¿Por qué el ‘mono’ Abello, un exnarco de la clase alta de Santa Marta, vuelve a la cárcel?

¿Por qué el ‘mono’ Abello, un exnarco de la clase alta de Santa Marta, vuelve a la cárcel?

Volvió a los líos judiciales después de pagar 18 años de prisión en EE.UU por narcotráfico. Amenazar a la magistrada Tulia Rojas lo tiene en La Tramacúa

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noviembre 07, 2023
¿Por qué el ‘mono’ Abello, un exnarco de la clase alta de Santa Marta, vuelve a la cárcel?

La catedral de Santa Marta sigue siendo escogido por los samarios para momentos especiales, por eso José “el Mono” Abello y su esposa Ana Elisa Vives, pensaron que era el lugar soñado para el matrimonio de su hija Mary con Juan José García Zuccardi en 2011. Era un momento en el que las dos familias estaban en el curubito del poder: José Joaquín Vives, tio de la novia, era presidente del Consejo Nacional Electoral y los papás del novio Juan Jose Garcia y Piedad Zuccardi mandaban en la clase política costeñas; ella había heredado la curul en el senado de su esposo y pesaba en el partido de la U. La celebración fue, como corresponde en las grandes bodas samaria en el Club Santa Marta. 

Era el comienzo del ascenso en la política del novio quien heredaría la curul en el senado del clan Garcia Zucardi.

El matrimonio de la hija del Mono Abello

El Mono Abello llevaba en ese momento tres años libre en Colombia después de permanecer 18 años en una cárcel de máxima seguridad en una condena en Estados Unidos tras haber sido extraditado en 1989 y condenado a 30 años por tráfico de drogas. Se proponía reencontrarse con la sociedad samaria que por lo demás nunca le dio la espalda.

En los años ochenta fue considerado el cuarto narcotraficante más poderoso del país. Estableció lazos de confianza con Pablo Escobar y  manejaba los negocios en la Costa Atlántica.

A diferencia de otros capos cercanos a Escobar, el Mono Abello había crecido rodeado de los entre el privilegio de la clase alta samaria. Hijo de José Rafael Abello Fernández y Sara Silva estuvo siempre conectado económica, social y políticamente con la elite de la ciudad, así como su esposa Ana Elisa Vives perteneciente a una de las influyentes familias tradicionales de la ciudad.

Desde joven cayó en la tentación de la ilegalidad. Se inició con la fiebre marimbera de los años setenta. Allí tuvo como socios a otros miembros de la sociedad de Santa Marta y la Costa: Eduardo Dávila Armenta, emparentado también con familias de abolengo, hasta con el ex presidente Alfonso López Pumarejo. Davila condenado a 34 años de cárcel por un asesinato ha pagado años en La Picota y en la cárcel El Bosque de Barranquilla pero hace poco regresó a la ciudad donde retomó sus negocios particulares con fincas y propiedad raíz pero también continúa con la presidencia del  Unión Magdalena. Además de Dávila, entre sus socios estaban Jorge Gnecco Cerchar y Julio Dangón Noguera. En los ochenta Pablo Escobar cooptó las agrupaciones marimberas al Cartel de Medellín y nombró a Abello como su hombre de confianza. Desde entonces fue el líder de lo que se conocería como El cartel de la Costa.

En el año 89 fue extraditado a los Estados Unidos. Se había hecho varias cirugías plásticas para ser irreconocible. Lo acusaron de ordenar varios asesinatos en Colombia e incluso de intentar sobornar a la policía en el momento en que lo iban a capturar. Además pesaba sobre él el envío de más de 500 kilos de cocaína a los Estados Unidos. Él se defendió diciendo que era, como lo reveló el diario El Espectador en su momento, un rico ganadero, importador de automóviles, que en sus ratos libres se divertía con el arte del toreo.

Una de sus grandes preocupaciones fue conservar la fortuna que tenía en el país. En el 2004 recibió un golpetazo mientras estaba cumpliendo su condena en una celda en Lousiana. La ex jefe de la Unidad de Lavado de activos de la Fiscalía, Sara Magnolia Salazar, le confiscó 121 propiedades que tenía en Santa Marta. El monto de lo que sumaban los bienes se elevaban a 10 mil millones de pesos de la época. Un juzgado en Estados Unidos le había pedido 2.5 millones de dólares de multa. Si no pagaba, no saldría libre. Abello, obsesionado con conservar su fortuna, afirmó que no tenía un peso.

El Mono Abello capturado de nuevo en Santa Marta.

En los años ochenta, cuando Abello sabía que la justicia colombiana lo perseguía, se aseguró de conservar su fortuna de la siguiente forma: Carmen Elisa Pertuz Pertuz, la empleada doméstica de su casa paterna, era analfabeta. Para darle todos sus bienes la casó con su papá, José Rafael Abello Fernández, quien acababa de enviudar y así se sirvió de esta humilde mujer para ser su testaferra. Él mismo la enseñó a escribir, a leer para así presionarla a hacer un testamento que ella misma firmaría en donde le legaría todos sus bienes a sus nietas políticas. Tuvo la habilidad para hacer pasar a Carmen Elisa Pertuz como una próspera ganadera samaria.

Parte de la fortuna la pudo conservar de esa manera. Pero la otra parte de sus bienes estaban embargados por la que entonces se llamaba Dirección Nacional de Estupefacientes.

Los Abello pensaban que con su influencia podrían recuperar siete predios valiosísimos que se los había quitado la Unidad de Lavado de activos que terminaron administrados por la Sociedad activos especiales. Por un momento cantaron victoria. Por medio de una tutela volvieron a disfrutar de dos apartamentos en el Rodadero, un lote en las Bahamas y el teatro Tairoma en Santa Marta. Pero en el 2014, un tribunal de esa ciudad tumbó esa decisión y la familia quedó con los crespos hechos.

Por esta agresión el Mono Abello volvió a ser detenido en Santa Marta a sus 68 años.

El Mono Abello parece no conciliarse con el mismo ni lograr la tranquilidad. Sigue siendo descontrolado y violento con sus reacciones. En la última semana de octubre el Mono Abello se encontraba tomándose un café en el Centro Comercial Prado Plaza de Santa Marta cuando terminó detenido a raíz de su agresión al economista Camilo Mario Dávila Villareal: le propinó un cachazo con su pistola a la altura de los ojos. Además tiene otros delitos por lo que lo estarían investigando.

Uno de ellos es la presunta amenaza de muerte a una magistrada mientras estaba en una eucaristía en Santa Marta e incluso habría intentado golpearla por un caso que involucraría a su pareja. Hasta este 1 de noviembre estuvo detenido en una URI de Santa Marta pero la decisión judicial resultó radical: será trasladado a la cárcel de máxima seguridad de la Tramacúa en Valledupar.

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