El hombre que hablaba de Marlon Brando
Opinión

El hombre que hablaba de Marlon Brando

Nuevas narrativas en el Caribe II

Por:
agosto 08, 2020
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Lo reitero como venía insistiendo en la anterior columna: el Caribe no cuenta, no narra y tampoco hace poesía.

Ese parece ser el panorama que registran las dos grandes editoriales que dominan el mercado del libro en Colombia: Planeta y Alfaguara. Amén de los trucos de publicidad, las conexiones propias del negocio, la calidad de las obras y la orfandad aparente en cualquiera de los géneros literarios: El Caribe no cuenta, no narra y tampoco hace poesía.

Revisen ustedes mismos los títulos publicados en los últimos dos años: no pasan de cinco (¿exagero?) y en el año que transcurre en medio de la pandemia, solo cuento 2 o 3. No veo más. (¿Me ayudan a verificar?).

Hablo de nuevas narrativas no por la mocedad de sus autores sino porque son las pocas obras nuevas que se han “colado” (¿o sólo han clasificado?) en el mercado editorial de las grandes ligas.

De las obras publicadas por esos grandes sellos editoriales, paso a destacar en esta ocasión la novela El hombre que hablaba de Marlon Brando (Planeta 2020), de J. J. Junieles (San Luis de Sincé, 1970).

Una novela con banda sonora propia.

Abrir sus primeras páginas y fingir escuchar a la composición de Enrio Morricone que sirvió de banda sonora a la película de Gillo Pontecorvo, protagonizada por Evaristo Márquez, Marlon Brando y una parte de la Cartagena de 1968; resulta un ejercicio interesante y provocador de unir al cine con la literatura como tantas veces lo hemos presenciado, y que en esta oportunidad cada lector puede experimentarlo.

Berlín–Roma–Cartagena–Berlín es el itinerario por el cual Santiago Barón, Alsino Bitar y Giuseppe Tomassi se extienden en una “crónica novelada o una novela cronicada” que confunde en veces a los desprevenidos lectores de la novela de John Jairo Junieles: un autor muy cercano a nuestro patio Caribe, criado a ratos y siempre entre guayabos, mangos y matarratones; que salta a las grandes ligas editoriales con una de sus obsesiones más viscerales: el cine.

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Con ´El hombre que hablaba de Marlon Brando´ J. J. Junieles inaugura una senda narrativa de varios canales sobre una misma realidad y en tiempos históricos diferentes (ya leídos en Padura) que creo, es el mejor aporte de la novela

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La apuesta de J.J. Junieles con su novela El hombre que hablaba de Marlon Brando inaugura (con derecho a equivocarme) una senda narrativa de varios canales sobre una misma realidad y en tiempos históricos diferentes (ya leídos en Padura) que entre nosotros no es usual y que creo, es el mejor aporte de la novela.

En el fondo y la superficie de la novela hay una Cartagena de Indias (y de negras) de antes y de ahora sumida en las mismas contradicciones sociales y vividas en carne propia por sus protagonistas: Santiago el periodista, Bitar el guía turístico, Tomassi el italiano, Evangelina la cantante con su propio escenario en la novela, los curas suicidas, una guadalupana asesina, los políticos y empresarios -que ahora son lo mismo-, el policía corrupto y una médica hermosa por dentro y por fuera que baila bien.

Los lectores encontrarán en la novela El hombre que hablaba de Marlon Brando una lectura y presencialidad típica de una conversación abierta, de esas que se desarrolla sentados en cualquier pretil de la Cartagena de Indias (y de negras); sofocante y sentida en la piel, asfixiante y rauda por saber quién está detrás de los misterios criminales y con un repertorio exquisito de refranes popular en el Caribe universal en boca de sus personajes puntuales.

Dos tiempos en uno solo que se entrelazan magistralmente para de forma pendular, hipnotizar al lector entre vaivenes de prosa limpia, diálogos sencillos y claros, descripciones suficientes y personajes conocidos y reconocidos en la cercanía y familiaridad, a los que quizá un lector desprevenido no hubiese imaginado en tales tramas literarias y de crónica local.

Un buen ejercicio físico y mental para estos tiempos de aislamiento, y qué mejor sitio que Cartagena de Indias (y de negras) para encontrarse con el hombre que hablaba de Marlon Brando… y de nosotros también.

Coda: al inicio de la novela, Santiago Barón el protagonista, dice: “que al cielo todos los prefieren por el clima, pero al infierno todos queremos ir por la compañía que encontraremos.” Yo le agrego, que en el infierno el pan siempre está caliente...

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