Fabio Andrés Olarte, el revolucionario de seda

Fabio Andrés Olarte, el revolucionario de seda

¿Sus ambiciones son políticas? es un "héroe" de papel

Por: Paula Larissa Manchego.
agosto 11, 2014
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Fabio Andrés Olarte, el revolucionario de seda
Imagen Nota Ciudadana

Un día, leí una publicación en este medio. Probablemente es una de las mejores columnas de opinión que he leído en este país, acerca del ex presidente Uribe. Su título era: ¿Alguna duda? Uribe sí es el gran colombiano. Era simple, con un tono irónico majestuoso y con una particular capacidad de atraer al público. Recuerdo que ese día fue la publicación más leída de esta revista virtual.

Cuando terminé la lectura y quise saber quien era el autor de esa obra, descubrí que era una persona hasta ese momento, totalmente, desconocida para mí. Su nombre es: Fabio Andrés Olarte Artunduaga. Él, además, firmaba la publicación usando un HT (#DESPIERTACOLOMBIA). De inmediato empecé a seguirlo en redes sociales, donde es una persona influyente para una gran masa de colombianos. En Twitter, por ejemplo, es común ver como muchas personas citan sus frases célebres. Mejor dicho, el personaje es toda una sensación. Lo que pocos saben, y él pretende ocultar, es que es amante de la fiesta brava. O sea no es más que un asesino incansable.

Su "modus operandis" es simple. Ataca al uribismo, a las grandes multinacionales, a los canales de televisión, a la religión, a la mediocridad y al conformismo del país. Aunque usualmente tiene una respuesta repleta de odio, por algunos lectores, el muchacho no se detiene. Tiene una capacidad impresionante para superar las críticas. Se mantiene en calma. Incluso cuando lo han atacado desde medios tan importantes como la revista Semana, él se mantiene inmóvil. Cada vez se consolida más su nombre en el país, lo que me llena de miedo.

Debo confesar que por mi profesión, decidí investigar a fondo la vida del joven que puso contra las cuerdas del ring al escritor Gustavo Bolívar. Ahí fue cuando el desasosiego llegó a mí. Llegó a mí, porque yo era "seguidor" de Andrés. Un Andrés que es joven, inteligente, audaz, valiente y con un futuro, inminentemente, fructífero. Pero el gran problema de él, es que es un revolucionario de mentiras.

Es de papel, dirían otros, porque el muchacho estudia en una de las universidades más caras del continente, aunque habla como una persona que las ha sufrido todas. Es de papel porque algún día, en medio de mi investigación, le pedí ayuda para llevar a cabo una especie de donación en mi ciudad (Sincelejo), con el fin de reunir fondos para la compra de unos kits escolares que serían entregados a niños del área rural del municipio. La ayuda que le pedía, era que llamará la atención del público para que, a través de una cuenta bancaria, pudieran donar mil pesos cada persona y realizar la compra de los elementos. La respuesta del joven escritor fue: "De momento no me interesa esa campaña. Tengo muchas cosas en la cabeza y, realmente, no quiero participar de ninguna actividad de ese tipo." Es de papel porque, constantemente, habla desde la comodidad de su vida en el exterior de las necesidades que tienen pueblos en el país, cuando a él jamás le falta nada. Es de papel porque no quiere ayudar a hacer una obra tan noble como la de llevar cuadernos a unos niños que estudian en el piso. Es de papel porque no vale la pena creer en su revolución cuando está a más de 8 horas de vuelo de acá, cuando no vive las necesidades de un sistema de salud que tanto exige cambiar.

Leí  una columna publicada  en contra de Andrés y, sinceramente, me sentí identificada. Aunque debo decir que voy más allá. Siento que Olarte no busca ser un escritor nada más. Sus ambiciones son políticas. Es un personaje que con su discurso, basado en el populismo, llega a cualquier esfera de la sociedad colombiana. En su ciudad (Sogamoso), es la cabeza visible de la oposición al alcalde. Busca desprestigiar cualquier tipo de acción por parte del servidor público. ¿Por qué será? Blanco es, gallina lo pone y frito se come.

Andrés sueña con ese cargo. Seguramente, después de años de trabajo, lo tendrá. No lo dudo porque es inteligente y tiene, particularmente, la capacidad de embrujar a la gente con su discurso. A su corta edad está en todas. Lidera campañas en contra del maltrato a la mujer, alimenta indigentes, es un líder de la comunidad colombiana en Argentina, va a lanzar libro en diciembre. En fin, con su dinero está haciendo campaña desde ya. Me da miedo porque así, como él, han empezado personajes como el mismo Uribe que tanto odia el joven abogado a quien hago referencia en esta publicación.

@paumalati

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