La recién elegida canciller, Laura Sarabia, se hizo un nuevo look, más sobrio y formal, tanto en el corte como en el atuendo: un traje ejecutivo de sastre oscuro, acorde con el protocolo del Palacio de San Carlos, uno de los edificios de gobierno más emblemáticos en Bogotá que incluso fue sede de la Presidencia hasta los años 80 del siglo pasado. Todo allí es ceremonioso y guarda sus aires virreinales, nada que ver con la informalidad que Gustavo Petro le ha impregnado a la cotidianidad en el Palacio de Nariño.
Es el cuarto cargo que ocupa Laura Sarabia desde que comenzó el gobierno del Pacto Histórico –secretaria privada y jefe de gabinete, Directora de Prosperidad Social, Directora del Departamento Administrativa de la Presidencia- y acorde con esto ha ido transformando su estética.

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Llega a la Cancillería en un momento clave para la actualidad geopolítica en donde está por delante las dificultades con el arranque del gobierno de Donald Trump con el que tendrá que interactuar con el Departamento de Estado en cabeza de Marco Rubio, un Republicano adverso a Gustavo Petro y cuyos amigos políticos en Colombia son férreos opositores al gobierno, como es el caso del exvicepresidente Francisco Santos.
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Las relaciones con Venezuela están atravesadas por la crisis humanitaria del Catatumbo con el ELN como telón de fondo y el posible rol de algunos miembros de las Fuerzas Armadas en el fortalecimiento de esta guerrilla mientras avanza en la frontera con la pasividad o complicidad de Nicolás Maduro.
Claramente, una coyuntura para expertos y curtidos diplomáticos, algo que Laura Sarabia no es. Sin embargo, espera por lo menos en cuanto a la formalidad estar a la altura y de allí su nuevo look. Llama la atención su lujoso accesorio: un Reloj Cartier modelo Ronde Must que tiene un valor de 8.000 euros, aproximadamente 30 millones de pesos colombianos que también lució en el caótico Consejo de Ministros el pasado martes en la noche.
Un gusto que comparte con Verónica Alcocer a quien le apasiona coleccionar relojes Cartier y ha invertido más de cien millones de pesos dejando ver unos cuantos en sus compromisos políticos, entre los que se encuentran varios modelos, incluso uno de edición limitada que muestra el gusto de la Primera Dama por este accesorio.
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Laura Sarabia llevó su reloj Cartier desde su primera reunión con su nuevo equipo en Cancillería liderado por sus dos vicecancilleres. El diplomático de carrera, Daniel Ávila, nombrado por ella con la bendición presidencial y quien se ocupará de los Asuntos Multilaterales mientras que el internacionalista Mauricio Jaramillo Jassir fue escogido directamente por el presidente Petro.
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Daniel Ávila ha trabajado treinta años en el Ministerio de Relaciones Exteriores. El primer Embajador de Petro en Washington, Luis Gilberto Murillo, lo escogió como escudero suyo en temas relacionados con negocios y relaciones comerciales de Colombia con Estados Unidos. Cuando Murillo dio un paso al costado como Embajador para asumir la Cancillería en reemplazo de Álvaro Leyva, Daniel Ávila fue Embajador Encargado. Murillo fue quien sugirió su nombre después de la grave crisis con el gobierno Trump generado por el trino de la madrugada de Gustavo Petro en el que devolvió a Estados Unidos los aviones con los deportados.

Mauricio Jaramillo Jassir es un académico de la Universidad del Rosario. Es de origen palestino y un defensor de la causa siendo un duro detractor del presidente Donald Trump y del primer ministro israelí Netanyahu. Suele ser muy vocal sobre la situación de la Franja de Gaza, algo que lo toca muy de cerca ya que su familia materna, de origen palestino. fue forzada a salir huyendo de Belén en la década de los 50s y posteriormente se asentó en Colombia. Su hermano Daniel Jaramillo es también viceministro pero del Ministerio de Trabajo.
Después de presentarse ante su equipo, el pasado 4 de febrero, Laura Sarabia volvió a dejar ver el reloj Cartier. Esta vez para tener una reunión en Bogotá con funcionarios de los consulados en Estados Unidos atendiendo la crisis migratoria que se desató tras la llegada de Trump a la Casa Blanca.
El Consulado de Miami ha sido el más afectado y Laura Sarabia ya envió tres funcionarios para apoyar temporalmente a los colombianos en La Florida. También anunció la contratación de personal para el consulado de Houston y Los Ángeles.
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En su tercer día como canciller, Laura Sarabia se reunió con el embajador (E) de Estados Unidos en Colombia, John McNamara, para abordar temas claves de la relación bilateral, incluyendo migración y cooperación internacional.

John McNamara, quien ocupaba un cargo diplomático en Jefe de Misión de los Estados Unidos en Curazao, fue llamado por Marco Rubio para tomar las riendas de la Embajada mientras aterriza en Bogotá el abogado Daniel Newlin, el millonario donante a la campaña de Trump, que está esperando la aprobación del Congreso, nominaciones que los congresistas demócratas han dificultado, para posesionarse como Embajador de Estados Unidos en Colombia.
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