LA HIRSUTA DERECHA DEBERÍA DE CELEBRAR este primer año de Gustavo Petro en la presidencia de la República. Así como se oye: ¡celebrar!, estar agradecidos. Suena absurdo ¿verdad? Aunque tengo claro que son amigos de la guerra perpetua, como una condición para su vigencia política, tenían al país en una tensión que podía desembocar en un estallido social permanente. Quiéranlo o no, Petro se necesitaba como presidente: además de reformista, un director antiexplosivos.
Para un sector sensato de la Derecha, su elección en ese momento, sería lo único que desactivaría la bomba social creada por el natural desgaste, en una sociedad donde en política no ha existido el natural movimiento pendular que no es más, que la alternatividad en el poder. Más de 200 años la misma tendencia política alternada solamente entre un añejo y obsoleto bipartidismo, representado por el partido Liberal y Conservador. Exclusivamente entre ellos, el péndulo se movía. ¡Increíble!
La situación por cualquier lado reventaría. Una supuesta Democracia en esos niveles de desigualdad, además de no ser Democracia, estallaría en cualquier momento.
Se necesitaba oxigenar la situación social que se tornaba insostenible en la post Pandemia. El gobierno Uribe-Duque, una administración inepta, plagada de una corrupción inconmensurable, hizo metástasis en todo el cuerpo del enfermo, produciendo una falla multiorgánica en los diferentes sectores del estado; así las cosas, necesariamente, tenían que perder las elecciones, y después de un largo receso, procurar adecentarse y poder contemplar un eventual regreso. ¡Negarlo es caer en necedades!.
El director Antiexplosivos cumple un año tratando de desactivar la bomba en el avión. Yo como compañero de viaje, no puedo ir en contra del piloto que conduce la nave, donde nos encontramos a bordo, 50 millones de pasajeros y se está tratando de desactivar la Bomba al interior del avión, que en caso que estalle volamos todos.
Eso es lo que se observa: querer remover el piloto, para que el avión se incendie en pleno vuelo. Esta proterva empresa fallida, de querer permanentemente tumbar a Petro un presidente elegido popularmente, para cumplir un mandato de 4 años; pretender hacerlo, sin ningún argumento serio, sin ninguna propuesta, solo movidos por unas viscerales pasiones y emociones tristes, que se derivan de posturas incoherentes e irracionales, carentes de toda lógica, serenidad y ataraxia. ¡Hay que pensar un poquito!.
Esa empresa cuyos asociados - "Revista Semala", perdón Semana- Fiscalía- dejan un sabor a complot permanente, donde lo único explicable es el odio contra una persona, que por sus convicciones e ideales, quiere cambiar un país con una atávica y arcana desigualdad social que impresiona.
El piloto quiere indudablemente llevar la nave a buen puerto, pero no lo dejan, su propuesta de cambio de rumbo es coherente, necesaria e histórica, pero un sector con vocación claramente suicida, desea impedirlo; ahí es cuando, los 50 millones de pasajeros debemos reaccionar y evitar esa locura colectiva, de un sector minoritario pero con ascendencia, poder y una gran capacidad de causar daño.
Sus heraldos, que son unos medios sin objetividad periodística, profetizan un inexistente apocalipsis, que lo desmiente el comportamiento de la economía, el dólar, la reducción del desempleo, las relaciones internacionales, el triunfo en la Haya, ausencia de castrochavismo y Comunismo tan pregonado como caballito de batalla, relaciones con Venezuela, cese al fuego con el Eln, éxitos en combatir la corrupción y un largo etcétera, nos demuestran que el piloto conduce la nave lo mejor posible.
Como diría mi abuela Petrona Oliveros de Peña: "el que quiera más que le piquen caña" lo decía, cuando había un exceso de cosas buenas y los insaciables querían más y más.
Déjenlo de perseguir de esta tosca manera, "dejen jugar al Moreno", combátanlo con argumentos y debates serios, planteen soluciones, resístanlo con inteligencia, como debe actuar una oposición seria y necesaria en una Democracia; no tratar de tumbarlo con entrampamientos bobos, porque eso si: encontrarán un hueso muy duro de roer, porque Gustavo Petro no es Pedro Castillo, que se deja sacar a sombrerazos y, además, tiene un pueblo que lo acompaña y donde todos somos Petro.
El Director Antiexplosivos, soporta con estoicismo la ingrata persecución, ya ha puesto una gran cuota de sacrificio y dolor que nunca han puesto otros: Nicolasito, hay que reconcerlo, no es ninguna perita en dulce; las entrevistas dejan ver a un joven díscolo que si la cometió debe pagar.
Tenemos un Barbosa de Fiscal, que en dos o tres meses estará en condición de interino, lo anterior, abre la puerta a un nuevo Fiscal, que combata realmente la impunidad y no le guarde la espalda a ningún presidente como hasta hoy se acostumbra: ¡una mujer incorruptible!. Ayayayyy... papá: ¡auxiliooo!
