En el tema de las relaciones laborales, trabajadores/empresarios, es casi imposible encontrar una relación gana-gana.
Hoy se debate una reforma laboral, como pocas veces en nuestra historia del mundo del trabajo, y más en estos 33 años del modelo neoliberal, donde han desvalorizado profundamente el trabajo, los trabajadores y el sindicalismo.
Digamos que este es el primer logro de la reforma.
Vale entonces la pena poner de manifiesto qué ha pasado en el mundo del trabajo desde 1990.
Múltiples reformas que han modificado esa relación laboral y que ha determinado pérdida de ingresos de los trabajadores que han ido a parar a la bolsa sin fondo del empresariado.
Trataré de cuantificar algunas.
La pérdida de la retroactividad de las cesantías. Ley 50/90
Un trabajador con salario mínimo en 2022 que es un millón de pesos, si liquidaran sus cesantías con retroactividad, es decir con las normas anteriores a la ley 50/90, sus cesantías serían a 31 de diciembre de 2022 de $33 millones. Con dicha ley, hoy sus cesantías acumuladas en algún fondo privado suma, incluído el 12 % anual de intereses, $17 millones. Es decir, cada trabajador de salario mínimo ha perdido $16 millones. Si durante todo este tiempo aplicamos promedio de 8 millones de trabajadores formales y si todos ganaran el mínimo (un cálculo bajísimo), lo dejado de percibir por los trabajadores por dicha norma sería de $128 billones. Y los fondos de cesantías que son los mismos de pensiones, manejaron cerca de $136 billones, que sirvió para el manejo de crédito para vivienda entre otros. Los empresarios prefirieron entregar un capital de trabajo a cero interés, para pagar altos intereses al sistema financiero. El gran ganador el gran capital financiero usurero.
Los trabajadores además perdieron estabilidad en el empleo y con la tercerizacion y la intermediación laboral se precarizaron sus ingresos.
Con la privatización de las pensiones en las Administradoras de fondos privados -AFP- producto de la ley 100/93, los trabajadores perdieron la opción de pensionarse, hay es devolución de aportes, y mientras el valor de la pensión en Colpensiones es de un 60 %, en las AFP es un poco menos del 30 %. Es decir, hoy, mientras en Colpensiones hay unos 7 millones con expectativa de una pensión equivalente al 60 % de sus ingresos, en las AFP, hay cerca de 18 millones de trabajadores que solo accederían a una pensión, de lograrlo, de solo el 30 % de sus salarios. La pérdida es enorme, pues mientras el estado debe poner de la tesorería nacional cerca de $10 billones anuales para pagar los pensionados de Colpensiones, las AFP acumulan en 30 años, $360 billones y solo gastan en sus pensionados, si acaso unos $0,4 billones. Visto así, pierde el estado y los trabajadores y de nuevo el gran capital financiero se alza con el santo y la limosna.
La reducción de los recargos nocturnos, dominicales y festivos. Ley 789/2002.
Con esta ley del inombrable, un trabajador de salario mínimo en 20 años de aplicación ha perdido $30 millones. Si calculamos lo dejado por recibir en el dominical y festivo de un 25%, los trabajadores en este lapso de la aplicación de esta ley, suponiendo unos 2 millones de trabajadores y todos del mínimo, han dejado de ingresar a sus menguados bolsillos al menos $75 billones.
Eliminación de parafiscales. Ley 1607/2012.
Con esta ley de reforma tributaria, que es realmente una reforma laboral, los empresarios dejaron de pagar de las nóminas el 8,5% de salud, el 3% del ICBF y el 2% del Sena. En los 10 años de la norma, con datos tabulados por el Dr Orlando Villabona profesor de la Universidad Nacional, los empresarios se han embolsillado la bobadita de $225 billones.
Es decir haciendo unas pocas sumas, en 33 años por lo menos se han embolsillado $428 billones, que han perdido los trabajadores.
Y por las cuentas de depósito del gran capital financiero, han pasado $136 billones de cesantías y han acumulado $360 billones de ahorros de los trabajadores, que les han generado altísimas ganancias a los pobrecitos del Grupo Aval y el GEA( grupo empresarial antioqueño).
Y a pesar de estos grandes privilegios al empresariado, amasados a punta de quitarle a los trabajadores, hoy hacen el gran escándalo por que les van a devolver a los trabajadores parte del recargo nocturno y los dominicales y festivos, que hoy solo valen unos $3,3 billones anuales.
Acá está parte de la explicación de la gran desigualdad reinante en Colombia, que nos consagra como el tercer país más desigual del planeta. Gran obra de los gobiernos plutocráticos de la era neoliberal.
Pero muestra la inmensa voracidad de los megarricos y del gran capital financiero y por supuesto la absurda michicatería que los caracteriza.
Por eso hubo Estallido Social, que contribuyó a la llegada a la presidencia del gobierno del cambio de Gustavo Petro.
Y se entiende, por qué se oponen a la reforma laboral.
Muy importante entonces que el gobierno haya decidido volver a presentarla para esta segunda legislatura que inicia el 20 de julio.
Será una lucha a fondo entre los derechos y la justicia social de los trabajadores y trabajadoras vs el privilegio del empresariado y los megarricos.
Posdata: la centrales obreras y los pensionados y otros sectores sociales han convocado una nueva movilización para el 20 de julio en apoyo a las reformas sociales. En Bogotá en la Plaza de Bolívar desde las 2 p. m.
Twitter: fabioariascut
