¡Infierno en el patio de la casa!
Opinión

¡Infierno en el patio de la casa!

En el Bronx no existió misericordia; hubo la combinación de todas las expresiones del delito, en las narices de la autoridad.

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junio 06, 2016
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Colombia es el país más sembrado con hoja de coca en el mundo y hemos ido justificando que la causa de ese deshonroso puesto es la falta de oportunidades en el campo, o el desaforado interés de quienes consumen coca en otras latitudes.

La  transformación de la hoja alcanza altísimos precios y con moneda más fuerte que la nuestra, satisface apetitos, que se consumen por la nariz, por las venas o por la boca.

Durante la última semana nos hemos dado cuenta que no es necesario ir tan lejos para consumirla...; nuestro país tiene el infierno en el patio de su casa.

Las autoridades han puesto en evidencia que las “bombas”, cien dosis de bazuco, pasta cruda de base de coca, transformada quizás de los cultivos del Putumayo, de Nariño, o de cualquiera de las zonas cocaleras del país, eran vendidas en el Bronx al menudeo.

Apenas mil doscientos pesos la dosis mínima y la “bolsa” que es dosis doble, a dos mil pesos. Las bandas del infierno del Bronx ganaban entre 60 a 70 millones de pesos diarios vendiendo bazuco; los fines de semana las ganancias alcanzaban valores entre 120 y 130 millones de pesos.

Esta pequeña muestra del mal uso de la hoja de coca, sembrada en los campos y selvas del país, donde ha habido poco Estado y pocas libertades, es más que una alarma para las instituciones encargadas de combatir el narcotráfico en todas sus expresiones; es más bien, un fuerte llamado de atención a los padres de familia que tomaron la decisión de tener hijos para educarlos en principios y valores; es un profundo llamado de atención para quienes en un momento de extrema euforia, terminaron concibiendo un hijo del que no se hicieron responsables y que podría terminar como los niños que recientemente se han encontrado en el Bronx.

Alrededor de las drogas ilícitas siempre existirán mafias que esclavizan, y eso hemos visto en el centro de Bogotá: una mezcla de drogas, sexo, licor, esclavitud sexual de niñas y niños, conducidos a las drogas y pagando deudas con sus cuerpos.

Alrededor de las drogas existe comercio de armas, violencia, prostitución, tortura, secuestro, disputas por territorio, indigencia, hacinamiento, corrupción, dolor, tragedias, desorden, mugre...

El Bronx ha sido más que Sodoma y Gomorra:
es la resultante de lo permisivo, es la destrucción de lo moral;
es la máxima degradación de la ética

El Bronx ha sido más que Sodoma y Gomorra, allí hubo ignorancia...; pero el caso del centro de Bogotá no es fruto de la ignorancia: es la resultante de lo permisivo, es la destrucción de lo moral; es la máxima degradación de la ética, es lo que queda cuando hay poco amor.

En ese infierno no existió misericordia; hubo la combinación de todas las expresiones del delito, en las narices de la autoridad.

Pero no se trata de revisar las debilidades de la autoridad del Estado, ni debatir sobre el tipo de respuestas integrales a un problema mayor como el del Bronx. Somos los padres de familia quienes tenemos las mayores responsabilidades: debemos revisar la clase de educación que estamos dando a nuestros hijos; qué hacen nuestros hijos mientras estamos en el trabajo, que hacen nuestros hijos cuando salen con o sin permiso, que hacen cuando están solos en casa, que estamos inculcando en sus mentes de niños para forjarlos como buenos ciudadanos.

Los jóvenes son responsables por el ejercicio de cualquier derecho o prerrogativa que les haya sido concedida, y en el ejercicio de esa libertad, pueden cambiar el mundo para bien o para mal; y son los padres los encargados de forjar esos valores. Los jóvenes deben comprender que el país necesita de mayor carácter de cara al futuro.

El caso del Bronx, es más que un caso de estudio; más allá de una lección de moral, se trata de revisar qué clase de país y sociedad queremos.

Si la falta de templanza nos lleva de la nariz por el camino del facilismo hasta sumergirnos en el engaño; si la trampa tiene más espacio que el orden y la disciplina, que el respeto a la ley, tendremos cientos de Bronx, tendremos cientos de infiernos en el patio la casa.

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