre un monstruo, no puede trabajar, no puede pertenecer a la sociedad, debe ser expulsado por seculaseculorum de la humanidad.

La sociedad cada tanto sacrifica un cordero ritual como expiación de los pecados, culpas y crímenes colectivos. Hacen papilla una víctima en el altar de la gente de bien, la ética, la moral, la virtud, la patria, la familia y el Estado.

Ese canibalismo feminista debe acabar YA. Terminaron convertidas en aquello que odiaban.   

Todo intento de un hombre de seducir a una mujer contiene cierta violencia animal, porque es un macho buscando follarse a una hembra. Somos animales, animales que filosofamos y reflexionamos, pero somos animales, y el deseo sexual sigue siendo el instinto más poderoso de todos. Somos olor, sudor, energía, testosterona, óvulos y arrechera.

Al día de hoy a Alberto Salcedo se le sigue impidiendo trabajar en ningún lado, y menos participar en eventos de cualquier tipo, no es más que su nombre aparezca en un programa para que llame la Sanguinaria Santa Inquisición Feminista a amenazar con boicotear y siempre consiguen que sea borrado de la agenda.

Okey, como ya dije, me consta que el tipo es un machista y un mujeriego, pero ¿no es demasiado castigo no poder trabajar para el resto de la vida?

Y deseo terminar esta reflexión haciendo una amorosa, respetuosa petición pública a Amaranta Hank: hermana mía, ya Alberto pagó, estos años de humillación han sido castigo más que suficiente por ese beso robado en un ascensor.

Te desquitaste con todo, le diste donde más le dolía, perdió toda su carrera profesional, su trabajo de docente universitario, ya tienes en tus manos el trofeo de su cabeza decapitada, su sangre llegó a tus pies. GANASTE. Tu objetivo está más que cumplido. ¡BRAVO! Pero medita si es justo negarle a un ser humano su capacidad de enmendar su vida y reescribirse.

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