¿Alien Covenant o el moderno Prometeo?

¿Alien Covenant o el moderno Prometeo?

"Más allá de todas las consideraciones filosóficas la película es aceptable, puede que incluso buena. Se siente ligera y emociona, la acción impresiona a la audiencia"

Por: Juan Pablo Parra
mayo 15, 2017
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¿Alien Covenant o el moderno Prometeo?
Foto: IGN España

Los Xenomorfos regresaron. El mítico extraterrestre que en 1979 salió del pecho de John Hurt rompiendo órganos, huesos y piel está de vuelta en la pantalla grande. En esta, la última entrega de su saga, casi no se le ve, pero está ahí: en la variante color blanco y en forma de espora, y claro más sangriento que nunca.

Ridley Scott también está de regreso a la silla de director. Pero seamos claros, Scott no está en su mejor forma. No solo lo digo porque la nueva entrega de la saga de Alien es inferior a la mítica película de 1979, Alien: el Octavo pasajero, sino también porque Scott se ha dedicado en los últimos años a copiar sus películas más exitosas. Las ideas se le agotaron al cineasta inglés y se nota al ver Alien Covenant. No hay nada nuevo en la película.

La trama es conocida: un grupo de colonizadores despierta luego de un extraño e inexplicable argumentalmente suceso radiactivo, y se encuentran con un señal humana de digamos, auxilio. Y así, por  una perfecta casualidad, la tripulación del Covenant se encuentra con el planeta que estaba buscando y de paso con los Xenomorfos. Contra todas la lógica y la preparación que suponemos tienen los elegidos para dirigir la colonización de un nuevo planeta —a decir verdad todos los personajes son algo tontos—, los protagonistas deciden bajar y hacer todo lo que se supone no deben hacer: atravesar una tormenta eléctrica para quedar incomunicados, separarse en un lugar gigante y desconocido, acercar la cara a todo los objetos repulsivos que encuentren y confiar ciegamente en androides desconocidos.

Pero la película es más que una copia cara e insatisfactoria de su antecesora. Alíen Covenant tiene momentos interesantes. Solo dos ejemplos: el primero es la angustiante  aparición de los Xenoformos, con todos los movimientos bruscos y la sangre que se necesita para hacer retorcerse en la silla al espectador. El segundo ejemplo es  la escena del Soneto de Percy Shelly: Ozymandias. A decir verdad,  se siente mucha influencia de los Shelly –Mary y Percy – en la trama y en la saga. Vale decir que Mary Shelly es la autora de la novela gótica Frankenstein o el Moderno Prometeo. Como todos saben la historia de Frankenstein  gira alrededor de los dilemas morales y el enfrentamiento entre  Víctor Frankenstein y la Criatura que éste crea. De la novela de Mary Shelly surge el prototipo moderno de rebelión contra el creador o padre, sí el mismo que vemos dos o tres veces en la saga de Alíen con el androide y el hombre, el hombre y los humanoides que nos diseñaron, luego el androide, el humano y los xenomorfos, y ni hablar de Sigourney Weaver y los Aliens. Sí, es complicado.

Al final parece que  hasta al propio Ridley Scott lo está consumiendo su propia creación –Alien, Blade Runner y Gladiador -, obligándolo a hacer las misma películas una y otra vez. Alien Covenant puede llegar a ser autobiográfica o un llamado de auxilio enviado por Scott al espacio.

Más allá de todas las consideraciones filosóficas la película es aceptable, puede que incluso buena. Se siente ligera y emociona, la acción impresiona a la audiencia y hay momentos de tensión pura. En definitiva, es una buena forma de contar el qué pasó después de Prometeo (2012) y de paso regresar al Alíen clásico.

Si usted nació después Alíen: el Regreso (1986) y es un fan de la saga, del terror o de la ciencia ficción tiene que ver la película, ésta tal vez sea su mejor oportunidad  de ver éste clásico en el cine. Sí no es fan, pero no sabe que ver, vea Alien Covenant, una película divertida e inquietante que le dejará una fuerte sensación de déjà vu.

Posdata: Ojalá Ridley Scott regrese a sus años mozos con sus próximas películas, lo extrañamos. Por ahora, a esperar el regreso de Blade Runner en 2049.

 

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