Pagar o no pagar, he ahí la pregunta
Opinión

Pagar o no pagar, he ahí la pregunta

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marzo 21, 2014
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Recientemente tuve una conversación con un amigo que aún está en el juego de la conquista. Hablábamos de lo que hoy significa estar en el mercado y lo difícil que puede ser, sobre todo para quienes han pasado los 30, conseguir una pareja. Lo agitado de las agendas, y la intensa  vida social que va de la mano de las ajetreadas jornadas laborales impide en algunos casos pasar el tiempo necesario para conocerse de manera tranquila y serena.

Yo interesada en conocer detalles,  —porque ya hace rato no estoy en ese plan— le hice un cuestionario interminable. Él, muy educado me contestó la mayoría de las preguntas. Y así, entre cafecito y conversada llegamos a un tema que me llamó mucho la atención.

Como hablábamos de distintas mujeres, de diferentes países, independientes, que viven solas y con diferentes culturas se me ocurrió preguntar cómo se decidía quién pagaba la cuenta. Yo quería saber cuál era su percepción y qué le atraía más.

Contrario a lo que me imaginé, me contestó que la verdad era que le incomodaba muchísimo cuando no lo dejaban pagar. Era, me dijo, algo que le habían inculcado en su casa. Para él cargar con los costos de la comida, el café, la salida al bar o al cine es parte del juego de la conquista. Es uno de los bienes que posee y que usa como atractivo para conquistar.

Entonces entramos en detalle sobre este tema. Para él, un elemento imprescindible en la relación es que la mujer le permita al hombre cuidar de ella. El sentirse necesitado y valorado por sus aportes materiales en la relación, me señaló, es necesario para el éxito de la misma. Me dijo incluso, que la mayoría de las infidelidades suceden, según él, por que el hombre ya no se siente útil. Por eso busca a quien pueda “servir” mejor.

Y  ahí estábamos, cuando nos tocó detener la conversación. La hora del cafecito se nos había acabado.

Pero a mi me quedó sonando el tema. Por la noche de ese día, hablé con otro amigo a quien le pareció que la incomodidad de los hombres en el tema financiero de las primeras citas responde más a una necesidad de control, y en últimas a una educación machista que valida la masculinidad a través del poder material en una relación. Un concepto que calificó de  antiguo, retrógrado e injusto.

Entonces consulté a otro de mis mejores amigos. Se llama “Google”.

Según estudios, el tema de “pagar la cuenta en una cita” es inherente al romance. Encontré que algunas personas piensan los límites de una relación se establecen teniendo en cuenta quien paga los primeros encuentros. Algunos artículos decían que en el inconsciente de las  mujeres jóvenes, atractivas y en edad fértil, que el hombre pague la cuenta es un signo positivo sobre sus capacidades para cuidar de una familia y sobre su disposición a encontrar los recursos necesarios para mantenerla.

Según Douglas Kenrick, profesor de Psicología Social de la Universidad del Estado de Arizona, dado que aún existe la idea de que es más fácil para la mujer que para los hombres conseguir una pareja para acostarse, ellos están más dispuestos a pagar por ese “lujo”.

Otro profesor de Psicología, David Frederick de la Universidad de Chapman en California, quiso verificar si en realidad la práctica de que el hombre pague la cuenta ha ido desvaneciéndose o no.

Para hacerlo, entrevistó a más de 17.000 personas. De estas, el 57% de las mujeres afirmó que se habían ofrecido a pagar en una cita, aunque el 39% confesó que esperaba que el hombre rechazara su oferta. Dos de cada tres hombres pensaron  que las mujeres deberían ayudar a pagar en una cita, pero  la mayoría de ellos aún se siente culpable aceptando su dinero. El estudio concluye que aunque esta tradición no ha cambiado al mismo ritmo que el poder en las relaciones, es seguro que se irá amoldando a las nuevas realidades.

Yo me niego a encasillar la feminidad o la masculinidad en comportamientos determinados. Creo que las relaciones se construyen con base en acuerdos y conversaciones donde ambas partes deben tener la libertad de escoger lo que las haga sentir mejor. Dicho eso, también creo que tanto para hombres como para mujeres dejarse consentir y atender no solo es necesario sino delicioso. Hace parte de un ritual inherente a la conquista.

@Silviadan

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